Se estrena ‘Chacal’, la nueva serie de éxito de Peacock que, como viene siendo habitual con el canal americano, aparece en España a través de SkyShowtime, y como también viene siendo habitual, con al menos un mes de retraso. Esta última versión de la emblemática novela de Frederick Forsyth es la primera vez que se lleva la historia a la pequeña pantalla, convirtiéndose en una de las imprescindibles del año para los amantes del thriller, el suspense y la acción.
El libro de Forsyth ‘El día del chacal’ fue publicado en 1971 y desde entonces ha ido acumulando lectores durante décadas con su historia sobre un asesino profesional, conocido sólo como “El Chacal”, que es contratado para matar al Presidente francés Charles de Gaulle. Un clásico del género que fue adaptado por primera vez en 1973 en la vibrante ‘Chacal’, que fue dirigida por Fred Zinnemann y sigue siendo aclamada por su fiel representación del texto y un ritmo intenso y metódico, con Edward Fox marcando un referente para el mercenario preciso y disciplinado que puebla hoy el thriller político.
Eddie, el camaleón
No pudo decirse lo mismo de la versión con Bruce Willis, que se estrenó en 1997 tomándose importantes libertades con el material original, actualizando el escenario y los personajes para un público contemporáneo, pero ni un reparto con Richard Gere y Sidney Poitier la libró de las críticas, aunque cumplía su objetivo de introducir la historia a una nueva generación de espectadores. La serie también se toma libertades, pero sí que sigue la misma premisa básica que la novela, un asesino anónimo contratado para llevar a cabo un asesinato de alto nivel.
Las ventajas de una narración extendida en diez episodios son directamente proporcionales a las desventajas ya que, cada vez que profundiza en el trasfondo y las motivaciones de los personajes, ofreciendo una narrativa más matizada y estratificada, se abre la oportunidad para que haya momentos en los que las conversaciones entre autoridades den paso a diálogos planteados para extender minutos, más que para mostrar guiones realmente brillantes. Sin embargo sí es capaz de ofrecer algo nuevo: la empatía inevitable con el diablo, creando una zona gris muy atractiva e inusual.
Este Chacal es más complejo y su fría profesionalidad contrasta con destellos de su vida personal y su confusión interior, lo que le da la oportunidad de moldear el papel de su vida a Eddie Redmayne, quien ofrece su vena más escalofriante con una intensidad silenciosa. Su actitud tranquila oculta una eficacia despiadada, pero donde muestra su pasión es en las diferentes transformaciones del profesional, dando rienda suelta a la capacidad camaleónica del actor, que siempre ha tenido una gran versatilidad para el disfraz, con sus rasgos reptilianos ideales para el cambio físico.
Un agradable sorpresa en la recta final de año
La sorpresa española la da Úrsula Corberó interpretando a Nuria, una gaditana que pasa de ser una confiada esposa, con una vida aparentemente corriente, inconsciente de la peligrosa doble vida de su marido, a verse cada vez más envuelta en el peligroso mundo del espionaje y el asesinato, involucrándose en un juego de alto riesgo. No deja de ser gracioso ver a varios personajes diciendo “quillo” en una propuesta de tensiones internacionales muy serias, y se agradece que la producción haya hecho el esfuerzo respete los idiomas y acentos no solo de andaluces, sino de distintas partes del mundo.
Otra ventaja de la duración extendida es que la tensión aumenta en cada episodio a medida que el Chacal se acerca a su objetivo, convirtiendo las amenazas de diversos adversarios en un suspense perverso por su punto de vista, por ejemplo, la forma en la que se deshace de un problema de tráfico en Francia muestra que estamos mano a mano con un hombre despiadado, que hace lo que tiene que hacer con una profesionalidad psicopática. En cierta forma, su tono parece hasta marcado por la reciente ‘El asesino’ de David Fincher, que adelanta varias situaciones que aquí se replican por inercia, además de una violencia descarnada y seca, de la que no se anda preguntando antes permiso.
Lo bueno de tener varias adaptaciones de ‘Chacal’ es que cada una explora el clima político y social de su época, y esta serie no es menos, estableciendo paralelismos con acontecimientos y problemas actuales, lo que hace que sea relevante y le da algo más de profundidad a lo que siempre ha sido un “corre, corre, que te pillo” envuelto en intrigas y conspiraciones. Si a la fórmula se le añaden valores de producción notables, ricos en exteriores y localizaciones variadas, y una fotografía con cierta aspiración cinematográfica, no es una cita que deban dejar pasar los amantes del cine de espionaje.
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