El pasado Viernes se estrenó entre nosotros 'Todos los Hombres del Rey' (otra traducción de título como Dios manda, vamos mejorando), película que a mí no me interesa lo más mínimo y que si me acerco a ver al cine es evidentemente por su espectacular reparto. Lo que sí he hecho es verme de nuevo la primera versión, cuyo título original es el mismo ('All the King´s Men'), pero que aquí en su momento titularon 'El Político', para no complicarse demasiado. Curiosamente en las críticas que he oído o leído sobre el film de Steven Zaillian recomiendan encarecidamente que la gente se acerque a las tiendas a hacerse con una copia de la versión antigua, que les va a gustar mucho más. Como no he visto la moderna lo que yo recomiendo es ver la antigua igualmente, si quereis para aprovechar que una nueva versión se ha estrenado, o realmente porque es una gran película independientemente de remakes.
La historia de 'El Político' sigue el comienzo y ascenso meteórico de un hombre normal y corriente que en principio sólo quiere ser abogado, pero que termina convirtiéndose en Gobernador, y por lo tanto en un hombre muy poderoso e influyente. Sacad todas las ramificaciones que querais de dicho esquema argumental, y absolutamente todas se cuentan en la película: corrupción, amistad traicionada, infidelidad, más corrupción, ideales traicionados, sexo, más corrupción aún que queda mucha película, fin.
Robert Rossen dirige con maestría todo el film de principio a fin y con un ritmo endiablado. Basándose en la novela de Robert Penn Warren, el director hace un incisivo estudio sobre la corrupción política narrando con una sobriedad increíble y con un tratamiento que mezcla el melodrama con unas pizcas de cine negro, esto último sobre todo en su parte final. Y cómo no, con esa maravillosa gama de grises, más el blanco y negro que tienen las películas clásicas.
El film ganó tres Oscar en la edición de aquel año, 1949, a mejor película, mejor actor principal, un sensacional Broderick Crawford, componiendo uno de esos personajes ambigüos a los que uno es capaz de amar y odiar al mismo tiempo. Atención a su primer discurso importante en público, la fuerza y confianza en sí mismo de Carwford traspasa la pantalla. También se llevó la estatuilla a casa una sorprendente Mercedes McCambridge en el que fue su primer papel para el cine, la mujer que acompaña en todo momento al político en todas sus campañas, hasta llegar al punto de conocerle mucho más de lo que se conoce él mismo.
Puede que uno de los puntos flojos de la cinta sea John Ireland, en el papel de narrador, un periodista que va cubriendo la carrera de éxitos y fracasos del político en cuestión. El actor aguanta falsamente con el peso de la película, ya que todo está narrado desde su punto de vista. El actor puede que no esté a la altura de las circunstancias, o mejor dicho a la altura de sus dos compeñeros de reparto. Por cierto, este personaje en la versión nueva lo interpreta Jude Law, y lo cierto es que el parecido con Ireland, por lo menos en esta película, es enorme.
'El Político' no ha perdido ni un ápice de frescura en su discurso que sigue totalmente actual a pesar del tiempo transcurrido, y es que la corrupción política me temo que es algo que siempre estará de moda. El film de Rossen lo demuestra con su atemporal propuesta. Si teneis oportunidad, no la dejeis escapar, la edicicón en dvd está bastante bien de calidad.