Podríamos decir, casi con toda certeza, que el episodio de esta semana de 'Dexter: New Blood' es pequeño en su ejecución —excepto un par de personajes más, prácticamente nos movemos en parejas de protagonistas— pero no por ello menos intenso de lo que se espera a esta altura de la serie.
Como siempre, a partir de aquí spoiler de 'Juego sucio', el episodio octavo de 'Dexter: New Blood'.
Comenzamos el episodio tal como terminamos el anterior, con Jim/Dexter (Michael C. Hall) siendo pillado por sorpresa por el secuaz de Kurt interpretado por Shuler Hensley. El momento, recordemos, no podía ser peor ya que nuestro protagonista iba camino de contarle a Harrison (Jack Alcott) todo el tema del pasajero oscuro con la esperanza de que esto no solo les uniera sino les salvase.
Visiones de matanza
A propósito de eso, mientras intenta recuperar la consciencia, Dexter tiene un sueño en el que ve a su hijo cargándose a los matones del instituto. No es en lo que está ocupado el chaval sino que le encontramos teniendo un momento paternofilial con Kurt (Clancy Brown), quien lo va embaucando en la trampa que tiene pensada para padre e hijo.
Dexter consigue escapar de su captor, pero en el camino se convierte en presa potencial de Elric, quien le persigue escopeta en mano en lo que nuestro protagonista sabe que la vida de su hijo depende de que salga de esta con vida. Así, nos encontramos con una carrera contrarreloj para evitar que se produzca una cacería humana, el modo de matar del asesino en serie de Iron Lake.
Aquí reconozco que no me terminó de quedar claro el plan de ruta de Kurt con este plan, porque si su idea era matar a Harrison delante de Dexter (lo cual tiene todo el sentido del mundo) esa impaciencia a la hora de iniciar su propia caza queda como un mero resorte de guion para justificar la entrada dramática (y triunfal) del protagonista. Por otro lado, no solo tendría que matar al chaval, sino que si no se carga al padre poco futuro sería como escupir hacia arriba.
Más allá de las puntualizaciones en las intenciones, lo que queda claro es que este episodio, y esta situación, no solo resuelve (parte) de este gran conflicto paternofilial que nos ha llevado —a veces con más y otras con menos tino— por toda la temporada sino que desvela las principales cartas cara a un tramo final de enfrentamiento a pecho descubierto.
Piezas a encajar
Hablando de cartas, o de piezas, la trama b del episodio se ha dedicado a Angela (Julia Jones) y su objetivo de encajar las piezas en todo el puzle sobre Dexter. Ya hemos hablado en más de una ocasión lo oxidado (o más bien descuidado) que se estaba volviendo nuestro protagonista... y, en la investigación por parte de Angela, esas cosas —el asunto con los camellos del pueblo— están resurgiendo para morder.
Más aún cuando descubre que la ketamina fue también un elemento usado por el famoso asesino de la bahía. Era cuestión de tiempo que llegásemos a este punto. Ahora que tiene una teoría más o menos clara y evidentemente siniestra, este tramo final de 'Dexter: New Blood' apunta cada vez más alto en muchos sentidos.
De momento, los próximos dos episodios van a tener que resolver toda la trama y, si bien es de esperar que sigamos teniendo momentos padre e hijo, tendremos que ver cómo se resuelve todo el asunto de Kurt dado a la fuga y cómo se enfrenta Angela a su ¿ex? Novio. La semana que viene saldremos de duda.
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