Menno Meyjes dirige 'El niño de Marte' ('Martian child'), una extraña película que protagonizan John y Joan Cusack, Amanda Peet, Oliver Platt y Bobby Coleman. El guión de Seth E. Bass y Jonathan Tolins está basado en la novela 'El niño marciano', de David Gerrold. John Cusack encarna a David Gordon, un viudo que sigue manteniendo el contacto con su cuñada (Amanda Peet) y pasa mucho tiempo con su hermana (¿adivináis quién hace este papel?). Es escritor de ciencia ficción porque de niño se sentía como un bicho raro en el colegio. Cuando su mujer vivía, se pusieron en contacto con una agencia de adopción y ahora que ella no está, una empleada de la agencia lo sigue llamando para colocarle a un niño que se esconde dentro de la caja de un televisor y que dice ser de Marte.
Con este material, la película podría haber ido por dos derroteros bastante diferentes. O bien podría haber tomado la parte extraña y friqui, sumergiéndose en ella del todo para mostrarnos a unos personajes peculiares que encuentran el uno en el otro una especie de media naranja de padre e hijo y para hacernos volver a sentir las fantasías infantiles hasta el punto de que dudásemos de si la afirmación del niño es cosa suya o si realmente es marciano. O bien podría haberse enfocado desde un punto de vista familiar y empalogoso, con una de esas moralejas que tanto les gustan a los estadounidenses. ¿Qué es lo que hace? Una mezcla de las dos cosas. ¿Y cuál es el resultado? Que el film es bueno o malo según el momento. Cuando se está inclinando más hacia lo primero, aunque no se acerca mucho al tono de extrañeza que le podrían haber dado otros directores (siempre se piensa en Tim Burton para cosas así, pero habrá otros… ¿Terry Gilliam?)… cuando se acerca a este enfoque, decía, tiene sus escenas interesantes y curiosas. Y el poco tiempo que consigue despertarnos esa duda es la parte de la película que mejor lograda está. Sin embargo, cuando lo que domina son las charlas sobre el cariño y sobre padres que no abandonarán a sus hijos, las lágrimas y los abrazos... cuando es esto lo que domina, decía, la película se torna un tanto inaguantable.
Si a esto le sumamos que la trama es bastante simplona y que todo se ve venir, deseamos aún más que hubiesen optado por hacer algo raro. No he leído el libro y no sé si tendrá también esta esquizofrenia entre dárselas de freak, pero contentar a todo el mundo con un tono convencional. Probablemente lo tenga. El caso es que es una pena porque se podría haber conseguido una cosa mucho más original. Ya que comienza enganchando a los "raritos" –así decían en el doblaje, no tuve más remedio que verla doblada— con un personaje con el que nos podríamos encontrar a gusto por tener cosas en común, podría haber seguido por ahí, pero no explota nada el potencial que tiene con lo de que él escriba libros de fantasía o ciencia ficción.
'El niño de Marte', como habéis leído al principio, cuenta con tres gigantescos actores, que son los hermanos Cusack y Oliver Platt. Gracias a sus interpretaciones, la película se sostiene, aunque sobre todo con John y Joan, pues Platt tiene un personaje muy terciario y apenas se aprovecha su enorme potencial. Hace una pequeña aparición Anjelica Huston, que también es de las grandes. Pero quien más llama la atención es el niño: Bobby Coleman. Su actuación es increíblemente buena. Además, es muy guapo y tiene un currículum nada desdeñable, por lo que probablemente estemos ante un nuevo fenómeno de actor infantil (ya me veo leyendo noticias sobre abuso de drogas y conducción temeraria dentro de cinco o diez años). Lo consigue todo: que nos creamos durante un tiempo que es marciano, que nos dé algo de pena, que asuste en ocasiones… incluso baila. Un pequeño prodigio.
Sin embargo, Amanda Peet, que hasta ahora más o menos me caía bien, resulta tontísima, con un papel absurdo de mística plasta. Cada vez que ella aparece, la película baja decenas de grados en interés. Esto destruye la única oportunidad que tenía la película de contar con una trama secundaria que interesase. Apenas podemos ver algo de la historia con ella porque no existe la química ni la credibilidad y, por lo tanto, la historia del niño es la única existente. Como esto no da para un desarrollo suficiente, hay varios momentos aburridos que son claras escenas de relleno.
En resumen: una película que quiere ser al mismo tiempo extraña y convencional, para un público concreto y para audiencias generalistas. Por quererlo todo, no consigue nada. Eso sí, se puede recomendar verla por los actores con los que cuenta.
'El niño de Marte' se estrena el 22 de febrero. Aquí se puede ver un tráiler.