El triste fallecimiento de Dieter Laser es la excusa para recordar y celebrar 'The Human Centipede' (2009) de Tom Six. Sobre todo, para alabar una segunda entrega prodigiosa y realmente enfermiza que marca un antes y un después en el género.
Además, la secuela terminaría dando pie a una cómica tercera entrega que habría hecho las delicias de mucha más gente de haber sido un cómic de Garth Ennis o similares. Bienvenidos al asco.
¿Tom qué?
Nacido en Alkmaar, Holanda, el 29 de agosto de 1973, el amor por el cine de Shane McDogshit comenzó corriendo con la cámara de su abuelo mientras grababa el mundo que le rodeaba. El artista posteriormente conocido como Tom Six se vio fuertemente influenciado por el cine de terror más hardcore imaginable, como el "drama" italiano 'Saló o los 120 días de Sodoma' o el clásico que también está de celebración 'Cromosoma 3'.
Precisamente ha declarado que la película de Pier Paolo Pasolini es la más enferma que ha visto nunca. Tom Six es un tipo peculiar con unos gustos peculiares. Siempre vestido de blanco, con sombrero de cowboy y gafas de sol, es un entusiasta de los AK-47, de la pintura (también pinta) y un curryholic (alguien con fijación por el curry picante).
Tras una serie de películas bastante peculiares, sobre todo la dantesca 'I Love Dries' (¿influencia para Alex de la Iglesia en 'Mi gran noche'?), siempre inéditas en medio mundo, era hora de remover estómagos y cerebros con el arranque de su trilogía de horror 'The Human Centipede'. Siempre inédita y también prohibida en medio mundo.
Primer curso de anatomía para Mad Doctors
Abran paso al doctor Josef Heiter, brillante cirujano (loco) especialista en separar gemelos siameses y con una única misión en la vida: crear trillizos artificiales. Este pirado está interpretado por Dieter Laser en lo que sería el papel de su vida de no ser por su regreso a las órdenes de Tom Six unos años más tarde un 100% más chiflado, excesivo y cachondo.
Un trávelin paralelo a la autopista nos acompaña hasta un coche. Dentro, un viejo de aspecto sospechoso llora ante las imágenes de tres Rottweilers aparentemente entrenados y en fila de a uno. No pasará mucho tiempo hasta que confirmemos que ese señor mayor tiene mucho más que un aspecto sospechoso y que esos pobres animales no estaban posando amigablemente para la foto.
'The Human Centipede' es como si la simpática película de Eli Roth, 'Toc toc' sucediera en la vida real Pista: ni Keanu Reeves abrirá la puerta ni Ana de Armas empapada esperará a entrar a tu ducha. El holandés, guionista y director (también productor y editor) tiene verdadero buen gusto para la crueldad, detalle que se aprecia cada escena de la película, como aquella en la que el doctor finge la llamada telefónica que debería rescatar a dos jóvenes neoyorquinas perdidas y sin cobertura en el peor lugar posible.
Six define al villano con líneas maestras en alemán y mucha mala uva enfermiza. Y acojona. Tanto como la confirmación médica de que lo que estamos viendo estaba 100% aprobada.
Con el paso del tiempo uno ha aprendido a disfrutar de sus barrabasadas y de reírse con cada detalle enfermizo que el director va dejando aquí y allá. Un retrato, unas fotografías, una pintura... no me atrevería a decir que estamos ante una comedia (a pesar de una persecución climática a gatas), pero tal vez ese era el camino a seguir.
Y vaya si lo siguió. Si un canadiense popularizó la nueva carne por qué diablos no iba a ser un holandés quien hiciera lo mismo con la nueva caca.
Clases nocturnas de anatomía para freaks
Six multiplica su criatura y con ella el asco, la podredumbre, lo enfermizo y la ansiedad a través de la autorreferencia y un sentido del humor a prueba de bombas. Martin y su barra de hierro ya están en el Olimpo de los dioses de la atrocidad. Lo que antes era aséptico, limpio a fin de cuentas, ahora deja paso a la extracción dental a martillazos y a la grapadora de oficina.
En apenas diez minutos Six se desmarca de la primera película como nunca habríamos imaginado. Una película que terminaba (más o menos) en suspenso y que en condiciones normales habría dado para una secuela pura y dura se pasa al metalenguaje en blanco y negro para presentar a Martin, el troll definitivo de la vida real. En realidad, THCII va de Twitter.
La decisión de Six de distribuir la película en blanco y negro es acertada y atrevida (dudo mucho que nadie le haya comentado que así rebajaría en parte la casquería gore) , dotando a la película de un aire experimental y artístico que acentúa su salvajismo, pero también existe una edición en color llena de luz y contrastes que merece ser descubierta. La edición francesa de la trilogía incluye el corte en color en un disco extra.
La fotografía nos traslada del body horror de Cronenberg al Lynch primigenio (por ejemplo), pero es mucho más limpia. También más repugnante. La secuencia con el médico hablando de abusos es increíble. El incidente con su madre entierra 'Psicosis' en el olvido.
Esta primera secuela nunca baja del 11, se trata de un monumento a la aberración exquisito gusto, aunque suene contradictorio. Al igual que Laser en la primera, Laurence R. Harvey lleva aquí el peso de la misma con otra interpretación de un nivel estratosférico.
La cantidad de atrocidades que culminan en una relación indescriptible es todo un hito en el cine de horror. Una obra monumental que probablemente sea necesario redescubrir. 'The Human Centipede II (Full Sequence)' es una obra maestra 100% desaprobada médicamente con el pie pisando a fondo el acelerador.
Tercero de Mad Doctors: Prison Break Rape
La más cómica de la trilogía. No es una parodia bufa porque Dieter Laser entrega su alma y la atmósfera de la peli es digna de una sucia y alternativa entrega de la secuela de 'La matanza de Texas' auspiciada por la Troma y no por Cannon Films.
Aquí lo de menos es la creación del ciempiés, lo que realmente funciona a las mil maravillas es el recorrido a través de un sendero de podredumbre y asco muy divertido.
Funciona especialmente bien la utilización de la meta-continuidad de la saga, con el mismísimo Tom Six ejerciendo de sí mismo, auténticas promociones de las dos películas anteriores y los protagonistas de las otras dos como villano y esbirro (ambos muy Disney, al menos en su contraste físico) o la pornográfica Bree Olson como secretaria vapuleada por la vida.
La fiesta no sería tal sin un invitado de excepción como Eric Roberts. El protagonista de 'La Ambulancia' interpreta a un ambicioso gobernador con el punto de mira apuntando a la Casa Blanca, que terminará pasando por el aro del interés común apreciando la "interesante" labor de los responsables de la prisión. Y es que ese experimento en las prisiones de Estados Unidos supondría, entre muchas otras cosas, un ahorro espectacular para las cuentas del país.
Excesiva como ninguna otra (atención a lo que estoy diciendo, eh) tiene algún momento directamente paródico, como el constante flirteo con 'El precio del poder', sobre todo en la escena en la que se come ciertos alimentos secos que dan fuerzas increíbles a tribus africanas, pero su comicidad brilla más cuando es ella misma, sin distracciones.
The Human Centipede III (Final Sequence)' es todo lo divertida y repugnante que tenía que ser. También es la más grande y cinematográfica de la saga. No sé cuántos de vosotros habéis pasado por aquí, pero ahora que América es "grande otra vez" es el momento de levantarse a aplaudir el "Endgame" de Tom Six. Ver para creer.
PD: Aún estamos esperando a que, 'The Onania Club', la nueva burrada de Tom Six encuentre distribución.
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