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'El Niño de Marte', el aburrido terrestre

'El Niño de Marte' es una película que guarda algunos parecidos con 'K-Pax', curioso y en parte fallido film protagonizado por unos excelentes Kevin Spacey y Jeff Bridges sobre un hombre que decía ser un extraterrestre. En esa película a veces acertaban con el tono, logrando desconcertar al espectador gracias a una ambigüedad muy conseguida, lastrada sólo en parte por algún que otro exceso. Precisamente ese aspecto es en el que fracasa totalmente 'El Niño de Marte' ('Martian Child', 2007), la cual pretenden vendernos como comedia dramática.

La película narra la adopción de un niño que dice ser de Marte, por parte de un famoso escritor de novelas de Sci-Fi, que de pequeño era considerado un niño raro. Recientemente enviudado, y en compañía de su perro, se siente más solo que la una, por eso cree que la adopción será salir no sólo de la rutina, sino dar un paso en su vida, un paso importante. Para ello contará con el apoyo de su cuñada, por quien siente algo más que cariño familiar.

Empecemos por lo único salvable de esta ridícula película: John Cusack. Un actor excelente y lleno de carisma en todo lo que hace, y al que sólo le falta un estatus de estrella para ser valorado en su justa medida como lo que es, uno de los mejores actores de los últimos años. A pesar de que el material de partida de 'El Niño de Marte' no da para mucho, y los personajes están muy desdibujados, Cusack logra sacarle partido a su rol, y nos ofrece varias escenas para nuestro deleite personal. Apúntese el momento en el que observa unas fotografías de su esposa, la típica escena ñoña, que gracias a la contención del actor se convierte en un momento íntimo realmente sensible.

Pero la película no va por ahí, y se centra sobre todo en la relación de dos bichos raros. Uno, un escritor famoso al que nadie aparece comprender, intentando triunfar como padre, algo cuyas motivaciones no quedan bien explicadas del todo. Y el otro un niño que se cree un marciano, y que prácticamente podría serlo. Pero el film, en vez de jugar un poco con esta premisa, no es capaz de ocultar su verdadera naturaleza, muy posiblemente por lo facilón de la historia y la sosa puesta en escena de su director, Menno Meyjes (cada vez que pienso que este tío hizo el guión de la magistral 'El Color Púrpura' me da algo), quien no es capaz de dotar al film de la atmósfera adecuada, ofreciéndonos al final la típica y tópica historia de niño adoptado por padre al que se le cuestiona la adopción, y bla bla bla.

Curiosamente en el aspecto de dejar la película totalmente cerrada y no dejar lugar a dudas sobre la "procedencia" del mocoso, al cual le da tanto por ponerse a hacer fotos con una máquina de carrete eterno, como ponerse a bailar (momentos éste de una vergüenza ajena de proporciones cósmicas), como llevar un cinturón para que la gravedad de Marte no se le lleve volando, pues la película se contradice en algunos momentos en los que se engaña literalmente al espectador de forma casi pueril (el momento de saborear los colores). Ni siquiera aprovecha el dato de que el niño casi siempre ha sido rechazado y eso le provoca un trauma de órdago, por lo que ganárselo implica jugar con sus reglas. Por no hablar de los giros de guión que la historia da, sobre todo aquel que sucede después de que el personaje de Cusak consiga el consentimiento final para la adopción. ¿Qué le pasa para comportarse de esa forma con el crío? Absurdo.

Respecto a los actores, lo dicho, John Cusack es el mejor, y desde luego merece aparecer en películas mejores que ésta. A su lado, su hermana Joan Cusack, dando vida a su hermana en la ficción, Oliver Platt haciendo como casi siempre el tonto, Anjelica Huston en un papel que podría haber hecho cualquier otra y sin importancia alguna, y Amanda Peet y Sophie Okonedo simplemente desfilan de vez en cuando por la película. Del niño Bobby Coleman decir que tal vez tenga una graciosa presencia, pero que se busque alguien que le dirija mejor, porque inexpresivo es un rato. Evidentemente hablamos de un niño, así que tendrá tiempo. O no. 'El Niño de Marte' es una película muy floja, y enormemente aburrida, que desaprovecha todas sus posibilidades, aunque éstas tampoco fueran muchas.

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