'El Juego de los Idiotas' es una pésima traducción del título original del film, 'La Doublure', que me imagino han puesto para engañar al personal y hacerles ver que tal vez esta película tenía algo que ver con 'La Cena de los Idiotas', un film también dirigido por Francis Veber y que goza de bastante popularidad. Veber es uno de los directores de comedias más famosos del país vecino. Sus películas enseguida se convierten en éxitos, y aunque es cine de consumo rápido lo cierto es que algunas de sus películas suelen estar por encima de la media de este tipo de productos, sobre todo si las comparamos con las comedias que nos llegan de los USA, que cada vez estoy más convencido de que son para gente con el encefalograma plano. Al menos las de Veber no toman al espectador por idiota, porque aunque no lo parezca se puede juntar la calidad con lo comercial. No siempre sale bien, pero se puede hacer. Lamentablemente 'El Juego de los Idiotas' es uno de esos casos en los que no les ha salido bien.
Pierre Levasseur es un importantísimo hombre de negocios que tiene un lío con una famosa top model. Un día es pillado con ella en la calle por un fotógrafo. Para evitar un divorcio millonario, Pierre hará creer a todo el mundo que no tiene nada que ver con la top model, para lo que ideará un curioso plan: hará que la top model y un pobre hombre, François Pignon, vivan juntos como pareja. Los malentendidos empezarán a sucederse.
François Pignon es un personaje que se ha repetido en varias ocasiones en el cine de Veber, siempre interpretado por distintos actores. Suele representar a un hombre normal y corriente de clase media baja. Una de esas personas a las que nunca les pasa nada importante, pero que gracias a Veber se convierten en verdaderos héroes. Aquí el personaje está interpretado por Gad Elmaleh, quien enseguida se gana la simpatía del espectador, covirtiéndose sin duda alguna en lo mejor de la película, un personaje tierno, amable y con el que todos podemos sentirnos identificados.
Al lado de Elmaleh, dos actores con renombre internacional, Daniel Auteoil, con un personaje bastante tópico, pero que en un par de ocasiones proporciona momentos desternillantes, debido a los ataques de rabia que éste sufre. El actor está un pelín exagerado. Al igual que Kristin Scott Thomas, que interpreta a su mujer. La actriz a la que estamos acostumbrados a verla metida en otros menesteres no da todo lo que se podría esperar de ella.
La top model está interpretada por Alice Taglioni, una mujer impresionante desde prácticamente todos los puntos de vista. Su simpatía y buen hacer sobresalen por encima de los defectos de un personaje que está sujeto a un tratamiento en el guión un tanto increíble. Aún así, esta actriz es capaz de dejar con la boca abierta a cualquiera.
Independientemente de que los actores estén bien o mal, lo cierto es que éstos no pueden hacer demasiado en una película que no desarrolla completamente lo ingenioso de su propuesta. Una verdadera pena, ya que podría haber situaciones verdaderamente delirantes, pero que simplemente se quedan en la superficie o son sugeridas, o ni eso. Veber no se esfuerza demasiado en dirigir con pasión una película que podría haber estado muchísimo mejor. Es como si no se encontrara inspirado, o simplemente no confiara en el material que tenía entre manos.
Una película muy floja, con algunos buenos momentos y alguna buena interpretación, pero que no es nada memorable. Enseguida la olvidaremos, aunque Alice Taglioni quizá venga a perturbar alguno de nuestros sueños. Espero impaciente su presencia en próximas películas, mientras rescato alguna del pasado. ¡Dios, qué mujer!