Jean-Pierre Jeunet ha dirigido siete películas en 23 años, dos de las cuales forman parte ya del imaginario popular, caso de ‘Delicatessen’ (id, 1991) y ‘Amelie’ (id, 2001), para mí su mejor película. Precisamente con la encantadora historia protagonizada por Audrey Tatou tiene bastantes puntos ‘El extraordinario viaje de T.S. Spivet’ (‘The Young and Prodigious T.S. Spivet’, Jean-Pierre Jeunet, 2013) —al menos en intenciones, no así en resultados— , otra aventura del director en el cine americano, tras la extraña ‘Alien resurrección’ (‘Alien: Resurrection’, 1997) o, como él mismo señala, falso cine americano producido en Francia y Canadá.
Justo al lado del último país citado, en la frontera misma, en el estado de Montana, comienza esta preciosista historia que tiene como protagonista a un niño de 10 años, extremadamente inteligente para su edad, que logra inventar un motor de movimiento perpetuo por el que recibirá un premio al otro extremo del país, embarcándose entonces en una viaje que promete ser toda una aventura. Una especie de fábula, no demasiado conseguida, sobre la madurez, la familia y la culpabilidad. Muchos colorines, eso sí.

Jeunet declaraba en una entrevista que la cinefilia había muerto, apreciación con la que estoy prácticamente de acuerdo, y ponía un ejemplo muy descorazonador al preguntar a un grupo de estudiantes de cine cuántos de ellos habían visto ‘La dolce vita’ (id, Federico Fellini, 1960), y la respuesta fue realmente terrible, algo que veía a colación sobre el uso de las nuevas técnicas en el séptimo arte, el olvido de las grandes películas, y esa imperiosa necesidad de que prime el dinero sobre todas lo demás, algo que según Jeunet ha llevado a utilizar mal incluso la 3D.
Personajes poco interesantes
Dicho formato es el que ha motivado al director a realizar esta película, en la que una pesada voz en off explica innecesariamente lo que ya vemos en pantalla, salvo algún detalle que el director se ve incapaz de reflejar mediante la puesta en escena, que esta vez parece no cuajar a la hora de transmitir al espectador la particular odisea de un personaje en sí poco interesante —con mención especial, eso sí, para el debutante Kyle Katlett, que carga estoicamente con el peso de todo el film—, como el resto, donde tenemos una madre obsesionada con los insectos (Helena Bonham-Carter) —alegoría sobre la importancia de las cosas pequeñas, los detalles— y un padre aún inmerso en la época de los cowboys (Callum Keith Rennie), tal vez la inmadurez que todo hombre manifiesta a veces.

Un momento del rodaje de 'El extraordinario viaje de T.S. Spivet'
Es curioso cómo un padre, personaje melancólico pero sin definir por completo en su relación con la madre, parece tan diferente a un hijo que se las ingenia para coger una maleta y recorrer medio país para que le den un premio. Dicha diferencia generacional que incluso abarca más épocas de las que un padre y un hijo representan queda diluida en una parte final, excesivamente atolondrada en la que además se bucea por la superficialidad de los programas de televisión buscando hurgar en las emociones del público. Tonos diferentes, mezclados, amalgamados y despachados con cierta alegría, aquella que nos acerca también a cierto punto ñoño en la historia.
Desde la penosa ‘La ciudad de los niños perdidos’ (‘La cité des enfants perdus’, 1995) Jean-Pierre Jeunet no me había aburrido tanto, con este viaje físico y emocional que no va a ninguna parte, a pesar de aciertos aislados y buenas intenciones. Todo el tramo final, que debería suponer una catarsis colectiva se queda en nada, aun contando con una entregada interpretación de Judy Davis en un personaje que, como el resto, termina por diluirse. Con todo, el director francés a mí me tiene ganado desde hace ya muchos años. Este tropiezo tridimensional no me preocupa.
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9 comentarios
riot91
Jeunet es uno de mis directores actuales favoritos. Tú mala crítica a su nuevo proyecto no me desanima lo más mínimo a verla, especialmente porque la, para ti penosa, "Ciudad de los niños perdidos" es en mi opinión la obra maestra del director galo.
Fuel
La última película que intenté ver de Jeunte fue Mimacs y me pareció tremendamente irregular y aburrida, así que me imagino que con esta ni lo intento. Una pena, porque me apasiona su estilo visual.
loula2
De acuerdo contigo en cuanto a que Amelie es su mejor película. Todavía no he visto la última, pero para mi gusto La ciudad de los niños perdidos no resultaba tan penosa; quizá no tan brillante como Delicatessen o la de la parisina de los enanos de jardín viajeros (qué buena la historia!!), pero tenía la marca de la casa de este director tanto en la puesta en escena y la banda sonora. Su manera de hacer cine "de colorines" siempre me ha gustado!!
pepe perez
Albuín, has descrito la película exactamente como es.
Yo fui a verla pensando en una reedición de "Amelie" pero sumergida en la "forma de vida" americana y me encontré con algo indefinible, muy aburrido y enmarañado.
Y, ya que estamos, ¿alguien me puede explicar qué quería significar en esa película ese rollo de las tostadoras abrasadas y la manía que tenía la madre por coleccionarlas?. Porque yo no veo ningún encaje en el hilo argumental.
east101
No puedo opinar porque tengo pendiente verla, pero Jeunet es uno de los directores en activo que mejor me caen por cosas como estas:
"y esa imperiosa necesidad de que prime el dinero sobre todas lo demás"
billyjack
No estoy de acuerdo con tu punto de vista, ya que este director se me antoja como la versión francesa de Terry Gilliam, que algunos idolatramos y otros denostan.
abrahamcs
Lo malo es ir a ver una peli con la esperanza de que se parezca a Amelie o Delicatessen(Banda sonora memorable incluida)y encontrarte con una película demasiado americanizada,sin la magia que caracteriza a este director,banda sonora normalita siendo generosos y donde solo se salva el niño protagonista según mi opinión.
Vuelve a tus orígenes Jean Pierre y de paso llámate a Yann Tiersen para las score de tus películas.
joseroman13
me gusto eesta pelicula pero cada quien tiene su opinion
jose.i.baron.9
Se nota que las personas que aca opinan no disfrutan lo que ven no se dejan llevar por el arte de quien les quiere decir algo nuevo. Es cierto que esta fabula no busca un mensaje universal, pero nos demuestra que hemos perdido la capacidad de asombro. No importa si existe o no el movimiento perpetuo o las grandes leyes de la física, es mas valioso el niño o persona detrás, no importa las expectativas, sino el camino que debes recorrer para lograrlas. Creo que he caido en la pecera mientras el resto mira de afuera los peces de colores.