'Detour', un film de serie B que vive una segunda oportunidad

Os había hablado del film ‘El desvío’ (‘Detour’) debido a que, en el momento en el que apareció en DVD, le dedicaron un espacio considerablemente extenso en ‘Días de cine’. Argüían que se trataba de un film de serie B que podía ser considerado de primera categoría porque tenía un aire de cine negro y un aspecto bastante digno. No sé a vosotros, pero a mí consiguieron crearme una curiosidad. Le he dado la oportunidad y debo decir que, aparte de algunos momentos curiosos, no encuentro en la película ningún motivo de encomio.

‘El desvío’ está dirigido por Edgar G. Ulmer y data de 1945. Sus intérpretes son Tom Neal, Ann Savage y Claudia Drake. Un autoestopista con aspecto acabado comienza a contar al espectador una historia que se verá a través de flashbacks: tiempo atrás, era pianista en un club e inició un romance con la cantante. No obstante, cuando le iba a pedir matrimonio, ella le confesó que deseaba marcharse a Los Ángeles para probar fortuna. Le invitó a acompañarla, pero él rehusó. Más adelante, sin embargo, él la llamó por teléfono comunicándole que había decidido ir a visitarla. Al encontrarse corto de fondos, debía hacer todo el viaje, de una punta a otra de los Estados Unidos, en auto-stop. Sería durante ese periplo cuando encontraría un desvío fatal del destino.


Cierto es que se encuentran en el film elementos del cine negro, como pueda ser la femme fatale, como es la voz en off o el estilo demacrado y vividor del protagonista… Los planos, por sí solos, tomados como fotografías aisladas, resultan muy aparentes. Pero no dejan de ser aspectos circunstanciales que no acercan ni mucho menos el producto a las buenas cintas del género. Más que una película barata con posibilidades de ser considerada buena, tiene pinta de ser un film con un buen punto de partida y aspiraciones nobles echado a perder por un mal desarrollo.

Los defectos que podrían denotar la serie B son numerosos. Por ejemplo, por algún motivo, existe una serie de planos que están virados y donde parece que los coches circulasen al modo británico. También se aprecia la falta de medios en unas carreteras a las que los focos del coche no alcanzan a dar luz, ya que la composición del plano se ha efectuado con un back-projection. Del mismo modo, aunque viajen en un descapotable, el viento no les agita las corbatas ni les arranca los sombreros. Todos estos defectos, por supuesto, no sólo son secundarios con respecto a la globalidad de la película, sino que son hasta interesantes para darle un encanto a ‘El desvío’. Si lo demás funcionase, no servirían, ni mucho menos, para desmontar la valía del film.

Argumental y estructuralmente, ‘El desvío’ presenta varios puntos dudosos. Comenzamos con una introducción hecha a base de voz en off que se dirige al espectador tratándolo en segunda persona. La trama arranca con poca claridad y se tarda bastante en saber de qué trata. Si se analiza someramente, se encuentran bastantes cosas que carecen de sentido, como por qué decide ir a ver a su amada más adelante o, peor aún (SPOILER) cómo ha muerto el dueño del automóvil (FIN DEL SPOILER). Esto último podría carecer de importancia, si no fuese porque supone precisamente el punto de impulso de todo el conflicto y de todo el desarrollo argumental. Si se plantease como una narración en la que el protagonista está mintiendo y estuviésemos viendo falsos hechos en un flashback, sería ciertamente innovador, pero no es eso lo que apunta Ulmer.

(SPOILER) La muerte de la mujer con la que comparte el apartamento es igual de absurda que la del hombre, además de que ya su encuentro venía provocado por una casualidad demasiado grande como para ser verosímil. El final, en el que todo se resuelve de forma fortuita y fácil, es igualmente decepcionante. (FIN DEL SPOILER).

Las interpretaciones tampoco son lo que salva la película. El actor principal gesticula exageradamente cuando tiene que hacer ver que siente algo —como por ejemplo, la primera vez que escucha la canción que le trae todo a la memoria— y en otros momentos se limita a comportarse como los héroes del cine negro: de forma pasota y suficiente. Su aspecto no se corresponde con el tipo de hombre que está describiendo: un honrado enamorado que hace todo lo posible por estar con su amada. No da señales en ningún momento de la pasión que le embarga y tenemos que adivinar su amor por lo que nos dice en off. Las mujeres, aunque están mejor que él, hablan de forma impostada y declaman sus frases como si no las sintiesen.

Como conclusión, diría que sí puede ser interesante ver ‘El desvío’ con la curiosidad con la que nos acercamos al cine de serie B y esperándonos encontrarnos un film extraño y diferente a lo que acostumbramos a ver. Pero no tiene cabida elevarla a una categoría a la que no pertenece ni hablar de ella como de una buena película.

Mi puntuación:

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