'El amanecer del planeta de los simios' ('Dawn of the Planet of the Apes', Matt Reeves, 2014) lo tiene todo para triunfar. Una primera entrega que gustó prácticamente a todo el mundo que se animó a verla, muchas ganas del público por ver el resultado final de esta secuela -fue el segundo título más votado en la encuesta que os propusimos para elegir la película más esperada del verano- y unas críticas entusiastas que llegaban a hablar de ella como una de las mejores películas del año.
Por mi parte, creo que está bastante claro que no soy de aquellos que arremete contra un blockbuster por el mero hecho de serlo y si echáis un vistazo a la lista de mis películas favoritas de 2013 o de años anteriores siempre encontraréis varias cintas de estas características. Sin embargo, lo que ni en mis mejores sueños esperaba era que 'El amanecer del planeta de los simios' fuese a gustarme hasta tal punto que no descarto la posibilidad de que acabe considerándola como la mejor película de este 2014.
La grandeza de 'El amanecer del planeta de los simios'
Vais a escuchar mucho hablar de los primeros diez-quince minutos de 'El amanecer del planeta de los simios', ya que se prescinde por completo de los diálogos -sólo hay sonidos para mostrarnos cómo se comunican entre sí los monos- y de la presencia de los humanos para mostrarnos el modo de vida de los primates. Una realidad en la que reina la calma y se busca existir en paz y armonía con sus semejantes, pero todo ello sin resultar para nada mortecinos y consiguiendo establecer una jerarquía y diferenciación suficiente para que cuando veamos a un simio importante sepamos quién es y de qué pie cojea.
Como es natural, los humanos no tardan en hacer acto de presencia y es ahí cuando todo se complica. ¿Serán capaces de entenderse con los simios o está todo condenado a acabar de forma trágica y violenta? Sospecho que ya sabemos la respuesta a esa pregunta, pero lo importante es que Matt Reeves ha conseguido que eso sea irrelevante, ya que nos sumerge tanto en lo que sucede en pantalla que realmente nos da hasta rabia que suceda lo que somos conscientes que va a pasar.
Es ahí donde el evitar en todo momento mostrar a humanos o simios como el enemigo natural -una de las imposiciones de Reeves para hacer la película fue precisamente evitar que los primates fueran demonizados- crea una dicotomía emocional la mar de estimulante, dentro de la cual incluso ciertas soluciones algo facilonas -el cómic del hijo del protagonista- funcionan con inesperada eficacia. Sencillo no equivale a estúpido o insultante y aquí se demuestra que hasta puede llegar a ponernos con la piel de gallina.
Es inevitable, eso sí, que haya tanto simios como humanos que puedan encender la mecha de la contienda en cualquier momento y ahí he de reconocer que el guión quizá peca un poco de ser esquemático de más, pero también estoy valorando aquí a 'El amanecer del planeta de los simios' siguiendo la tónica habitual para hablar de los personajes habituales cuando estamos ante una propuesta que hasta cierto punto ningunea a los humanos para ser el relato en el que la auténtica estrella son los simios y su hasta cierto punto limitado conocimiento del mundo.
Sé que hay mucha gente que no acabó demasiado satisfecha con 'Godzilla' (Gareth Edwards, 2014) y sospecho que el pobre interés de la mayor parte de sus personajes fue uno de los principales motivos. En 'El origen del planeta de los simios' tampoco se da una gran profundidad a muchos de ellos -aunque sí están más trabajados, sobre todo el que corre a cargo de un impecable Jason Clarke, aunque la auténtica estrella es un Andy Serkis que reabre el debate sobre la necesidad de crear un Oscar para trabajos como el suyo aquí-, pero es porque la historia no requiere más de ellos y hacerlo hubiera sido contraproducente para el resultado global.
El mejor blockbuster de los últimos años
Ha llegado un punto en el que me cansa oír hablar de Christopher Nolan a la hora de valorar una superproducción, pero en el caso que nos ocupa procede hacerlo por un sencillo motivo, 'El amanecer del planeta de los simios' es el mejor blockbuster que he visto desde el estreno de la magnífica 'El caballero oscuro' ('The Dark Knight', 2008) (1). Ahí acaban las coincidencias con el director de la excelente 'Batman Begins' (2005), ya que, por suerte, estamos ante una cinta con las ideas claras y que no se deja encajonar en la fácil comparativa de ir mezclando aciertos de otros títulos para definirla.
Reeves ya había demostrado su solvencia para lidiar con un material complicado cuando consiguió hacer que la versión americana de la estupenda cinta sueca 'Déjame entrar' ('Låt den rätte komma in', Tomas Alfredson, 2008) fuese bastante estimable, pero en 'El amanecer del planeta de los simios' ha dado varios pasos adelante, tanto en sus ya mencionadas virtudes en la oposición entre simios y humanos como en la composición de un apasionante blockbuster en el que su último tramo es tan impresionante como, hasta cierto punto, diferente a lo que estamos acostumbrados.
'El amanecer del planeta de los simios' aúna con gran pericia la necesidad de ser espectacular -impresionante el combate final y memorable el momento tanque- con el hecho de que el espectador más exigente necesita algún tipo de conexión emocional para que no vea en pantalla una mera sucesión de escenas violentas bien resueltas. Cierto que la profundidad decae cuando sucede esto, pero Reeves no permite que en ningún momento desconectemos de lo que sucede y consigue tenernos en tensión al borde de nuestra butaca cuando llega la hora de que lo visual gane notable importancia.
Por último, habrá quien ya contase con ello dado el gran trabajo realizado en 'El origen del planeta de los simios' ('Rise of the Planet of the Apes', Rupert Wyatt, 2011), pero es que los simios aquí transmiten más que la mayoría de personajes humanos no ya de esta película, sino de casi cualquier título que nos llegue de Hollywood. Además, en ningún momento notamos el artificio que tenemos ante nosotros y eso permite utilizar a los primates para realizar cosas que normalmente nunca harían y dejarnos con la mandíbula desencajada o el corazón emocionado según lo que suceda en ese momento.
En definitiva, 'El amanecer del planeta de los simios' es un entretenimiento de primera categoría, una gran película, un magnífico blockbuster y una secuela que supera con holgura lo logrado por la notable primera entrega de este reboot. No es perfecta, pero tampoco lo necesita, porque sus virtudes son tantas y tan poderosas que incluso lo que podría llegar a verse como un defecto es algo que a mí personalmente no me molestó lo más mínimo. Imprescindible.
(1) Eso siempre valorando que la etiqueta de blockbuster no me encaja del todo con 'Gravity' (Alfonso Cuarón, 2013), pero si queréis verla así, entonces sólo sería el mejor desde el año pasado.
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