‘El otro lado del espejo’ es un film coreano que ha conocido distribución en nuestro país únicamente en el marcado del dvd, en el cual digamos que no se ha hecho muy popular. Tal vez haya tenido que ver el hecho de que, de un tiempo a esta parte, el espectador se ha cansado bastante de los films de terror orientales, pues las distribuidoras españolas parecían no querer traernos películas de otros géneros, al menos de cara a las grandes masas consumistas. Y dado que el género de terror en estas cinematografías estaba cayendo en la más aburrida de la repetición de esquemas, no es de extrañar ese abandono hacia films cono el que nos ocupa.
No es ‘El otro lado del espejo’ una excepción al actual (entendiendo por actual los últimos cinco años más o menos) estado del género de terror proveniente de aquellas tierras. Son sus fórmulas las mismas que en otros títulos que bien podrían entremezclarse entre sí y nadie lo notaría jamás. Y aunque al final uno tiene la sensación de haber visto lo de siempre, al menos en esta ocasión, la idea base de la que parte la película tiene un atractivo innegable.
Cuenta la película la historia de un expolicía que trabaja como jefe de seguridad en unos grandes almacenes que próximamente serán reabiertos al gran público. Hace un año que abandonó el cuerpo debido a una mala experiencia en una situación de rehenes en la que por su culpa mataron a su compañero. Ahora, intentando reconstruir su vida personal y profesional, se enfrentará a algo completamente desconocido que le traerá de vuelta la mencionada desgracia. En su lugar de trabajo empiezan a sucederse una serie de muertes horribles y en apariencia inexplicables.
La película se sustenta únicamente, y esto no la convierte siquiera en buena, por el trabajo de su actor principal y por una excelente premisa a la que no se le saca todo el partido necesario. Los espejos, objetos tan presentes en nuestra vida diaria, se convierten en el catalizador de nuestros temores más profundos, la metáfora idónea a la dualidad de todo ser humano, yendo más allá del típico enfrentamiento entre el bien y el mal. Otro mundo que nos mira al otro lado siendo algo más que el reflejo del nuestro, convirtiéndose en un universo paralelo en el que nuestra imagen (¿el alma tal vez?) puede continuar en caso de perecer a este lado. Es esto lo mejor de ‘El otro lado del espejo’, sobre todo por conferirle a los espejos la cualidad de encerrar la imagen de nuestro paso por la vida, pudiendo ésta continuar sin nosotros, pero al otro lado, como fantasmas que vagan en busca de su otro yo. Y más aún cuando la propia Historia podría sustentar sin ningún tipo de problema esa teoría, a través de las pruebas dejadas a lo largo de los siglos en el Arte, sin duda lo más atinado de toda le premisa.
La historia que viste el film, dejando de lado la atractiva idea de los espejos, es totalmente anodina y sin interés alguno. Una historia de asesinatos y fantasmas (o no, nunca queda claro) que buscan venganza. Un caso policíaco que camina por senderos demasiado previsibles, debido a un guión excesivamente torpe, que incluye explicaciones un tanto rocambolescas y personajes presentados en el peor de los momentos. El director se explaya innecesariamente en un film que dura demasiado, con tiempos muertos que dilatan la acción más de lo necesario, esforzándose infructuosamente por explicar una trama que no interesa, y pasar sólo por encima, con brochazos a tientas, de lo que realmente importa. Por haber querido caer en el lado más fácil del asunto, la película paga las consecuencias y nosotros con ella, aburriéndonos como ostras y sólo despertando nuestra curiosidad cuando la idea antes explicada emerge de entre la mediocridad que reina en la película. Película que por momentos parece estar protagonizada por actores totalmente inexpertos, o primerizos, como si de un filme de Bresson se tratase, pero con resultados ciertamente distintos, llegando a producir verdadera vergüenza ajena en más de un instante. Sólo Yu Ji-tae (al que muchos recordaréis por la magistral 'Oldboy') se esfuerza por hacernos creer un personaje aislado del mundo por culpa de un error cometido en el pasado, y que poco se ahoga en su propia soledad (todos en cierta medida le han dado la espalda), encontrando en unas muertes que escapan a la lógica y la comprensión, una nueva razón para luchar, para sobrevivir, para ser de nuevo alguien.
'El otro lado del espejo' es un film más bien olvidable que desaprovecha una idea realmente sugestiva y estimulante, que tal vez en otras manos hubiera dado mucho más de sí. Alexandre Aja lo ha intentado recientemente, y los resultados han sido mucho peores de lo esperado, pero de eso ya hablaremos en otra ocasión. Para los curiosos, tenéis editada esta película coreana en dvd desde hace tiempo por Selecta Visión, sin ningún tipo de extra. Así por lo menos podréis entender algo de la versión americana protagonizada por Jack Bauer, perdón, Kiefer Sutherland.