Debo reconocerlo: teníais razón. Lo cierto es que no quería creerlo, por más que la gran mayoría me decíais que 'Eragon' era una mala película. Y es que uno suele querer comprobarlo por su cuenta, ya que en más de una ocasión me he llevado la (cada vez menos) sorpresa de estar en contra de la opinión general. Estoy hablando de películas de poco fiar, como 'La Matanza de Texas: El Origen' o 'Saw 3', productos comerciales de usar y tirar, donde la opinión del respetable público puede salvarte de tragar basura, no de obras de autor, las cuales voy a ver y opinar sin preguntar a nadie, ya que es innecesario. En el caso de 'Eragon' fue, precisamente, el casi total rechazo lo que me hizo preguntarme "¿será tan mala como la pintan?". Y, joder, sí que lo es. Es tan mala que incluso los niños que había en la sala se partían de risa en los momentos "serios". Es tan infumable que podría catalogarse como la versión cutre de 'Las Crónicas de Narnia' (¡sí, ésta es peor aún, arggg!). Es, sin duda, uno de las películas más ridículas de 2006. Si la llego a ver antes hubiera ido directamente a mi santa lista de lo peor del año.
'Eragon' comienza con la persecución de Arya por parte de Durza, brujo a las órdenes del Rey Galbatorix. La elfa consigo un huevo de dragón. El huevo, por arte de magia (literalmente), acaba en manos de Eragon, un joven granjero que, desde el momento en que nace la cría de dragón, de nombre Saphira (lo eligió ella), estará destinado a la misión de acabar con la tiranía de Galbatorix. Eragon será adiestrado por Brom y su primera misión será la de rescatar a Arya, prisionera de Durza, quien debe matar a Eragon como sea.
La película, como supongo que ya sabéis, es la adaptación del primero de los tres (bufffffff) libros infantiles que ha escrito el joven Christopher Paolini, quien ya, a su edad, puede presumir de estar forrado (niñas, espabilad, que se os va a ir la oportunidad). Personalmente, si pudiera, le daría unas palmadas en el hombro y le diría "ole tus cojoncillos". No es para menos, Paolini está ganando mucho dinero con unas obras cuyo único mérito es haber empleado detalles de varias grandes obras anteriores, sobre todo de la inmensa trilogía de 'El Señor de los Anillos', de la que la obra de Paolini es una hija bastarda de lo más patética. Hay tenéis a Lengua de Serpiente, ahora llamado Durza, o los Uruk-Hai que fabrica el mismo Durza que hace llamar Urgalos, por poner unos ejemplos. Porque el plagio es más que evidente, a Stefen Fangmeier, el director del film, no va más allá de copiar descaradamente lo que hizo Peter Jackson, y os cansaréis de ver las mismas peleas y los mismos planos aéreos de paisajes con algunos personajes caminando, corriendo o a caballo (por cierto, tanta "imaginación" y los caballos son de los pocos animales que siempre existen en estos "mundos alternativos", ¿por qué no un tiburón peludo y con alas?). Aparte de "inspirarse" en la dirección de Jackson, Fangmeier no tiene más ideas y abusa de una realización televisiva, sin el más mínimo cuidado por ser elegante o mostrar alguna escena sorprendente. ¿Qué más da? Si es para sacar pasta y salir pitando a rodar la siguiente... claro, ya entiendo. Dejando a un lado a Tolkien, es sorprendente el descaro con el que se abusa de robar "ideas" de otra trilogía, la de 'Star Wars' (me refiero a la, como suele ser llamada, trilogía clásica). Y es que no hay que ser un experto "friki de las galaxias" para ver escenas casi calcadas en 'Eragon'. Unos ejemplos: cuando Eragon se entera que lo están buscando y quiere ir a su casa para avisar a su tío, copiando la sensacional escena de Luke en la que ahora titulada 'Episodio IV'; el rescate de Arya a lo Luke y Han salvando a Leia, también del 'Episodio IV'; o todo el tema de los jinetes en lugar de jedis, y el lado oscuro que hizo que uno de los jinetes/jedis traicionara al resto y provocara la desaparición de estos caballeros que hacían reinar la justicia. Y también podríamos mencionar "robos" a 'Matrix' o 'Dragonheart', pero esto sería interminable.
Volviendo a Pajolini y sus cuentos, reconozco (como si fuera necesario) que no los he leído, pero sí pensaba darle alguna oportunidad. Al fin y al cabo, pensaba que los libros de 'Harry Potter' serían basurilla para nenes y me llevé una grata sorpresa con uno de ellos (el del cáliz de fuego), resultando una lectura de lo más amena y digerible. Sin embargo, mucho me tendrán que pagar para ponerme a leer 'Eragon', tras ver la película. Y es que nada más empezar, con ese prólogo con voz en off tan típico como útil, y nombrar a Galbatorix, a los vardenos y la tierra de Alagaesia, es tremendamente complicado no partirse de risa. Pero oye, son sólo nombres... sí, claro, y una dragona que habla con la voz de una sensual modelo de 25 años, y una escena en una carnicería donde Eragon intenta cambiar el huevazo de dragón por unos filetes, y un brujo que tiene la boca y los dientes manchados de chocolate, y una escena a lo 'Brokeback Mountain' en un granero entre el protagonista y su primo, y un personaje que muere diciendo "me gusta tu actitud, una parte de coraje y tres de estupidez", y... ¡bufff! Demasiadas estupideces como para contarlas aquí y ahora. Dejémoslo en que todo es para tomárselo a broma si uno no quiere desear su propia muerte por haber tenido que pagar la entrada para ver esta cosa.
Algo que resulta sorprendente en esta producción es encontrarse a actores de renombre como Jeremy Irons, Robert Carlyle o John Malkovich. De ellos, destacaría a Irons, quien no tuvo bastante con la penosa 'Dragones y Mazmorras' y se le nota que se lo ha pasado estupendamente haciendo el tonto con un personaje que podría confundirse con lo que hizo Liam Neeson en 'La Amenaza Fantasma', 'El Reino de los Cielos' o 'Batman Begins'. Debe ser que Neeson no necesita tan desesperadamente el dinero como para haber firmado por salir en esta estupidez de película. Por otra parte, el protagonista de esta "aventura" es Edward Sleepers (o Ed Sleepers), a quien debieron elegir por su capacidad para vender revistas de quinceañeras y su increíble parálisis facial, que le impide poner más de un rostro; a su lado, Hayden Christensen en 'El Ataque de los Clones' merece un Oscar. Por último, destacar a la atractiva Sienna Guillory, que, aunque sale poco y más tapada de lo que desearíamos, está para mojar pan, y es capaz de sonreír de forma creíble.
En cuanto a los efectos especiales, un aspecto fundamental en estas películas de género fantástico, no me parecieron tan malos como me habían comentado, pero sí que a veces te preguntas si a mitad de la producción les cerraron el grifo o si había algún técnico enfadado con su parienta y la pagó con su trabajo. La dragona, que es lo importante, en general, da muy ben el pego y la escenas donde sale volando llevando a Eragon están bien rodadas, sobre todo las dos primeras. ¿Están justificados los supuestos 100 millones de dólares que ha costado la película? Sobra decir que no soy contable, pero habría que mirar cuánto han cobrado los actores cuyo nombre aparece bien visible en el poster (independiemente de su labor interpretativa o tiempo en pantalla) y lo que se ha destinado a publicidad. A saber la parte monetaria que acabó en los ordenadores, cada vez más, los responsables de que una superproducción luzca adecuadamente.
Por último, la única conclusión posible es que estamos ante un producto infantil penoso, ridículo, tan lamentable que es mejor tomárselo a broma para soportarla durante la hora y media que dura (menos mal). Debería llevar un letrerito que dijera "recomendada exclusivamente para menores de 10 años y/o para personas que no hayan visto ninguna película en su vida". Lo mejor, alguna frase delirante de Irons ("Saphira es joven, Eragon, pero pronto podrás montarla") y la presencia de Sienna Guillory. Lo peor, que 'Eragon' sólo es la primera parte y tenemos que vivir con la certeza de que hay dos más en camino. En fin, de todo tiene que haber en este mundo.