Estos días estoy haciendo mi particular repaso al cine más y menos inspirado de este año que ya va a llegar a su fin. Hace un par de días ya os comenté cuáles creo que son las peores películas de 2015 y en breve procederé a hacer lo mismo con las mejores, donde ya os adelanto que ha estado a punto de colarse ‘El Desafío (The Walk)’, el notable nuevo largometraje de Robert Zemeckis que llega mañana a los cines españoles.
Por mi parte, he de reconocer que tenía ciertas dudas sobre ‘El Desafío (The Walk)’, ya que la historia que abordaba ya fue retratada hace bien poco en un aclamado documental y su sonado fracaso en la taquilla americana también invitaba a elucubrar sobre qué podría haber fallado. Una vez vista, me cuesta entender que no haya tenido una acogida mucho más favorable, pues se trata de una aventura amena en todo momento que me dejó asombrado durante la brillante culminación del sueño imposible de su protagonista.
’El Desafío’, una gran aventura
Me costaría creer que haya algún espectador que se informe mínimamente sobre lo que va a ver que no sepa exactamente que Philippe Petit consiguió la hazaña de pasar de una torre gemela de Nueva York a otra a través de un cable. Es un hecho histórico bastante conocido, por lo que el guión de Christopher Browne y el propio Zemeckis lo tenía imposible para intentar jugar la baza del suspense –lo máximo en este caso está en saber cómo van a superar el nuevo obstáculo que aparece en su camino-, teniendo que centrarse entonces a la fuerza en transmitir la pasión de su protagonista para cometer esa maravillosa locura.
Su apuesta para conseguirlo es optar por un tono ligero, amable y optimista, presentándonos a un protagonista con carisma, pero sin llegar a ser tan arrollador que se zampe todo lo demás. Aquí sí importan sus encuentros con el resto de personajes, donde es cierto que ninguno de ellos llega a tener nunca el mismo interés por sí mismo que por lo que aporta a la odisea de Petit. Esto es algo que normalmente me molestaría, principalmente porque ofrecería un retrato un tanto desdibujado de todos ellos.
Sin embargo, Zemeckis consigue transmitir la sensación de que son las piezas necesarias de la historia que quiere contar y además que tiene muy claro qué es lo que busca y cómo va a conseguirlo. No voy a negar que esto tiene como consecuencia durante buena parte del metraje que haya una cierta capa de inevitable superficialidad, pero es todo muy dinámico y sabiendo jugar con esa sencillez y casi simpleza para que ‘El Desafío (The Walk)’ sea un entretenimiento muy estimable durante unos dos tercios de su metraje, pero es que luego llega lo realmente bueno.
Se ha abusado mucho de decir que ciertas escenas o películas logran llegarte a lo más profundo o que realmente parece que estés viviendo lo que sucede, pero es que en el caso que nos ocupa hay que ir incluso un poco más allá. He de aclarar que tuve la ocasión de ver la película en IMAX 3D, algo que seguramente ayudó a elevar aún más la experiencia, pero es que esos 20-30 minutos lo tienen todo. No podrían ser más espectaculares, te mantienen en constante tensión, te hacen básicamente sentir lo que debió ser estar allí, y encima Zemeckis lo hace sin descuidar su importancia como culminación del arco narrativo de su protagonista. Es la cima de la película y ese es el tratamiento que recibe. Inmejorable. No recuerdo ni una sola secuencia mejor en todo el cine de 2015.
La aportación de Joseph Gordon-Levitt
Lo que también tengo es que esos dos primeros tercios de la película tendrían una mayor cantidad de altibajos, quizá hasta el momento de llegar a ser desesperante por momentos, de no ser por la gran aportación de Joseph Gordon-Levitt como Petit, sabiendo mostrar su pasión desbordante de la forma más contagiosa posible y enganchando el interés del espectador desde su primera aparición como artista ambulante. No me olvido tampoco de su acento, ese que suena tan mal en los pocos cortes doblados al español que he tenido el sufrimiento de oír, pero que con la voz original del actor da el pego de forma intachable.
Además, Gordon-Levitt sabe balancear muy bien los momentos en los que ha de tomarse las cosas con mayor seriedad con aquellos en los que su personalidad extrovertida ayuda a que no aparezcan esos baches que sí llegué a percibir en su guión en alguna que otra ocasión. Si Zemeckis era el cerebro –más por la puesta en escena que por el guión-, Gordon-Levitt es el corazón, el motivo por el que incluso ese pequeño subrayado final sobre que ya se ha cumplido su sueño no es más que una forma de romper el hechizo para que todo vuelva a la normalidad, tanto para nosotros como para los demás personajes.
En definitiva, ‘El Desafío (The Walk)’ es una entretenida aventura que logra captar tu interés y mantenerlo en todo momento pese a ciertas flaquezas de su guión, pero también es verdad que es durante ese paseo al que se refiere su título original cuando lo que era simplemente una buena película llega a un nivel extraordinario que ya por sí solo compensa su visionado en pantalla grande. No os la perdáis.
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