'Disclaimer' me ha maravillado. Una evocadora y fascinante miniserie de Alfonso Cuarón que absorbe con su toque de thriller

'Disclaimer' me ha maravillado. Una evocadora y fascinante miniserie de Alfonso Cuarón que absorbe con su toque de thriller

Aún con ciertos fallos, es difícil no caer rendido ante este adictivo drama adulto

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En no pocos aspectos se puede comprobar que ‘Disclaimer*’ es una obra de Alfonso Cuarón. Diría, sobre todo, ese aspecto literario que el cineasta mexicano expresó en toda su expresión, valga la redundancia, en la oscarizada ‘Roma’. Afortunadamente, esta miniserie de Apple TV+ es mucho más interesante y absorbente que aquella pretenciosidad.

Tampoco es que Cuarón lo ponga demasiado fácil. El primer episodio confunde la fuerza de la evocación con la de la narrativa en lo que vamos saltando entre, aparentemente, tres líneas diferentes: una pareja joven de viaje en Italia, un profesor obligado a retirarse y una prestigiosa periodista al que la lectura de un libro misterioso le provoca una reacción incendiaria, literalmente.

La narración de, entre otros, Indira Varma nos lleva de la mano mientras tanto para que no nos perdamos y pronto vamos atando cabos: ese libro relata algo que destruye la reputación de Catherine (Cate Blanchett). Un pecado del pasado que une irremediable y trágicamente a la periodista con el joven turista (Louis Partridge) y el anciano profesor (Kevin Kline).

No hace falta haber leído la novela de Renée Knight (editada en España como ‘Observada’), en la que se basa la miniserie, para saber por donde van los tiros. De hecho, la serie no tarda mucho en ofrecernos un panorama lo suficientemente claro como para que el espectador conjeture su teoría porque, en realidad, esto no va tanto de adictivos secretos y mentiras sino de la aceptación de la responsabilidad.

Cuarontones

Este es el aspecto fascinante de ‘Disclaimer*’: hacer un estudio sobre eso con, además, varios puntos de vista y una narración en off que, ya nos advierte desde el principio, no es fiable y lo que veremos tampoco. Y no lo es porque este drama adulto (de estos que escasean más de lo que parece) es consciente de que, ante todo, es una obra y como tal tiene poder tanto de contar la verdad tal cual como de manipular.

Aquí es donde entra el espíritu altamente literario, tanto poético como prosaico, de la miniserie. Considero que poca gente sabe llevarlo sin ser cargante y aquí Cuarón, que escribe y dirige la totalidad de la serie, esquiva varias balas en lo que trabaja con la historia, juega con la verdad y “la verdad”, realza personajes y nos hace ser conscientes de sus imperfecciones.

Imperfecciones al igual que, dentro de lo notable que es, tiene esta miniserie. Quizás donde más falla sea en la parte joven del reparto. Mientras que los “mayores” están excelentes (incluso el algo histriónico Kline), es con los jóvenes donde no consigo conciliar del todo. Más por las limitaciones de estos como actores que por los matices de sus personajes.

Sobre todo, con el papel de Partridge como Jonathan, que ejecuta una de las actuaciones más patéticas que servidor ha visto en una serie de esta factura. Sin entrar en detalles, la escena en cuestión es una conversación subida de tono entre este y el personaje interpretado por Leila George. Por alguna razón su gesto la hace más una escena de recibir una mala noticia que de seducción, una cara más de estar incómodo que tremendamente excitado.

Malos sabores aparte, que derivan la mayor parte en cierto desapego hacia los personajes, mentiría si dijera que ‘Disclaimer*’ no me ha absorbido en sus redes. Si bien quizás está ligeramente estirada, me he encontrado totalmente embaucado por la maestría narrativa de Cuarón y lo evocadora de su propuesta. Una maravilla.

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