Cuando a veces tu vida es un desastre completo, hay quien sueña con que viniera alguien con una varita mágica y te la resolviera en un momento como si nada. Más o menos eso le pasa a la protagonista de 'Romantic Killer', excepto que para ella su vida es perfecta tal y como está y no considera que haya nada que arreglar.
Este nuevo anime de 12 episodios ha sido uno de los estrenos potentes en Netflix durante la temporada de otoño, dejándonos un slice of life muy divertido que se carga ciertas convenciones de comedia romántica.
Videojuegos, chocolate y gatos
Esas son las tres prioridades en la vida de Anzu Hoshino, una estudiante de instituto que se va directa a casa tras las clases para jugar a videojuegos, achuchar a su gato y hartarse a chocolate. Los únicos chicos que le interesan son los virtuales, pero entonces llega una criatura llamada Riri para reventarle la vida.
Resulta que Anzu ha sido seleccionada para un programa muy especial para que termine con el chico de sus sueños, así que Riri se dedica a rodearla de diferentes candidatos guapísimos y lanzarla a situaciones románticas con ellos. Así termina conociendo al misterioso Tsukasa, retomando la relación con su amigo de la infancia Junta, y atrayendo la atención del insufrible niño rico Hijiri.
Una de las grandes virtudes de la serie es precisamente Anzu, que es más bruta que un arao y en muchas ocasiones se sale completamente de la norma de cómo debe ser una heroína romántica... precisamente porque se niega a serlo.
Y aún así, y sin comprometer en ningún momento quien es, también da mucho gusto cómo Anzu va cambiando durante la serie y abriéndose a nuevas experiencias y a tener una vida más plena simplemente por animarse a salir de su zona de confort y crear unos lazos más profundos con los que tiene a su alrededor.
'Romantic Killer' está llena de tropos románticos, que el anime explota al máximo para parodiarlos y sacarles todo el jugo, pero no se queda solo encasillado en estos momentos y consigue desarrollar muy naturalmente todas las relaciones que vemos sin que resulte forzado ni caer únicamente en el romance fácil.
La animación también ayuda mucho en este punto, explotando todavía más los momentos de comedia. Y aunque es sobre todo una animación sin grandes destellos, sí que nos deja bastantes momentos muy bonitos donde el equipo visual se luce bastante.
Reventando el romance
La serie mantiene un ritmo muy bueno, en general con un tono de comedia y situaciones entrañables que te dejan de buen humor. Aunque en los últimos capítulos toma unos cuantos giros muy oscuros para hablar de temas como acoso sexual y la importancia de creer a las víctimas de una manera muy acertada y sensible que de entrada no te esperas en un anime.
La versión original en japonés es estelar, pero también hay que decir que el doblaje en castellano es también buenísimo y consigue darle mucha vidilla a la serie. Al igual que como con 'Komi-san no puede comunicarse', es una serie que también gana mucho doblada y se puede disfrutar muy bien, sobre todo por la localización y la personalidad de los actores de doblaje.
El manga de Wataru Momose se publicó entre 2019 y 2020 en la Shonen Jump+ y tan solo nos dejó con 4 volúmenes de manga, por lo que tampoco es que haya demasiado material de base para seguir adaptando. Eso sí, aunque el final de 'Romantic Killer' es muy satisfactorio y positivo, también nos deja la puerta un poquito abierta para continuar con una hipotética segunda temporada.
Así que por desgracia, aunque la verdad es que la primera temporada de 'Romantic Killer' es bastante redonda, sí que nos deja un poco el gusanillo y ganas de más para ver qué les depara la vida a a los protagonistas (y también por ver qué más salseos puede haber).
Si no desde el manga, no sobraría algún episodio especial donde se terminen de resolver algunas de las tensiones románticas y nos den un verdadero cierre de comedia romántica, que al final parece que Anzu no está tan cerrada en banda a la idea.
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