En cualquier narrativa del viaje del héroe que se precie es sabido que el trayecto es más importante que el destino. Que los avatares que el protagonista encuentra durante el camino le hacen crecer y que Ulises no era el mismo cuando volvía a Ítaca. De ahí aquello de "ruega que el camino sea largo", que escribía Kavafis.
También, aunque a veces se nos pase desapercibido, que esta narrativa suele aspirar a hacer partícipe al público de los conflictos del héroe de tal manera que cuando éste vuelva al hogar, cuando la obra en sí misma se despida de nosotros, el que la ha presenciado tampoco sea el mismo. El problema de 'El cuaderno de Sara', número 1 en la taquilla española, es que no hay enseñanza alguna, ni objetivo ni solución de metáfora.
Laura, una Belén Rueda tan sufrida como cómoda en dicho registro, ha viajado hasta el corazón de África para buscar a su hermana -Sara, la del cuaderno del título-, desaparecida desde hace dos años. Su única pista es una fotografía que unos documentalistas realizaron en una selva del Congo harto conflictiva por ser terreno rico en coltán.
Desde el momento en el que pise el continente se las verá con la inacción de los estamentos públicos, la incapacidad de las ONG, corrupción, guerras, secuestros, violaciones, Señores de la Guerra y muerte por doquier. Pero ella no cederá en su empeño... Lamentablemente, durante su gran viaje, esa epopeya personal pero universal, no hay brújula que guíe al público.
Más bien estamos ante una sucesión mal fraguada de escenas climáticas sin resolución que suspenden la credibilidad del espectador en pos de pasearse por una estética tan encantada de conocerse como un videoclip de 'Coldplay' de aquellos que Chester Higgins tacharía de cercanos a la pornografía de la pobreza. No hay más que contar la cantidad de planos en los que Belén Rueda besa la cabeza de algún niño congoleño.
'El cuadero de Sara': sin rumbo no hay destino
No sería justo, a pesar de lo dicho, afirmar que el director, Norberto López Amado, no es consciente de lo delicado del tema que sobrevuela su film. El realizador, curtido en televisión con productos más o menos afortunados como 'El internado', 'El tiempo entre costuras' o 'Mar de plástico', parece entender que 'El cuaderno de Sara' roza lo ofensivo desde una lectura sociopolítica.

No solo por su visión del conflicto, maniquea y eurocentrista, también por un retrato de personajes en el que no hay prácticamente ningún congoleño que no sea visto como una criatura primaria sometida a instintos y supersticiones, a la que el occidental debe trata con condescendencia y paternalismo.
De este conocimiento de lo conflictivo en la materia prima, parece venir la voluntad constante de quedarse a un paso de relatar de forma verídica las vida en las minas de coltán y las guerras por el mineral del que están hechas las baterías de nuestros móviles. López Amado escamotea constantemente la oportunidad de ir un paso más allá, de realizar secuencias memorables y redondear la solidez narrativa de su película por no herir sensibilidades. Prefiere acercarse al espectador para hacerle sentir incómodo pero no culpable.
Cada escena de acción, por lo demás correctamente filmada, aborta su tensión mediante salidas de foco repentinas, planos de Belén Rueda llorando y fundidos a negro. Compensa casos clamorosos –no puede estar peor rodada la mordedura de una serpiente-, con otros asentados sobre la inconsistencia –personajes que aparecen y desaparecen sin aportar nada más que minutos de metraje-. El lenguaje documental solo se traslada al movimiento perpetuo, se traduce en el plano formal y no en el narrativo.
A su falta de cohesión interna se le suma una ciertamente extraña voluntad de trascendencia construida a base de flashbacks poco acertados en su desarrollo, voces en off que repiten obviedades para hacer épico lo insulso, y escenas oníricas sin ton ni son –son más de una y todas resultan incomprensibles-. Detalles que conectan 'El cuaderno de Sara' con películas parecidas pero notablemente mejor acabadas como son 'Diamante de sangre', 'Beasts of no nation', o la gran y olvidada 'War Witch' de Kim Nguyen.
Se puede decir, eso sí, que 'El cuaderno de Sara' es una película notablemente producida a pesar de su dirección. Es palpable el esfuerzo de producción detrás de su puesta en escena, del manejo de figurantes y de la efectividad de ciertos recursos estéticos, así como de una fotografía que hace pasar perfectamente Tenerife por la selva del Congo.
Por eso, tal vez, su inconsistencia no haya hecho mella en la suerte del film en taquilla: con 142.000 espectadores en su primer fin de semana, 'El cuaderno de Sara' es el mejor estreno español en lo que va de año. Una pena que no aspiremos a algo mejor, que no queramos que el viaje sea largo si está narrado así.
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3 comentarios
vbt
Pues Mediaset será más mala que la tiña, pero con las coñas mete un taquillazo español al mes. No hablo de calidad, pero a nivel industria lo está haciendo muy bien (por más que me pese)
vaughn
Mediaset y A3Media ellas solitas se van a cargar el cine español con su "star system" de baratillo. ¿Por que a mucha gente no les sonaba de nada las películas nominadas a los Goya este año? porque no eran mediaset o a3media, y si no eres de estos grupos mediáticos tu publicidad es cercana a cero. Eh, pero como te folles o seas violado por alguien de estos grupos, y decidan producir tu mierda ten por seguro que hasta una horda de ancianitas irán a ver tu película porque "Jorge Javier Vazquez ha dicho que es muy buena película". Sigo pensando que para el cine americano la taquilla española empieza a no merecer la pena porque muchas veces no cubre los gastos de promoción, anuncios de tv, cartelería, etc y sabemos que hay mucha manga ancha para piratear cine americano. A mediaset y a3media les sale gratis hacer una campaña de acoso y derribo en sus medios. El caso más dramático es cada vez de Juan Antonio Bayona estrena película. Universal debería firmar algún acuerdo con mediaset, conseguirían que Jurassic World Fallen Kingdom fuese la película más taquillera en territorio Español por los siglos de los siglos...
tefasalcedo
Considero que si el director le daba una conclusión al final de la película sería redundante y tal vez hasta cierto punto estaría tildando a los espectadores de personas que no tienen la suficiente capacidad de comprender el mensaje durante el largometraje, las conclusiones de este film sobran porque no es una temática para niños o una película de acción en las cuales te dejan una moraleja, el conflicto no acaba de la noche a la mañana y tiene demasiados matices así como lo presenta la película nada es bueno ni es malo, solo es. Por ultimo la magia de la película esta en que las personas al verla tengan un pensamiento critico sobre lo que pasa en el mundo mientras ellos están cómodos en el cine o el centro comercial, y a cuantos realmente nos les interesa que muera gente, ese es el pensamiento critico que cada persona deber tener, no debe ser algo que se imponga en la mente puesto que no tendría un mayor efecto.