La tecnología tiene cada vez una mayor presencia en nuestras vidas. Los ordenadores, tablets o teléfonos móviles se han convertido en herramientas propias de nuestro día a día y las redes sociales tienen cada vez más importancia tanto en lo personal como en lo privado. Por ello es lógico que el cine demuestre un mayor interés en plantear diversos dilemas alrededor de estos adelantos.
No obstante, ha sido la televisiva ‘Black Mirror’ la que hasta ahora ha sabido reflejar mejor esos temas en lo que en el fondo tampoco deja de ser una puesta al día de lo ya visto hace varias décadas en la esencial ‘The Twilight Zone’. Seguro que su buena acogida algo ayudó a que se diera luz verde a ‘El círculo’ (‘The Circle’), adaptación de la novela de Dave Eggers que ha acabado convirtiéndose en un desastre que hace estupendo incluso al peor episodio de la serie de Charlie Brooker.
Lo que mal empieza…
¿Hasta qué punto los adelantos tecnológicos son algo maravilloso? Está claro que la gran mayoría de ellos, por no decir todos, tendrán aplicaciones muy beneficiosas, pero a estas alturas creo que todos sabemos que la idea de que todas las personas son bondadosas es algo imposible creer. Esa es la raíz del conflicto que plantea ‘El círculo’. Bueno, que da a entender, porque su primer error es la incapacidad de la película en profundizar en cualquier aspecto de la reflexión que plantea.
El mejor de ello lo tenemos en el personaje interpretado por John Boyega, quien acaba reducido por el guion de James Ponsoldt y el propio Eggers a una mera forma de resolver una necesidad narrativa. Él es quien genera la desconfianza en la protagonista y no aporta absolutamente nada más allá de eso. De hecho, sus apariciones son un poco salidas de la nada y su ya de por sí escasa credibilidad no deja de caer en picado según avanzan los minutos.
Boyega no tiene culpa alguna de ello, pero cuesta entender que aceptase un personaje tan vacío como el que le ha tocado en suerte. ¿Quizá se vio motivado por el hecho de que en su reparto también figuran Tom Hanks y Emma Watson? Podría ser, pero el primero apenas anima un poco la función durante su primera aparición, basada en su totalidad en el carisma del actor, para luego hundirse como todo lo demás, mientras que la química con la segunda es inexistente.
…peor acaba
De hecho, uno de los grandes problemas de ‘El círculo’ es que vuelve a demostrar que Emma Watson no tiene la capacidad para levantar una propuesta endeble. Es verdad que la ingenuidad de la propuesta, su ridículo desarrollo y su bochornoso desenlace no ayuda, pero ella es la que debe imprimir humanidad al relato a través de su Mae, engancharnos en su viaje y que realmente comprendamos su toma de decisiones. Un fracaso detrás de otro en todos los frentes.
Ahí conviene volver una vez más al libreto de Ponsoldt y Eggers, pues uno ve venir de lejos los pocos detalles que van añadiendo a la premisa inicial, destrozando además personajes como el de Karen Gillan sin que eso lleve a na fructífero. Sí es cierto que en todo momento queda claro que hay algo raro en esa empresa que aparentemente es la solución a todos los problemas del mundo, aunque no porque Ponsoldt aporte nada desde la puesta en escena, sino por lo obvia que es en ciertas escenas como aquella en la que configuran las redes sociales de la protagonista.
Es verdad que en ‘Black Mirror’ también hay episodios obvios, en algunos casos de forma notable, pero incluso allí sabían generar un clima de tensión o engancharte de alguna forma. Aquí todo está tan masticado para que cualquiera lo entienda que cualquier tipo de crítica tecnológica que pueda plantear pierde cualquier tipo de fuerza, dañando de paso los aspectos más humanos de la historia, como el desarrollo de la amistad entre Mae y Mercer, la primera gran oportunidad de Ellar Coltrane en Hollywood tras ver literalmente cómo crecía en ‘Boyhood’.
‘El círculo’, una pérdida de tiempo absoluta
Por el camino hay detalles sobre la invasión de la privacidad que son más interesantes por lo que uno pueda reflexionar al respecto sin pensar en la película que por lo que ésta logre transmitir. ‘El círculo’ es previsible, muy obvia y encima cobarde a la hora de entrar en los supuestos peligros asociados a algo así en caso de caer en malas manos. Además, nunca hay sensación verdadera de que haya algo en juego, simplemente las cosas van sucediendo hasta que todo se arregla de una forma vergonzosa que hunde la película aún más.
Soy consciente de que por todo lo anterior podría parecer que ‘El círculo’ es un bodrio inmenso, pero me gustaría aclarar que no es el caso. Simplemente es una decepción constante que nunca apuesta por nada de lo que propone y va resultando poco a poco más irritante hasta que acabas con un sabor de boca tan malo que cuesta ver más allá del hecho de ser una propuesta vacía que quiere jugar a parecer inteligente y reflexiva. Ahí sí que es un absoluto desastre.
En definitiva, ‘El círculo’ es una pérdida de tiempo ya que no está a la altura en nada. Como dilema tecnológico resulta insultante lo obvia que es, como entretenimiento te va perdiendo hasta que simplemente te da absolutamente igual lo que pase, su atractivo reparto está totalmente desaprovechado y además carece de un referente desde la puesta en escena que al menos establezca un rumbo estimulante. Os la podéis ahorrar.
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