En la pasada ceremonia de los Oscars, Helen Mirren se llevó el premio a la mejor interpretación femenina en un papel principal. Mirren estaba perfecta, pero si la ganadora hubiera sido Judi Dench, creo que no habría que quejarse ni lo más mínimo. Jennifer Hudson ganó el premio a la mejor actriz secundaria, se lo merecía, estaba impresionante; pero si la ganadora hubiera sido Cate Blanchett, creo que tampoco habría que quejarse ni objetar nada. Porque simple y llanamente Dench y Blanchett están impresionantes en 'Diario de un Escándalo', ofreciéndonos dos de las mejores interpretaciones femeninas vistas en muchísimo tiempo.
Basada en la novela de Zoe Heller, la película nos narra la relación entre dos profesoras de escuela, una mayor y la otra joven. Una, una lesbiana reprimida que hará cualquier cosa por estar al lado de la mujer con la que se ha obsesionado. La otra, una mujer nada satisfecha con su matrimonio, madre de dos hijos, uno de ellos con síndrome de Down, y que se siente maravillada por los halagos de un jovencísimo alumno que se ha enamorado de ella. Un típico argumento de telelfilm de domingo por la tarde, que de no ser por el excepcional trabajo de sus dos actrices, no pasaría de ser eso.
Y es que los personajes de Dench y Blanchett son dos personajes complejos llenos de matices, nada exagerados. Podrá parecer que el primero de ellos, el de Dench, es el más completo. Realmente lleva el peso de toda la película, con esa narración en off, perfectamente utilizada, reflexiones en alto de un diario en el que anota sus más oscuros secretos, como si éste fuera el único compañero real del personaje, un personaje atormentado, con mucho que decir y ofrecer, pero incapaz de decir nada cara a cara. Atención al detalle del gato, mucho más revelador de lo que parece a simple vista. El personaje de Blanchett puede parecer más tópico, y sin embargo creo que es igual de complejo. Un personaje atrapado entre dos mundos, o si se prefiere, tres, un matrimonio del que realmente no puede quejarse, una relación amorosa con un alumno que es algo prohibido, y la relación con su nueva amiga, la cual desconoce por completo. Un personaje lleno de dudas y miedos, que Blanchett explota hasta el mínimo detalle con su portentosa interpretación. Dos actrices en estado de gracia, a las que no les falta ni sobra nada. El momento cerca del final, en el que el personaje de Blanchett explota es absolutamente desgarrador, y merece ser enmarcado como uno de esos momentos álgidos, en lo que se refiere a una interpretación.
A pesar de que la película se sustenta sobre todo en los trabajo de Dench y Blanchett, los actores secundarios no están nada, pero que nada mal. Destacaría sobre todo los trabajos de Bill Nighy, actor camaleónico donde los haya, intepretando al marido de Blanchett, y que en cierto momento, tiene su momento de gloria, interpretativamente hablando. Y también Andrew Simpson, que da vida al joven alumno enamorado de su profesora, con el riesgo que este papel tenía, el actor consigue hacerlo totalmente creíble, no desentonando absolutamente nada al lado de la maravillosa actriz.
Otro elemento a destacar, y que también estuvo nimonado al Oscar, es la sensacional banda sonora compuesta por Philip Glass, que en cierta medida recuerda bastante al trabajo que realizó para 'Las Horas', otra película de mujeres. Bueno, lo cierto, es que muchos de los trabajos de Glass, sean bandas sonoras o no, se parecen mucho entre sí. Pero aunque Glass pueda ser un poco machacón a veces, aquí la música es una acompañante más de los hechos, remarcando estupendamente todo lo que vemos, y vistiendo, por decirlo así, a los personajes.
Richard Eyre, que ya consigió con 'Iris' que sus actores fueran nominados, llegando a conseguir la estatuilla Jim Broadbent, hace lo que puede con el material que tiene entre manos, y siendo consciente de que podría haberle salido un telefilm fácilmente olvidable, se concentra en el trabajo de las actrices, que sobresalen de los demás aspectos del film. Quizá el guión debía haber tenido un mejor tratamiento, ya que hay algunas cosas que no terminan de convencerme, por ejemplo, lo apresurado de su inicio, afectando al ritmo; ciertas decisiones de los personajes en su tramo final, un poco incomprensibles e ilógicas; y por supuesto ese cierre de película, con un epílogo totalmente fuera de lugar, y que correspondería más bien al thriller o al género de terror, y en el que además se nos remarca innecesariamente el comportamiento de uno de los personajes centrales.
Una correcta película, hecha con oficio y buen gusto. Y que si hay algo por lo que merece ser vista, es desde luego por dos grandes, grandes, actrices, dos enormes mujeres como la vida misma que dan lo mejor de sí en esta película. Por cierto, menudo morbazo el de Blanchett, qué preciosidad de mujer. ¿Quién no se enamoraría de ella? eh, ¿quién?