Pixar ha logrado convertirse en un sinónimo de calidad tras conquistarnos con infinidad de grandes películas, lo cual hace que esperemos con impaciencia sus próximos estrenos, pero también que queramos algo de un nivel tan alto que en algunas ocasiones no han sido capaces de alcanzar. Pienso sobre todo en las dos entregas de ‘Cars’ –y me da que la tercera seguirá ese mismo camino- y en ‘Brave’, un estimable acercamiento al estilo propio de los Clásicos Disney, pero algo discreta viniendo de Pixar.
Este 2015 ya habíamos visto la extraordinaria ‘Del Revés (Inside Out)’, pero el premio por no haber tenido una obra de Pixar en 2014 era que apenas iban a pasar unos meses hasta el estreno de ‘El Viaje de Arlo’ (The Good Dinosaur), una producción un tanto problemática que, sin embargo, había ido despejando dudas a medida que iba lanzando nuevos tráilers. Por desgracia, se trata de una película decepcionante que se encuentra entre lo menos inspirado de Pixar, aunque eso no quiere decir, ni mucho menos, que sea mala.
’El viaje de Arlo’, una aventura llevadera
Lo primero que conviene aclarar sobre ‘El viaje de Arlo’ es que se trata de una película con un mensaje y una forma de darlo que recuerda principalmente a ‘Cars’, pero utilizando un estilo más cercano a Disney y tomando prestados varios elementos de un par de títulos –no diré cuáles para evitar spoilers, pero sí hay una que destaca claramente sobre la otra- de esta última compañía. Todo ello mezclando elementos de realización personal con una "aventurilla" marcadamente episódica en la que hay huecos para varios homenajes a otras películas –algunos tengo claro que son buscados, aunque con otros tengo ciertas dudas-, puede que demasiados y no del todo bien aprovechados.
Sé que ese peculiar cóctel puede sonar un poco extraño de buenas a primeras, pero lo realmente importante de todo es el viaje, tanto físico como emocional, tanto de su protagonista como de Spot, el humano que le acompaña y que adopta una actitud que recuerda en no pocos detalles a la de un perro. Al respecto conviene aclarar que todo funciona mejor cuando están juntos sin nadie más a su alrededor, pues realmente han conseguido que tengan química y se complementen, lo cual ayuda a que los dos momentos más emotivos –quizá realmente los únicos que funcionan sin peros en ese frente- estén protagonizados por ellos.
Por el contrario, el planteamiento de la historia resulta un tanto fallido, ya que toda la parte de la vida familiar de Arlo sabe a ya visto en infinidad de ocasiones y sin aportar nada que haga que destaque por sí mismo. De hecho, lo más interesante de esa parte es la impecable animación, en especial en los fondos, donde se alcanza un impresionante nivel de realismo que sabrá mantener en todo momento. En cambio, el enfoque apuesta algo más por un estilo cartoon en lo que sucede en primer plano y en los diseños y las reacciones gestuales de los protagonistas que, justo es reconocerlo, funciona bien y el contraste con lo demás nunca llega a distraerte, ya que también mantienen un toque realista en su forma de comportarse.
Las debilidades y otros detalles
El auténtico problema llega con el guión de Meg LaFauve en el que sospecho que han metido manos muchas personas, ya que a finales del año pasado se anunciaron cambios de importancia en el mismo y además se alteró casi por completo el reparto de voces original. Me temo que nunca sabremos cómo era originariamente ‘El Viaje de Arlo’, por lo que habrá que valorarla como lo que es: Una simpática sucesión de aventuras que sirven para que sus dos protagonistas unan lazos emocionalmente y para que Arlo supere sus miedos.
En lo referente a la parte de las aventuras, ‘El Viaje de Arlo’ no logra crear una verdadera sensación de cohesión entre ellas, habiendo además unos cambios de tono e incluso de género –sorprende que el western tenga tanta presencia- demasiado bruscos. Ahí la película pierde su fuerza vital, ya algo endeble por su entretenido pero fallido primer acto, para convertirse en un pasatiempo más o menos disfrutable en función de lo bien que te lo pases con secuencias puntuales en lugar de con la película como un todo.
Es verdad que esa inconsistencia nunca llega a ser algo nocivo y que ninguna de esas "aventurillas" a las que hacía alusión antes llegan a ser negativas –sí que queda un poco fuera de lugar el momento alucinógeno, pero en sí mismo no está nada mal-, pero esa capacidad de fascinación que tiene Pixar sí que está ausente, lo cual resulta determinante para que ‘El Viaje de Arlo’ sea al final una más en lugar de algo especial.
Por lo demás, los personajes secundarios –y aquí incluso a todos los que no sean Arlo y Spot- tienen un perfil de interés bastante bajo. Sí que agradezco que no incluyeran a alguien irritante como por ejemplo sucede con Mate en la saga ‘Cars’, pero sí que coquetea peligrosamente con resultar anodino en este parte. Lo contrario sucede con la música de Mychael y Jeff Danna, que transmite unas sensaciones parcialmente inhabituales en el cine de Pixar, pero con mucho acierto y sabiendo resaltar tanto su vertiente más dinámica como la puramente emocional.
De hecho, la banda sonora es otra de las cosas que me recuerdan que ‘El Viaje de Arlo’ funciona mejor cuando los dos protagonistas no hablan y simplemente actúan, ya sea movidos por su enemistad al principio, por un peligro que han de sortear o por la conexión emocional que les une. Ahí reside la auténtica fortaleza de la película, pero es algo que sólo se consigue de forma esporádica. Lástima.
En definitiva, ‘El viaje de Arlo’ es una película que está bien y en la que Pixar da uno o dos pasos adelante en lo referente al acabado de la animación, pero también es decepcionante tanto por estar lejos del nivel habitual de la compañía como por no saber integrar de forma adecuada todos los elementos que utiliza. Todo ello provoca que sea una simpática pero irregular "aventurilla" con un par de escenas muy estimulantes, lo cual habría sido suficiente en otros casos, pero aquí sabe a demasiado poco.
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