En cierto sentido, 'Enjambre' (Swarm) podría haber sido perfectamente una suerte de spin-off de 'Atlanta'. No solo porque esta nueva miniserie de Amazon Prime Video cuente con Donald Glover como cocreador junto a la también guionista de la comedia independiente Janine Nabers, sino porque podría suceder perfectamente en ese mismo universo.
Y es que esta historia de una chica (Dominique Fishback) obsesionada por Ni'Jah, una cantante tipo Beyoncé (parecidos que no se ocultan para nada), podría ser perfectamente algo que se quedó por contar en esos episodios autoconclusivos que tanto disfrutamos, con un cierto toque de humor e incluso algo de surrealismo incluido en lo que se desarrollan las vivencias macabras de Dre.
El primer episodio de la miniserie nos mete de lleno en la vida de esta joven chica, que comparte piso con su hermana Marissa (Chloe Bailey). Ella y Ni'Jah —y su enjambre (guiño a la Colmena)— son las razones de vida de nuestra protagonista. Y, sin meternos en spoilers (aunque ya os podéis imaginar que hay asesinatos de por medio), los acontecimientos nos llevarán a todo un viaje por el sur de Estados Unidos.
El espíritu de venganza de la colmena
Reconozco que es algo complicado hablar de 'Enjambre' en su conjunto sin meternos en terrenos de revelaciones de trama porque hay cosas, sobre todo hacia el final, que definen mucho más a Dre y lo que está pasando en general que los primeros compases de la serie. También hay otro factor en cuenta: nunca vas a saber qué va a pasar en el siguiente episodio.
Glover y Nabers hacen de 'Enjambre' una serie de episodios autoconclusivos donde prácticamente lo único en común es la retorcida protagonista. Hay todo un abanico de géneros por los que nos movemos: sin dejar la comedia, hay capítulos de terror, otros más cercanos al thriller y al true crime, otros con toque surrealista, hay incluso ejercicio meta, etc.
En este aspecto creo que, y volviendo a la comparación con 'Atlanta', ese factor experimental y de fluidez metamorfa que había en la serie de FX aquí no funciona tan bien por, precisamente, la presencia de una trama continuada. Los guionistas van tan a favor del romper las expectativas de un episodio a otro que su acto final (por así llamarlo) se resiente.
No es que sea un mal final, y de hecho si lo piensas es hasta coherente, pero sí que parece que han pasado de las migas que han dejado por el camino y soltado una bandada de pájaros para que nos olvidemos de ello.
Notable, pero algo decepcionante
Donde falla más es a la hora de saber exactamente qué quieren contar Glover y Nabers. El guionista nunca ha sido amigo de explicar y exponer los temas que explora y tampoco se lo pedimos, pero al manejar cierta sátira a veces se nota algo de brocha gorda en momentos donde se pide algo más de pincelada fina. Corre así el peligro en quedarse como una sátira del "Stan", del fan no solo obsesionado sino del tóxico, y pierde algo de caracterización.
Lo cual no es culpa, para nada, de Dominique Fishback (quien ya deslumbraba en 'The Deuce'), que hace un papel sobresaliente a lo largo de las poco menos de cuatro horas que dura esta miniserie, con un personaje cambiante, también, de episodio a episodio. Ella navega entre sensaciones negativas, sus pocos alivios, y los zumbidos del enjambre.
La protagonista es la principal (que no única) virtud de una miniserie que, si bien es bastante notable, es algo decepcionante por su irregularidad y falta de profundidad. Aún así, 'Enjambre' es un retorcido, cómico, sangriento y entretenido viaje y a veces no hace falta más.
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