El debut en el largometraje del australiano Nick Tomnay, ‘El perfecto anfitrión’ (‘The Perfect Host’, 2010), nos muestra a John (Clayne Crawford) quien, tras robar un banco, huye de la persecución policial y ciudadana que se ha formado después de que su fotografía haya aparecido por televisión. Aprovechándose de su aspecto pulcro y de sus ademanes elegantes, finge ser quien no es para ocultarse, durante unas horas, en la casa de un señoritingo que prepara la cena para sus invitados. Pero, cuando descubre que uno de los comensales es fiscal y escucha por radio una noticia que lo pone aún más en peligro, no puede evitar delatarse y lo que hasta ese momento era una charla tensa, pero cortés, se convierte en un secuestro a punta de cuchillo.
David Hyde Pierce se encuentra con un papel diseñado para darlo todo, para lucirse y demostrar su rango y capacidades interpretativas y supera las exigencias del guion transformándose con cada giro de la trama y ofreciendo, tras cada sorpresa, no solo credibilidad en facetas muy diferentes de su personaje, sino incluso momentos humorísticos y escalofriantes. Es extraño que se haya visto tan poco a este actor tras su paso, entre 1993 y 2004, por la serie ‘Frasier‘, donde interpretaba al afeminado, aunque heterosexual, hermano del protagonista, Niles Crane. En estos años ha estado prácticamente retirado, prestando únicamente su voz a episodios televisivos. Con el peso del personaje que interpretó durante once años, ha preferido alejarse de la televisión casi por completo y se ha refugiado en los escenarios de Broadway con gran éxito de público y premios.
‘El perfecto anfitrión’ ha tenido un estreno en salas parcial en EE. UU. y ha pasado directamente a la explotación por cabe o en DVD. Sin embargo, aquí la encontramos en las carteleras, no solo como una digna opción, sino casi como una de las mejores cintas que se pueden ver en estos momentos en los cines.
El aspecto teatral que podrían conferirle la gran porción de su metraje transcurrido en una única localización, el duelo actoral o la predominancia de los diálogos, se ve paliado por determinados aspectos que solo el cine puede resolver y por un inicio y un arranque que necesitan ubicarse fuera de la lujosa vivienda unifamiliar. La historia narrada en flashbacks, que aporta una información sabiamente dosificada, es otro de los puntos que en teatro no se habría podido contar con similar facilidad.
Por otra parte, la labor tras la cámara de Tomnay, quien también escribe y monta de forma encomiablemente concisa la película, es exquisita y vistosa. Con ello entendemos que para los estadounidenses pueda ser la ausencia de superestrellas lo que les haga pensar en la película como un producto menor.
O quizá también el hecho de que, para muchos, se trata solamente de otra película más con sorpresa final. No obstante, yo la encajaría en una subcategoría bastante menos poblada de películas con características muy particulares en las que lo preponderante es el retrato psicológico. En cierto modo, me recordó a una cinta que me gustó mucho en su día, aunque no gozó de demasiado clamor popular, ‘El impostor’ (’Deceiver‘, 1997), en la que el enorme Tim Roth interpretaba a un mentiroso compulsivo que le daba la vuelta a un interrogatorio que parecía no tener fin.
Conclusión
‘El perfecto anfitrión’ es un psicothriller lleno de giros y sorpresas y con una buena dosis de humor negro, culminado con una inmensa interpretación. Suficiente para mí para disfrutar enormemente durante el breve rato que dura y sin que se me ocurra nada que pudiese exigirle. Antes de verla, por lo que había leído, me imaginaba el típico duelo dialéctico de interesantes diálogos que lanzan frases como pullas y, aunque eso pudiese resultarme sugerente y atractivo, lo que encontré me satisfizo aún más, pues el elemento psicológico se explota aquí con mucha mayor profundidad. Para espectadores muy puristas, la película puede resultar quizá rocambolesca o pasada de vueltas, pero no es mi caso. Espero que no la dejen pasar muchas personas que seguro que la encontrarán interesante.
Spoilers: Quedan en el tintero muchos detalles en los que entrar, pero nos hallamos ante una película sobre la que es fácil hablar demasiado, ya que la mejor forma de disfrutarla es dejarse sorprender. Por ese motivo, no saco a colación todo lo memorable y ruego, asimismo, a quienes deseen comentar, que avisen de “spoilers”, si es que van a profundizar en algún aspecto revelador. El cartel de la película y todo lo que la rodea han sabido despistar de forma muy hábil y agradezco que se me haya tenido en la oscuridad de la misma forma en la que he procurado tener a los lectores que aún no hayan visto la película, tanto con mis palabras como con la elección de las fotografías.
Otra crítica en Blogdecine | ‘El perfecto anfitrión’, un encantador perturbado, por Juan Luis Caviaro.
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