Dijo Godard la famosa frase de que "un travelling es una cuestión de moral", una expresión que todavía trae de cabeza a muchos. A mi entender, lo que quería decir el genio era que cualquier decisión de la puesta en escena, ya sea un movimiento de acercamiento de la cámara, ha de ser por una muy buena razón moral (no moralista, que no es lo mismo), por una decisión bien madurada del director, o en caso contrario no debe hacerse. Demasiadas películas, la mayoría, están plagadas de decisiones que nada aportan y que abaratan el cine, pero de vez en cuando aparecen otras en las que cada mínimo detalle es de una importancia capital, y las grandes decisiones de puesta en escena dan una idea de hasta donde puede llegar este joven y maravilloso arte cuando detrás de la cámara hay un artista de verdad.
Por supuesto que 'El camino a casa' ('Wo de fu qin mu qin', 1999) es una de esas películas, y Zhang Yimou uno de esos artistas. Dos años después de deslumbrar a medio mundo con una película que en mi opinión es pura vanguardia narrativa y puro genio febril, 'Keep Cool (Mantén la calma)' ('You hua hao hao shuo'), Yimou regresa a sus entornos rurales, a una mirada mucho más serena y reconocible en él, con la que filmara joyas como 'La linterna roja' ('Da hong deng long gao gao gua', 1991) o 'Semilla de crisantemo' ('Ju Dou', 1990), y probablemente las supera a todas ellas con esta lírica y nostálgica historia de amor, muy alejada de lo que cabría esperar de un relato de estas características. Arrasada de melancolía y de pesadumbre, pero también de alegría de vivir, de compasión y de fraternidad, es imposible no conmoverse con un relato tan sencillo y tan universal como el del largometraje número ocho de Yimou.
Sin confundir jamás lo sencillo por lo simple, ni lo complejo por lo complicado, Yimou cuenta la historia de un hombre que vuelve al diminuto pueblo donde nació, porque su padre, el maestro de la desvencijada escuela, ha muerto, y vuelve al lado de su madre, ya muy anciana, para afrontar juntos la terrible pérdida. Su madre, tan pequeña como testaruda, le advierte que no cejará hasta conseguir enterrar al difunto según la vieja costumbre de acarrear a pie el féretro de nuevo hasta el pueblo, para que su espíritu no olvide jamás el camino al hogar. Entre el frío y la escasez de hombres fuertes que puedan llevar a cabo la empresa, el hijo no lo ve realmente posible, pero sabe que no tendrán más remedio. Todo este prólogo está fotografiado en un blanco y negro primigenio. Antes de decidir cómo hacerlo, el hijo comienza a contar el modo en que se conocieron sus padres, y los espectadores damos un enorme salto en el tiempo, y la pantalla se ilumina de los colores vivos de la primavera, y abandonamos el blanco y negro. Nunca el pasado fue tan esplendoroso y tan idílico.
Una declaración de amor
Es 'El camino a casa' el debut en el cine de una muchacha de veinte años que hoy día es una estrella internacional y una mujer de una belleza incontestable llamada Zhang Ziyi. Ella interpreta a la madre anciana en la plenitud de la vida, y es un debut, a falta de otra palabra mejor, asombroso. Ziyi, como si tal cosa, tira de la pantalla con tantos y tan nobles recursos, seduce y cautiva con tan maravillosa frescura y naturalidad, que hay que verlo para creerlo. Veremos el mundo y a los demás a través de sus ojos en todo momento, y Yimou le hara una verdadera declaración de amor con la cámara, envolviéndola en todo momento con una admiración y una identificación muy notables. Protagonista de casi todas las secuencias, siempre veremos un primer plano, o un plano medio, de la actriz, y a continuación todo lo que ella mira, para terminar comprendiendo todo lo que ella siente.

En su primera escena, ya conoceremos al maestro de escuela que viene al pueblo a enseñar a los niños, y a partir de ahí se convertirá en una compulsiva obsesión para ella. Más que amor, es veneración ciega. Y seremos partícipes de su desazón cuando esté a punto de coger su cuenco con la comida que ella ha preparado, y cuando intenta cruzarse con él en el pozo, y de sus largas esperas para cruzarse con él en el camino, o para contentarse con verle pasar a lo lejos. Lo que alimenta y convierte a estas escenas en algo muy especial, es la mirada increíblemente limpia y honesta de Yimou, que es un observador nato. Cuando encuadra a su heroína sentada en una colina dorada esperando ver de lejos al maestro, o hace con tal sencillez y tal amor por la naturaleza, que se convierten en momentos que caen en la eternidad, como un haiku por el que pasa el tiempo como gotas de agua. En realidad, se trata de idealizar hasta el paroxismo un pasado maravilloso en el que la felicidad era posible, en brutal contraste con un presente gris y sin esperanza.
No en vano la novela en que se basa el guión, ambos escritos por Bao Shi, se titula 'Remembranza', que es un recuerdo precioso que no debe perderse. Yimou se olvida de las penurias de las mujeres chinas, de su opresión y su dolor, y esta vez se entrega en cuerpo y alma a esa remembranza, fascinado por la energía vital de una mujer extraordinaria, que nada pide y que todo lo da, y que en el ocaso de su vida sólo tiene los recuerdos de un rostro y de una voz. 'El camino a casa' es un poema sobre la gente sencilla, pero también sobre la pedagogía, y sobre la necesidad de honrar el esfuerzo y el trabajo de los padres. La bellísima secuencia final, en la que la madre cree oir la voz de su marido muerto, es una oda a los maestros de escuela que, en poblaciones rurales muy pobres, dedicaron su vida a que los hijos de los campesinos no crecieran analfabetos.
Filmada en maravillosos parajes naturales de la China menos industrial (por suerte, queda mucho de eso aún), a los que saca el máximo partido el director de fotografía Hou Yong (el mismo Zhang Yimou fue un excelente operador, y no hay película suya sin una fotografía admirable), sus escasos ochenta y pocos minutos de duración se pasan en un suspiro, o más bien en un susurro, mientras asistimos embelesados a una forma de vivir que nos reconforta con el ser humano, por mucho que la enfermedad, el frío y la muerte acudan puntuales a la cita, y le devuelvan su frágil e insignificante condición. Pero aún en el lecho de muerte pueden recordarse los colores del pasado. La subyugante música de San Bao es un escalofrío que nos devuelve de un latigazo lo mejor de nosotros mismos, para no olvidar jamás quienes fuimos.
Conclusión e imagen favorita
Obra mayor de su realizador, y posiblemente una de las películas más profundas y conmovedoras de los últimos tiempos. En febrero del año 1999 acudía al Festival de Berlín y se alzaba con el Gran Premio del Jurado y el Premio del Jurado Ecuménico, confirmando el idilio de Yimou con ese festival, un idilio que aún se prolongó un tiempo. Mi imagen favorita tiene que ver con la expresión de Godard. En cierto momento, la pequeña Zhao echa a correr y la cámara la sigue para luego elevarse gracias a una grúa, en una imagen de un lirismo sobrecogedor. El plano se verá repetido bastante más adelante, pero con una ligera variación, que no desvelaré, para que el lector a quien hayan convencido mis palabras acuda ahora mismo a hacerse con esta obra maestra como auto-regalo navideño.

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Ferran Luengo
Me gusta mas este Yimou que el épico. De las pocas películas que me han hecho llorar :$
fracapa
La ví después de comprobar sus magníficas críticas. Y reconociendo que tiene su mérito para mí no deja de ser una buena película sin más, desde luego no guardo ningún recuerdo especial de ella. Prefiero bastante más "Ni uno menos" del mismo director.
albura
Junto a Semilla de Crisantemo, La Linterna Roja y Vivir, lo mejor de Yimou. Su renacimiento después de la decadencia iniciada con La Joya de Shangai, una de las más memorables historias de amor jamás filmadas y una obra magna que el director chino ya no ha vuelto a repetir (por muy espectaculares y bellas que hayan sido sus últimas películas).
Además estuvo acompañada el mismo año de su estreno por otra grandísima película como Ni Uno Menos, con la que comparte su reivindicación de la figura del maestro de escuela y su magistral modestia y pulcritud narrativa.
El Camino a Casa es una de las mejores demostraciones de lo que puede aportar el trabajo de dirección a una película. Digamos que es una película en la que la puesta en escena lo sublima todo: un guión simple y típico y que en manos de otro director caería en la horterada, unos diálogos algo superficiales y sin mucho profundidad, unas interpretaciones (salvo la increíble Zhang Ziyi, cuya mirada es la película en sí misma) no especialmente memorables, un argumento mil veces visto y filmado.
Pero Yimou lo supera todo. Es tal su confianza y su maestría en el uso de los recursos audiovisuales, su dominio del tempo narrativo, su magistral capacidad visual simbólica y emotiva, que con apenas cinco o seis elementos mínimos y cotidianos (un pasador del pelo, un cuenco de comida roto, un aula desvencijada, un camino en medio del campo, un féretro, un viejo telar, una tela roja) es capaz de crear una sublime y al mismo tiempo sencilla historia de amor y de honestidad que emociona casi inevitablemente. Prácticamente todo es imagen y puesta en escena. En algunos momentos, se puede prescindir perfectamente del sonido (incluso de la banda sonora) y poco se pierde.
Es maravilloso ver como el director chino carga de significado emocional objetos o lugares, sabe crear magia con un simple plano fijo de una mujer en medio de la nieve o de un grupo de personas andando entre el frío en una procesión fúnebre, utiliza dramáticamente el sonido del eco de una voz, aguanta durante minutos el plano de una joven esperando y caminando por la montaña para poder ver a la persona de la que se ha enamorado o corriendo desesperada para llevarle comida antes de su marcha.
Yimou demuestra con esta película su condición de grandísimo director y de gran admirador de las emociones del ser humano. Qué decir de una historia de amor capaz de hacer saltar las lágrimas al más pintado y en la que los apasionados amantes... ni siquiera llegan a tocarse en toda la película.
iocal
Gracias Adrián. Cualquier cosa que se diga de esta película es poco. Mi película favorita de los 90 de largo.
dwyane_wade
Una maravilla, una delicia. Para mí una de las máximas del cine es transmitir, y esta película es una de las más brillantes que jamás he visto en ese apartado.
Mientras tanto, que todo el mundo se siga rindiendo ante las 'Slumdogs Millionaires', pero yo seguiré intentando encontrar de vez en cuando películas emocionantes de verdad.
Gracias por acordarte de esta peli, y también por darla a conocer un poquito más.
Darius Palas
Gracias por la recomendación, me la apunto
PLEISTOCENO
La navidad ha cambiado a Massanet, o ha encontrado el amor.Espero con ansia una de sus críticas del lado oscuro.De todas formas transmite muy bien sus sensaciones de esta peli y dan ganas de verla. Feliz navidad.
marlow
"El suave susurro de lo sublime"...ufff xD Apuntada queda en mi lista de "must" para este año.
P.D: Zhang Ziyi, no hay adjetivos suficientes para ella.
sergilebowski
Gracias Massanet, esto si que es una santa película. Aquí es donde se demuestra que con poco se pueden hacer obras maestras. La he visto tres veces y en las tres me he emocionado cosa bastante dificil de conseguir hoy día.
Cuando mis amigas (que solo les gustan películas románticas) me hablan de post data te quiero y mil y una mierdas de Hollywood, les digo que si quieren ver algo realmente romántico y bonito que miren El camino a casa. Ven que es China y pasan de verla. Ellas se lo pierden, más para mi. Por cierto la linterna roja otra obra maestra de Yimou.
prosyth
La vi hace años muy buena película.
oparrulo
Una delicia de película. 100% de acuerdo con esta crítica, Adrián.
stokerjonson
Deacuerdo en todo obra maestra absoluta.
El Bueno de Cuttlas
"El Camino a Casa" es un peliculón, una auténtica maravilla llena de detalles, sonidos y miradas. Y lo mejor es Zhang Ziyi, que debutó como actriz con esta cinta, creo. Me acuerdo que cuando la vi me quedé prendado de ella, lo que se reafirmó después al reencontrarla en otra maravilla como es "Tigre y Dragón". Zhang Yimou es uno de los grandes, feliz Navidad a todos.
Un saludo
walter_sobchak
ZzzzZZZzzzZZZzzzhang Yimou...
mike_moore
Una horterada de película, con fotografía hortera y música aún más hortera. Para colmo, en casa de la madre se puede ver, colgando de la pared, un poster de Titanic, como dando a entender las "ilustres" influencias de Yimou (nótese la ironía).