Bruce Willis era una de las mayores estrellas de Hollywood y durante años supo cómo vivir de las rentas pese a no conseguir ningún taquillazo. La buena acogida de propuestas como ‘Red’ o ‘Looper’ ayudó a que eso no se notase demasiado, pero su carrera durante los últimos años ha mostrado una indiscutible decadencia que le ha llevado a participar en despropósitos como ‘Mercancía peligrosa’ (‘Precious Cargo’), por no decir que la mayoría de sus últimos trabajos ni se estrenaban en la gran pantalla.
Espero que sepa aprovechar la oportunidad que le ha brindado M. Night Shyamalan en ‘Glass’, pero antes de eso podremos verle en otro puñado de títulos. El más prometedor, aunque eso tampoco sea decir mucho, era ‘El justiciero’ (‘Death Wish’), un reboot de ‘El justiciero de la ciudad’ en la que él asume el papel interpretado en 1974 por Charles Bronson. El resultado no es del todo despreciable, pero se queda lejos de ofrecer algo memorable al cine de venganzas.
Cómo ha acabado siendo lo que es
A estas alturas hemos visto multitud de películas que vienen a contarnos la misma historia que ‘El justiciero de la ciudad’ heredó de la novela original de Brian Garfield. Lo único que podía cambiar un poco era el enfoque, especialmente la posibilidad de mostrar a su protagonista como un héroe al margen de la ley o un monstruo sediento de sangre. Lo habitual era situarlo entre ambas opciones, pero la idea inicial de ‘El justiciero’ era ir en la segunda dirección.
En primera instancia iba a ser Joe Carnahan quien escribiera y dirigiese la película y finalmente solo aparece acreditado como guionista. Eso sí, su libreto original ha sufrido múltiples reescrituras que se han saldado con un acercamiento a la historia más convencional, pasando su protagonista de perder toda su humanidad a ser un hombre de familia que disfruta tomándose la justicia por su mano tras el ataque sufrido por su mujer y su hija.
Personalmente me importa poco la moral que defienda una película, siempre y cuando sepa cómo desarrollarlo en lugar de quedarse en su capa más superficial. Por desgracia, ‘El justiciero’ ve limitado su interés a dos detalles concretos: el carisma de Willis y la capacidad de Eli Roth de desarrollar una puesta en escena eficiente que brille en momentos concretos. Las dos cosas están ahí, pero a un nivel muy inferior al necesario para convertir a ‘El justiciero’ en un buen entretenimiento.
‘El justiciero’, más de lo mismo y no mejor
En el caso de Willis siempre tuve una especial debilidad por él como héroe de acción. Su actitud de que todo le importe un pimiento unido a una efectiva socarronería le hacía casi irresistible en un panorama en el que abundaban los personajes planos y redundantes. La cuestión es que el desgaste también se ha dejado notar ahí y aquí solamente destaca en momentos puntuales -el encuentro con la psicóloga tras haber empezado a ejercer como justiciero-.
Por lo demás, Willis no se queda muy lejos de ser otro vengador más, pues poco pone de su parte para llegar a diferenciarlo. Ahí es cierto que tiene en su contra un dibujo de personaje en el guion que no termina de decantarse por una opción u otra, pero él podría haber decantado más la balanza a partir de su actuación, pero bueno, al menos se le nota un poco en su salsa en lugar de limitarse a aparecer por ahí para cobrar su cheque.
Por su parte, Roth demuestra una solvente realización de las escenas de acción y pone su guinda personal con la aparición ocasional de arrebatos de violencia que delatan su pasado en el cine de terror. Son chispazos en los que ‘El justiciero’ abandona la rutina reinante, y es que donde sí fracasa es en saber delimitar el tono de la película. Solamente se decanta de forma definitiva en un desenlace propio de otra época que cuesta mucho aceptar tal cual en la actualidad.
Al final el gran problema de ‘El justiciero’ es que solamente quiere adoptar ciertos elementos del thriller de los 70, los cuales justo es reconocer que degeneraron rápidamente para potenciar los detalles más comerciales. Cualquier toque realista queda de lado en beneficio de un thriller rancio, monótono en su tratamiento de la venganza, algo especialmente visible en los diálogos, y que tampoco destaca tanto cuando pone toda la carne en el asador.
En definitiva, ‘El justiciero’ es otra película más sobre la temática y no tiene nada en especial que le permite destacar por encima del aluvión de herederas de la cinta protagonizada por Charles Bronson. Aquí al menos Willis se esfuerza un poco más de lo habitual últimamente en él y Roth muestra cierta eficacia en las escenas de acción. El problema es que la película es más que eso y en todo lo demás flojea de forma más o menos llamativa.
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