Netflix tiene muchísimas series originales, pero a la hora de la verdad solamente apoya con todo a un número muy limitado de producciones. En ese grupo sobresalen títulos como 'Stranger Things', 'Los Bridgerton' o 'The Witcher', quedando así en un segundo plano propuestas que merecen bastante la pena.
Una de ellas es 'Dead to Me', la serie protagonizada por Christina Applegate y Linda Cardellini que llega a su final este jueves 17 de noviembre con el estreno de su tercera y última temporada. Habrá que ver cómo afecta a su recibimiento que llegue casi tres años después de la segunda -un retraso provocado en parte porque Applegate sufre de esclerosis múltiple-, pero lo realmente importante es que se trata de un cierre notable para la historia de la amistad de Jen y Judy.
Con el objetivo claro
Uno de los grandes cambios de esta tercera temporada respecto a las dos anteriores es que la faceta de suspense de 'Dead to Me' pasa a un segundo plano para centrarse más en el vínculo emocional entre sus dos protagonistas. Con eso no quiere decir que se ignore la multitud de cabos sueltos que había dejado la serie, pero sí que se conviertes en algo con lo que ir lidiando de forma paralela, buscándole un encaje pero sin llegar a darle nunca prioridad absoluta. A decir verdad, una trama de esa faceta sí tiene más peso, pero incluso en ese caso es más el complemento que el plato principal.
Eso lleva a que esta última temporada de 'Dead to Me' apueste más por lo emocional. Desde sus inicios fue una serie marcada por cómo la fulgurante aparición de Judy cambiaba la vida de Jen, iniciando una amistad repleta de altibajos que rápidamente pasaba de la risa al sufrimiento. En esta ocasión el camino a seguir es bastante más claro y centrado, lo cual permite que esté más centrada en lo narrativo.
Esta decisión no lleva a que haya falta de sorpresas a lo largo del último viaje de Jen y Judy, pero sí que incluso ellas están claramente encaminadas a que todo funcione a modo de cierre. La aparición puntual de personajes que ya se dejaron ver en temporadas anteriores refuerza esa sensación de despedida, pero dándole también un toque de calidez para equilibrar esa tendencia de la serie tanto a lo cómico como a lo trágico.
No obstante, lo que más brilla vuelve a ser el trabajo de Applegate y Cardellini, siendo además la temporada que confía más abiertamente por mantener unidos el mayor tiempo posible a sus personajes principales. Ellas siempre fueron el gran punto fuerte de 'Dead to Me' e incidir más en ello es una de las mejores decisiones que podían tomar sus responsables.
Por mi parte confieso que siempre tuve una mayor debilidad por Cardellini, tanto por las características de su personaje como por la propia interpretación de la actriz. Aquí no es que pierda su faceta más impulsiva, pero sí que está más controlada, tanto en lo que quiere como en la forma de lograrlo, mientras que Applegate se ve un poco superada por las circunstancias.
Todo ello lleva a un desenlace que puede resultar algo previsible -cualquiera debería ser capaz de anticiparse a lo que va a suceder varios episodios antes-, pero también es lo que la propia temporada se ha ido ganando. Por el camino ya hay sobresaltos, pero aquí ya no había espacio para cliffhanger alguno, sino para dejar que las líneas argumentales que se han planteado alcancen el destino previsto y merecido, manteniendo de paso ese toque agridulce que siempre ha estado presente en 'Dead to Me'.
En resumidas cuentas
Puede que 'Dead to Me' no vaya a aparecer en muchas listas de lo mejor de Netflix, pero sus tres temporadas han merecido la pena y su desenlace encaja muy bien con las características que ha ido exhibiendo la serie a lo largo de los años. Además, tanto Cardellini como Applegate están muy inspiradas y elevan un material ya de por sí estimulante.
En Espinof:
- Las 11 mejores series de Netflix en 2022 (por ahora)
- Las 13 mejores películas de Netflix en 2022 (por ahora)
.
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 6 Comentarios