Aún faltan un par de meses para que conozcamos la identidad de los títulos que tendrán posibilidades reales de llevarse uno o varios Oscar en la próxima edición de los premios de la Academia de Hollywood. Sin embargo, todos los países han elegido ya sus aspirantes en la categoría de mejor película de habla no inglesa y poco a poco van llegando a los cines españoles, permitiéndonos así ir haciéndonos una idea de sus posibilidades reales.
En esta ocasión es ‘El Clan’, la cinta elegida para representar a Argentina, la que se estrena hoy 13 de noviembre en España, y lo hace avalada tanto por sus grandes críticas como por el apoyo de El Deseo, la compañía de los hermanos Almodóvar. Tomando como base una llamativa historia real, Pablo Trapero nos regala un intenso y notable thriller sobre el turbio y siniestro negocio de los Puccio.
’El Clan’, una turbia historia real
En lo referente a la puesta en escena, Trapero opta por resaltar el componente realista de la historia, por lo que no obvia los detalles del contexto histórico –aunque justo sea señalar que quedan relegados a detalles menores y la forma de mostrar su impacto en la sociedad es un tanto superficial-, pero es en su introducción de varios mecanismos propios del thriller cuando logra que ‘El Clan’ se alce como una obra singular con un interesante manejo de la tensión, desde las escenas de mayor corte dramático y casi íntimas hasta aquellas en las que pasa a primer plano todo lo relacionado con los secuestros realizados por los Puccio.
Eso sí, no me gustaría hacer de menos el trabajo de dirección de Trapero, ya que, además de lo ya mencionado, tiene momentos con mucha fuerza –sobre todo la impactante secuencia final- y en ningún momento da la sensación de no tener muy bien controlados el resto de elementos de la función y además sabe resaltar bien todo en el momento adecuado, pero es la combinación del guión firmado por él mismo y las interpretaciones de su elenco lo que realmente convierte a ‘El Clan’ en una obra que logra mantenerte atrapado durante la práctica totalidad de su metraje por la crudeza que transmite, lo cual se hubiera beneficiado de un trabajo de dirección más vigoroso.
Por parte de Trapero, su mayor acierto es que establece muy bien las relaciones entre los personajes y sabe dosificar muy bien el desarrollo de los personajes sin dejar nunca de lado el siniestro negocio familiar, creando el clima necesario para que los actores pueda transmitir mucho sin la necesidad de ser demasiado explícitos sobre sus emociones a través de los diálogos –aunque, inevitablemente, eso cambia en el tramo final-. Ojo, una de las escenas más potentes –el padre dejándole las cosas claras a su hijo- utiliza esos dos recursos al mismo tiempo, pero su singularidad ayuda mucho a ello.
La aportación del reparto
No obstante, eso habría sido insuficiente de no haber contado con el reparto adecuado, donde la nota reinante es la naturalidad para conseguir que lo turbio que es todo lo que sucede casi transmita una sensación de rutina para los protagonistas. Esto también ayuda a que aquellos que muestren ciertas dudas, ya sea de forma ocasional o continuada, destaquen más sin hacer grandes esfuerzos, quedándome la duda de si eso les permite lucir por encima de su talento real o si, con la salvedad del enfoque, es todo mérito suyo.
Las dos grandes excepciones a la regla la tenemos con el padre y el hijo mayor interpretados por Guillermo Francella y el televisivo Peter Lanzani. Del primero nos queda la duda durante varios minutos si es un monstruo o se ha visto obligado a recurrir a esto como último recuerdo, pero no tarda en quedar claro que es lo primero y que lo segundo es la excusa que utiliza para validarse y Francella va jugando con ello y ofreciendo una lección de cómo ir mostrando el verdadero rostro de un ser retorcido y oscuro.
En el caso de Lanzani hay que señalar que cuenta con la ventaja de ser el personaje que funciona como nexo emocional del espectador con lo que sucede, lo cual le permite tener más momentos desconectados de la trama principal para dar más entidad a su Alejandro. Esto es algo que él sabe aprovechar para sacar partido de sus altibajos emocionales e involucrarnos más a medida que avanza la historia, alcanzando Lanzani sus mejores momentos durante el tramo final de 'El Clan'.
En definitiva, ‘El Clan’ es una película notable y equilibrada que sabe sacar partido de la turbia historia real que nos cuenta. Cierto que se podría haber profundizado algo más en cómo esos secuestros impactaron a la sociedad argentina, pero ese nunca es objetivo, por lo que es una debilidad que se puede pasar por alto, y más si tenemos en cuenta lo efectiva que resulta en todo lo demás. De hecho, su mayor pega es meramente circunstancial, ya que hoy también se estrena en España otro thriller superior en prácticamente todo.
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