En el mundo hay varias personas que llevan bastante tiempo preparándose para la llegada de un colapso que cambie la vida tal y como la conocemos. No me refiero al coronavirus, sino algo mucho más grave e irreversible que llevaría a la gente a tener que valerse por sí misma. Hay hasta programas de televisión que hablan sobre los preppers y los sistemas que tiene ideados cada uno para salir adelante en una situación así.
Casualidad o no con el coronavirus, Netflix ha estrenado recientemente ‘El declive’, una cinta canadiense sobre un grupo de esos preppers que participan en un curso realizado por un experto para conocer nuevos detalles con los que mejorar su preparación. Un accidente provoca que las cosas se tuerzan en este intenso thriller de supervivencia que hubiese necesitado algo más de metraje para conseguir el impacto buscado.
Un apreciable retrato de los preppers
Los primeros minutos de ‘El declive’ nos sirven para ponernos en ambiente de forma enérgica con una familia haciendo en un ensayo de cara a una posible hecatombe mundial para luego ver cómo el padre de familia recibe la invitación de un Youtuber experto en la materia para hacer un curso de fin de semana.
Todos los allí presentes comparten una misma visión del mundo y están encantados con los nuevos trucos que van aprendiendo. Ahí la película se centra más en una visión general de los hechos, aprovechando muy bien los paisajes canadienses para dar más entidad a la propuesta y que la credibilidad de lo que cuenta se perciba como mayor. De hecho, hasta quizá se queden un poco corto teniendo en cuenta lo que uno puede encontrar en la red sobre los preppers.
En esos minutos quizá lo único que flaquea sea el hecho de que la mayoría de personajes son poco más que extensiones de la misma idea en lugar de entes con personalidad propia. Sin embargo, la historia en sí misma progresa de forma adecuada y el guion firmado por Charles Dionne, Nicolas Krief y Patrice Laliberté, también director de ‘El declive’, sabe cuándo ha llegado el momento de dar un volantazo y hacer que todo salte por los aires.
Un giro hacia lo visceral
Es entonces cuando la película empieza a indagar en la diferente forma de reaccionar ante una situación límite por parte de unos personajes que hasta entonces habían sido pura armonía. Como es lógico, eso cambia y la violencia no tarda en hacer acto de presencia, ya que la actitud ante lo sucedido crea dos grupos condenados a enfrentarse. Unos se dejan llevar por ese espíritu de supervivencia frente a otros que prefieren confiar en las leyes del mundo actual. Hasta España han llegado y todo.
Ahí esos escenarios naturales nevados cobran además una importancia adicional, ya que al no haberse preocupado la película de humanizar realmente a sus personajes, lo que nos queda es una batalla casi propia de animales. Por ello, las reacciones de los protagonistas se vuelven más viscerales, difíciles de justificar en algunos casos a partir de los pocos detalles sobre ellos que nos había dado el libreto, elevando la intensidad aunque sea a cambio de que todo resulte un tanto convencional.
A fin de cuentas, hemos visto ya multitud de thrillers de supervivencia y también de películas en los que la caza humana se convertía en su gran eje dramático. A su favor conviene destacar que Laliberté consigue que resulten entretenidos en todo momento. Seguramente eso fuera lo que buscaba ajustando tanto el metraje de ‘El declive’ -dura poco más de 80 minutos- y comprimiendo al máximo sus opciones dramáticas más allá de esa rivalidad mortal que surge entre los personajes.
De esta forma, ‘El declive’ pierde lo que podía convertirla en una propuesta diferente pero lo hace sin perder nunca la solvencia. Habría sido muy sencillo para Laliberté cambiar su enfoque de puesta en escena y perder en un intento de resultar frenético, pero en todo momento apuesta por un enfoque más pausado, funcionando especialmente bien durante el tramo de la pelea más física que se produce en los minutos finales. Ahí mucho se habrían metido de lleno en el frenesí del combate en lugar de quedarse atrás y mostrarlo todo desde una prisma quizá no más realista, pero si cercano a ello.
En resumidas cuentas
Hay dos películas en ‘El declive’, la primera es un interesante retrato de los preppers y cómo se preparan de cara a un fin del mundo que dan por sentado sin saber exactamente cuál será el motivo y luego todo se transforma en un survival algo convencional pero entretenido. No creo que sea una gran película, pero sí una solvente y que te permitirá pasar un buen rato siempre que no estés pensando en lo que podría haber sido y finalmente no es.
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