Hace ya varios años que el cine español está demostrando que aquellos que dicen odiarlo no tienen motivos fundados para ello. Es cierto que la apuesta por una mayor diversidad no ha dado siempre los resultados que nos hubieran gustado, pero la oferta es cada vez más variada y simplemente hay que estar un poco atentos a los títulos que van estrenándose para darse cuenta de los notables esfuerzos para dejar atrás los tópicos más cansinos asociados a las películas hechas en España.
Eso sí, la forma más habitual para hacerlo ha sido la de asumir un estilo similar al del cine de Hollywood y ajustarlo a nuestras posibilidades presupuestarias. Esto último ayuda bastante a que algunos se fijen en las dramedias indies, que es precisamente lo que ha sucedido en el caso de ‘Embarazados’, una aceptable película protagonizada por Paco León y Alexandra Jiménez que llega este próximo viernes 29 de enero a los cines españoles.
Cine indie americano a la española
La premisa de ‘Embarazados’ es bastante sencilla: Una pareja está intentando tener un bebé, pero el esperma de él es defectuoso y ella ha entrado premenopausia pese a tener solamente 37 años. Tendrán entonces que tomar medidas para solucionarlo, pero él no está especialmente ilusionado y eso irá minando poco a poco su relación. Nada revolucionario, por lo que la clave estaba en saber cómo abordaban eso desde el guión, en la química que pudiera haber entre sus dos protagonistas y en las aportaciones de su elenco de secundarios.
El libreto, firmado por Juana Macías, también directora de la película, Juan Moreno y Anna R. Costa, es el origen de esas comparaciones con las dramedias indies americanas a las que hacía alusión más atrás. Eso sí, se hace buscando un tono más realista y mucho menos colorido del visto en ‘Requisitos para ser una persona normal’, otra cinta española reciente que tenía unas raíces similares y que apostaba por un enfoque mucho más optimista que ‘Embarazados’ –ojo, humor hay y también detalles curiosos como la alusión encubierta a forocoches-, siendo un tanto engañosa la forma de venderla con su tráiler.
Esto da pie a que tanto León como Jiménez tengan espacio para darnos unas interpretaciones mucho más naturales –es la primera vez que le veo a él dando vida a una persona normal, y lo cierto es que cumple con nota- para que nos los creamos como pareja y que empaticemos más con los altibajos por los que va pasando su relación. Hasta ahí todo bien, pero es que el guión no sabe crear el equilibrio tonal necesario y hay ciertos giros un tanto bruscos que es cierto que añaden más riqueza a la historia al incidir en los aspectos más amargos de la historia, pero a cambio se le ven las costuras e impide ese hechizo necesario para que olvidemos todos los tópicos de los que echa mano.
’Embarazados’, aceptable dramedia
Además, la puesta en escena de Macías tampoco hace gran cosa por matizar lo que se propone desde el guión, dejando que sean los actores los que tengan que solucionar la papeleta. El problema es que tampoco se nota que haga nada para realzar su trabajo, por lo que simplemente brillan más los que tienen unos diálogos más ocurrentes –pienso principalmente en Karra Elejalde, y agradezco mucho que no cometieran el error de darle más presencia- y el resto de secundarios va oscilando entre aportaciones positivas y otras que no lo son tanto. En este punto destacan sobre todo unos Alberto Amarilla y Ernesto Sevilla un tanto erráticos.
¿A qué se debe todo esto? De nuevo volvemos al guión, ya que no se preocupa en dar verdadera entidad a los secundarios y los supedita por completo a los protagonistas, por lo que sus historias personales, que en algunos casos las hay, resultan demasiado superficiales, por no hablar de algunas casualidades un tanto inverosímiles. Eso rompe también ese toque más realista al que aludía antes y que en el caso de la resolución técnica me deja la duda de si se debe a eso o a que simplemente no ha habido ninguna intención de buscar algo un poco más trabajado o diferente.
Lo que sí funciona bastante bien es la dinámica que se establece entre León y Jiménez, ya que son ellos los que consigue mantener en pie ‘Embarazados’. Es cierto que por separado también dan la talla –en ella me sorprendió que también se manejase con tanta soltura en los momentos más dramáticos, pues hasta ahora la conocía principalmente por su faceta cómica-, pero son sus momentos juntos donde esa química logra que pasemos por alto que en el fondo estamos viendo una historia ya contada mejor en muchas otras ocasiones. Un buen momento para ejemplificarlo sin entrar en spoilers sería la escena en la que se reencuentran en casa tras haber discutido.
En definitiva, ‘Embarazados’ es un digno intento de españolizar ciertas tendencias ya muy asentadas del cine indie americano, y lo es principalmente tanto por el buen hacer de Paco León y Alexandra Jiménez como por el buen ojo del responsable de casting que supo ver la química que hay entre ellos. Por lo demás, chispazos aquí y allá sin terminar de llegar a encarrilar nada y cayendo en los lugares comunes que todos esperaríamos de una cinta así. Vamos, que para pasar el rato y poco más.
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