Antes de ‘Doctor Strange en el multiverso de la locura’ (Doctor Strange in the Multiverse of Madness, 2022), el místico tuvo apariciones en películas como el piloto de televisión (bastante bueno) ‘Dr Strange’ (1978) protagonizada por Peter Hooten y una versión animada de 2007 bastante menos interesante, además, el personaje estuvo en las negociaciones como una posibilidad para adaptación cinematográfica durante la década de los 2000.
Fue Marvel Studios el que que obró el milagro con su ‘Doctor Strange’ (2016), adaptación dirigida por Scott Derrickson y protagonizada por Benedict Cumberbatch que hacía olvidar otras versiones, pero, sin embargo, pocos recuerdan que en los 90 apareció ‘Doctor Mordrid’ (1992), una de las mejores películas que surgieron de la empresa Full Moon Productions de Albert y Charles Band, la continuación de la Empire, con la que produjeron el clásico del cine de terror ‘Re-Animator’ (1985) y otras adaptaciones de Lovecraft.
Full Moon estuvo detrás de una gran cantidad de películas de género de bajo presupuesto, habitualmente dirigidas al mercado de vídeo, pero con ciertas garantías cinematográficas y más mimo del que ponen ahora las Asylum de turno. Hay rumores de que el guion de Mordrid originalmente comenzó como una película basada en el superhéroe hechicero de Marvel y que los Band habían tenido los derechos cinematográficos durante años en los que no pudo hacer despegar el proyecto.
La semilla de Kirby y no Ditko
Si bien la influencia del cómic en la película es inconfundible, y basta con cambiar nombres de los personajes y ponerle un bigote y capa roja al protagonista, el guionista C. Courtney Joyner aclaró que Charles Band nunca tuvo los derechos ni hubo libreto previo. Lo que sí que era Band, sin embargo, era un gran fanático de los Comics, e incluso había contratado al legendario dibujante Jack Kirby, creador de Capitán América, entre otros para desarrollar los diseños y el arte conceptual de varias películas.
Uno de estos fue para el Dr. Mortalis, un héroe hechicero muy similar a Strange, ya en 1986. A partir de 3 o 4 ilustraciones, Joyner desarrolló el texto, intentando conseguir las sensaciones de Kirby y con la noción del hechicero de Marvel siempre, pero orgulloso de la conexión directa con el rey de los cómics de su personaje. Su Dr. Anton (Jeffrey Combs) es un hechicero benigno de otro reino que ha pasado el último siglo y medio esperando a que su amigo de la infancia y archienemigo, Kabal (Brian Thompson), finalmente regrese a la tierra de los vivos para tratar de esclavizar y destruir la Tierra, lo que, por supuesto, intenta.
Mientras tanto, Mordrid y su fiel cuervo mascota, llamado Edgar Allan –curioso que Combs interpretaría más adelante al escritor—, viven en un enorme edificio actuando como psicólogo criminal, historiador de lo oculto y cronista de las artes oscuras. En su edificio vive Sam (Yvette Nipar), una consultora del departamento de policía, y su departamento arresta a Mordrid por su conocimiento de un asesinato que cometió Kabal y deberá usar su ingenio y la ayuda de Sam para salir y detener los malvados planes de Kabal en una confrontación final antológica.
Co el presupuesto barato habitual de los productos Full Moon, los efectos especiales y escenas complejas aparecen solo cuando la historia lo necesita y su frugalidad de escenarios, acciones y localizaciones lastran un poco el ritmo del conjunto con algunas situaciones que tienden a repetirse. Jeffrey Combs, quien saltó a la fama en ‘Re-Animator’ (1985), puede que la producción más famosa de Band, ofrece una de sus interpretaciones más elegantes, ofreciendo una mezcla de seriedad y picardía contenida que mantienen la película.
Adelantándose a Marvel tres décadas
Pero lo más importante es que la obra mantiene el esoterismo del Dr Strange de Marvel en cada fotograma, desde hechizos y pociones a dispositivos mágicos, portales y puertas interdimensionales con sorpresas como la idea de una mazmorra en otra dimensión que flota en una isla de tierra en el aire en donde hay una serie de monstruos que esperan tras una puerta casi precediendo a la de ‘Shang Chi’. No hay mucho gore del que nos acostumbra la Empire, pero sí hay detalles, como el personaje de Gunner un guardia cuyos globos oculares han sido destruidos por una bola de fuego mágica.
‘Doctor Mordrid’ es entretenida, con algunas escenas ingeniosas con Combs en la comisaría, quitándose las esposas y usando un pañuelo para hipnotizar, pero se nota que la traca final es su as en la manga. El habitual de los Band, David Allen, concibe una gran secuencia de animación stop-motion con esqueletos de dinosaurio peleando que se adelanta a ‘Noche del museo’ (2006), completando el momento con una pequeña aparición de demonios animados que pedían mucho más tiempo en pantalla.
Dentro del renacimiento pulp del cómic en los primeros 90, la película llena un espacio normalmente reservado para aventuras y vigilantes enmascarados al estilo ‘The Shadow’, por lo que su versión colorida del género es uno de los pocos ejemplos de acercarse al espíritu Marvel, tiene incluso ideas de “proyección astral” que recupera ‘Doctor Strange in the Multiverse of Madness’, cuando ambos héroes les piden a su compañera de aventura que vigilen su cuerpo mientras ellos resuelven la batalla final.
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