'El Cantar de los Cantares', la inocencia de la Dietrich

Rouben Mamoulian fue uno de esos directores clásicos que obtuvieron cierta fama con pocas películas. Suyos son, por ejemplo, títulos tan míticos (que no quiere decir grandes) como 'El Signo del Zorro' o 'Sangre y Arena', ambas con Tyrone Power. A Mamoulian también van asociados una serie de rodajes que por una razón u otra tuvieron algún que otro problema. Por ejemplo, la grandiosa (ésta sí) 'Laura' de Otto Preminger fue comenzada por Mamoulian, siendo sustituido por Premineger que era el productor, contratando a un nuevo director de fotografía y desechando todo lo rodado por Mamoulian. Volvió a verse la cara con Preminger en la adaptación del musical de Gershwin 'Porgy and Bess' (que por cierto, tuve la oportunidad de ver hace varios meses y es espléndido) en una muy olvidada versión del mismo. Mamoulian había sido el director de la versión teatral y aquí una vez más quedó en un segundo plano, cuando el productor (Samuel Goldwyn) decidió despedirle. Por último Mamoulian también participó en el rodaje de 'Cleopatra', la monumental película de Mankiewicz de la que también fue despedido. Pobre Rouben.

'El Cantar de los Cantares' ('The Song of Songs', 1933) es una película de Mamoulian al 100%. Basada en la obra de Edward Sheldon, narra la historia de una chica huérfana que marcha a Berlín a vivir con su tía. Allí se enamorará de un prometedor escultor para quien trabajará como modelo. Pero rechazado por éste, aceptará caer en los brazos de otro hombre, un Barón que podrá darle a la bella joven todo aquello que un simple escultor no puede.

La película es un vehículo para el lucimiento total de Marlene Dietrich, en un registro a ratos muy distinto a lo que nos tenía acostumbrado. Es más, a muchos de aquellos que conozcan la vida de esta magnífica actriz les chocará mucho el hecho de que dé vida a una joven inocente, lectora empedernida de la Biblia (la película hace alusión al famoso pasaje de idéntico título), y que cree en el amor puro y verdadero. Con esto no quiero decir que la actriz no esté bien en su personaje, pero llama la atención. Avanzada la película, la actriz saca sus mejores armas y una vez más la vemos como la devora-hombres de siempre, teniendo a todo el género masculino a sus pies y perdiendo la cabeza por ella.

Brian Aherne da vida al escultor, y resulta de lo más flojo de la cinta. No tiene ni la presencia ni la fuerza necesarias para dar vida a este personaje. Todo lo contrario que Lionel Atwill, aquí alejado de sus típicos papeles en películas de terror, quien compone a la perfección el rol de hombre obsesionado por la Dietrich hasta límites insospechados. Por cierto, que Atwill volvería con un mismo estilo de personaje en la ya comentada aquí 'The Devil is a Woman' con resultados igual de buenos.

Pero el trabajo actoral de dos magníficos actores no llega para elevar a 'El Cantar de los Cantares' a la categoría de gran cine. No estamos hablando tampoco de una mala película, pero es uno de esos films antiguos que no resisten bien el paso del tiempo (el gran enemigo, y a la vez amigo, del séptimo arte). El problema de esta película es su argumento, por momentos bastante ridículo y que se podría resumir de esta forma: cuánto te quiero, tú no me quieres, ya no te quiero, quiero a otro, me vienes a buscar, ahora te quiero que te mueres. Sí, muchas películas tienen ese esquema, pero Mamoulian, que también participó en el guión, peca de un simplismo exagerado, y que tanta ida y venida de los personajes, los cuales solucionan sus problemas amorosos con una facilidad pasmosa, le queda bastante mal al conjunto. Todo resulta como demasiado evidente. Menos mal que además de las interpretaciones tenemos a Moamoulian aportando su buen hacer a lo largo de toda la película, haciéndola bastante entretenida, y regalándonos algún que otro momento sublime: Marlene Dietrich descubriendo la obra del escultor, momento silencioso de una fuerza asombrosa. 'El Cantar de los Cantares' es una correcta película sin más. Todos los admiradores de la Dieterich quedarán satisfechos con su trabajo, y los de Mamoulian echarán de menos otras obras suyas. La película sólo puede encontrarse oficialmente en un pack dedicado a la actriz que únicamente está disponible en Inglaterra. Dicho pack incluye nada más y nada menos que 18 películas, algunas de ellas absolutamente imprescindibles para todo cinéfilo. El precio es estratosférico (no tanto si contamos que cada película sale a unos 10 euros), pero merece la pena.

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