'Los ensayos' es genial: un fascinante experimento de HBO que diluye la línea entre realidad y ficción

'Los ensayos' es genial: un fascinante experimento de HBO que diluye la línea entre realidad y ficción

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Ensayos

Hay una escena en el segundo episodio de 'Los ensayos' (The Rehearsal) en la que vemos a Nathan Fielder hablando por teléfono comunicando una decisión que había tomado. Pronto descubrimos que está siguiendo punto por punto un diagrama de flujo en el que ha planificado todas las variantes de la conversación según la reacción del receptor de la llamada.

Esta es solo una de las muestras de la meticulosidad con la que el cómico y productor canadiense (recientemente en 'How To with John Wilson') enfrenta esta experimental serie, que llega este sábado a HBO Max, junto con Carrie Kemper y Eric Notarnicola apoyándole en el guion.

Bajo la premisa de qué pasaría si pudiésemos ensayar conversaciones y decisiones vitales de nuestra vida, Fielder entra en una dinámica doble ya que estos ensayos no son solo para ayudar a la persona corriente de turno (un profesor que quiere confesar algo a sus amigos, una mujer que quiere ver si es capaz de ser madre, etc.), sino también para él.

Jugando a ser real

De hecho, 'Los ensayos' comienzan con el cómico explicando cómo son sus propios problemas de sociabilidad los que, de algún modo, le han empujado a concebir esta idea. De tal manera que cuando llega a presentarse al sujeto del primer episodio, este ya ha ensayado decenas de veces en una réplica del apartamento y con un actor esa conversación inicial, los modos de romper el hielo, las bromas, etc. Y eso es lo que quiere hacer con la gente.

No es la primera vez, de hecho. Ya había hecho algo similar en el final de 'Nathan For You' en el que contrata a una actriz para que un hombre pueda simular qué pasaría en una reunión con el que fuera el amor de su vida. Pero aquí no solo tenemos actrices, como en 'Synecdoche, New York' de Charlie Kaufman, tendremos la reconstrucción de lugares reales, casas y bares en un intento de acercarnos todo lo posible a la realidad.

Quizás lo más inteligente de 'El ensayo' es el no quedarse únicamente en "el caso de la semana" sino que, a partir del segundo episodio, comienza un arco que abarcará toda la serie con una simulación de meses en las que Angela, ferviente cristiana, ensaya la posibilidad de ser madre, comprimiendo toda la vida de su hijo ficticio en cuestión de semanas.

Un proyecto monstruoso que demuestra ser mucho más complejo y tener muchas más implicaciones de las previstas, lo cual demuestra la tremenda dificultad de tener todo aspecto de una vida, aun ficticia, bajo control. El abrazar esto hace todavía más fascinante esta docucomedia.

Capas de simulación

Los Ensayos Hbo

Y es que Fielder está dispuesto a ir siempre un paso más allá y crea él mismo capas de simulación, como si en pleno 'Origen' estuviésemos: en un momento dado decide montar una clase para preparar a actores para futuras simulaciones y, observando a un alumno algo dubitativo, decide ponerse en su lugar para revivir esas clases.

Esa ambición narrativa, acompañada también de un presupuesto bastante holgado en apariencia, hace que la serie navegue continuamente entre situaciones (y circunstancias logísticas de la misión) tan cómicas como realmente interesantes a un nivel humano.

En definitiva, 'El ensayo' es tan fascinante como absurda. La serie de HBO borra la línea entre realidad y ficción gracias a situaciones surrealistas sucedidas a momentos de inflexión y reflexión. Puntos que, sean sinceros o sean simulados, demuestran la genialidad de Fielder.

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