"¿Por qué, por qué tengo tanto miedo en esta nube de niebla?". Así empieza la letra de 'Angae', la canción que resume en unos versos el complejo caleidoscopio narrativo de la última película de Park Chan-Wook. En 'Decision to leave' una obsesión amorosa guía el metraje a través de nudillos, piscinas vacías, insomnio y notas de voz al resguardo de una marea creciente. El resultado no es perfecto, pero sí lo suficientemente fascinante como para que nunca tomes la decisión de marcharte de su universo.
Neblina narrativa
Como la vida de Hae-Jun, 'Decision to leave' vive en una continua neblina que deja un aire de rareza a lo largo de todo el metraje: su fascinante laberinto de tramas y personajes le permite jugar con el espectador y con sus protagonistas, añadiendo capas de profundidad al drama romántico y permitiéndose el lujo de finalizar en esa misma niebla que acompaña a toda la película.
Después de ver tanto cine no suele ocurrir que al encender las luces necesitemos un proceso de readaptación al mundo real, pero tras pasar dos horas y veinte minutos en las manos de Park Chan-Wook es casi obligatorio un pequeño periodo de reflexión para tratar de aprehender todo lo que hemos visto antes de que se vaya de nuestra cabeza, como quien se despierta de un sueño increíble que no quiere que se desvanezca tan rápido.
Quizá por eso hay quien ha encontrado una profunda decepción en su última (y bellísima) escena, que culmina los flecos de las tramas que tienen que hacerlo de una forma tan bella como poética, tan definitiva como colosal. Park Chan-Wook obliga al espectador a despedirse poco a poco de la cinta, por mucho que él quiera pasar más tiempo allí. No es que la película se deje cosas sin decir, es que confía en la inteligencia de quien está al otro lado, consciente de que a veces es mejor que no todo llegue a una conclusión satisfactoria. Nunca fue necesario para un gran final.
Vete a dormir, ya no pintas nada aquí
Los que escribimos sobre cine tarde o temprano nos hemos encontrado con alguien que exige una "crítica objetiva", diseccionando la película casi como si fuera una fórmula matemática: guion por dirección más actores dividido entre puntos negativos. Pero, ¿cómo se llega a esta supuesta e imposible objetividad en una película como 'Decision to leave', que apuesta a la intriga, el romance, lo onírico y el drama policial con tintes de comedia y acierta en todos ellos? Es más, ¿cómo explicar que, a pesar de su absoluta maestría en todos los ámbitos, no es perfecta?
Park Chan-Wook bebe claramente de Alfred Hitchcock para construir su rompecabezas, pero se aleja del maestro del suspense cambiando tan solo una pequeña parte de la perspectiva. A Wook no le importa quién lo hizo o por qué lo hizo sino cómo se siente quien lo hizo... Y cómo le hace sentir al protagonista saberlo. La culpabilidad, el amor, la pasión, la soledad, el insomnio, la ruptura con tus ideales, el engaño, la persecución insana, las notas de voz: 'Decision to leave' es inabarcable dentro de su poesía callejera y su romance tan pasional como imposible.
La pieza clave del puzzle no soluciona el enigma de quién ha cometido un crimen o sus motivaciones, sino qué sentimientos inusuales (pero comprensibles dentro de la lógica enfermiza de la cinta) causa en los personajes. La cinta de Park Chan-Wook es una bomba nuclear que lenta pero segura va arrasando todo lo que pilla a su paso, dejando en el camino a tres personas cuyas vidas ya estaban totalmente destrozadas antes de que explotara.
La perfecta imperfección
Aunque 'Decision to leave' es una gran película y una de las apuestas más rotundas del año, no es menos cierto que no llega al nivel de las mejores propuestas de Park Chan-Wook. No es algo que hable en contra de la cinta, sino a favor del autor de 'Old boy', 'La doncella' o 'Sympathy for Mr. Vengeance'. Aunque su innovación visual es apasionante, la historia no es todo lo compacta que le gustaría, y esta dispersión, sumada a la narrativa poco cohesionada y un inicio a fuego lento en el que cuesta entrar, hacen que no sea todo lo redonda que podría haber sido.
Eso no significa que sea una obra menor o que debáis pasarla por alto: 'Decision to leave' es un relato entre el insomnio y las frases que dicen "te quiero" sin decirlo que cuenta con una edición única y una de las identidades visuales más preciosas y auténticas que ha dado el cine en los últimos años. Sí, es densa. Sí, puede que sientas una sensación de vacío al terminar. Sí, los personajes podrían solucionar sus problemas simplemente dirigiéndose dos frases en el momento adecuado. Pero el cine no es lógico.
Park Chan-Wook sabe que el cine es caos y escapa a la lógica humana. Por eso en 'Decision to leave' junta géneros, ideas, esperanzas, amores y destrozos emocionales sabiendo que tiene la carta blanca que una cámara le otorga para crear y narrar a su propio estilo. Por suerte, no se amedrenta en ningún momento ni le tiembla el pulso por lo atrevido de lo que lleva a cabo, su duración excesiva o dejar colgando algunas líneas argumentales. Un director con personalidad propia hace lo que le da la gana, aunque no de siempre en el centro de la diana. Y eso es perfecto.
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