'DAHMER - Monstruo: la historia de Jeffrey Dahmer' es la mejor miniserie de Ryan Murphy para Netflix: Evan Peters borda un inmisericorde retrato del asesino

Ryan Murphy es, probablemente, una de las mayores inversiones que ha hecho Netflix desde que se dedica a la producción de originales... y no podemos decir que la jugada les esté saliendo demasiado redonda —y, de hecho, soy consciente de que "mejor serie suya" no es decir mucho—: 'The Politician', 'Ratched' y 'Hollywood' prometían mucho más de lo que al final dieron.

En este caso, podemos decir que la cosecha de este año es bastante favorable: aunque su papel era de productor ejecutivo, 'Los diarios de Andy Warhol' es fabuloso; y 'DAHMER - Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer' es una absorbente entrada en el true crime.

Creada junto a Ian Brennan, 'DAHMER' cuenta con diez episodios en los que pretende desentrañar la figura del psicópata en lo que bien podría ser una nueva temporada de 'American Crime Story' de no ser porque estamos por un lado en otra plataforma y, por otro, la serie de FX se centra en casos de gente conocida.

Dahmer más

Hay una manía en el true crime que es que, normalmente, no pierde mucho tiempo con las víctimas del sujeto en cuestión. Siempre hay excepciones, claro, pero lo que suele interesar más a los guionistas es o bien el "biopic" o bien la investigación. Por eso es incluso refrescante que Murphy y Brennan quieran adentrarse en la piel de las víctimas.

Esto, sobre todo cuando ya se ha explorado largamente Jeffrey Dahmer en la ficción y en documentales. El primer episodio (de los diez que lo componen), en este sentido, se deleita en el cortejo, en el embaucamiento a la víctima en lo que vamos siendo conscientes, tanto él cómo nosotros, que el tiempo corre en contra.

Pero la serie no se olvida que la serie va sobre el que blande el cuchillo y apuesta mucho a la magistral interpretación de Evan Peters. Tanto dirección como actor eluden todo lo posible el darle un aura glamuroso a Dahmer ofreciendo un retrato algo más deshumanizado de lo que a veces buscamos en un drama.

Algo que ocurre también según avanza la miniserie. Si normalmente el explorar el origen sirve para que veamos todo un mar de grises al comprender los traumas y circunstancias que forjaron al personaje, el guion es prácticamente inmisericorde con su impávido protagonista y sus filias.

Un retrato de víctimas y psicópata

También existe un propósito de que veamos el cuadro al completo. Ya sabemos que a Murphy y compañía les gusta navegar por las arrugas del tejido de la sociedad (sobre todo en el territorio LGTB) y los que comprenden de alguna manera sus privilegios y usan a su favor lo que a priori le puede marginar.

Así, es bastante revelador ver cómo Dahmer se libra de ser detenido alguna que otra vez por, digamos, saber usar las cartas. Saber qué excusas contar y que decir a la policía que estaban haciendo "cosas gays" les iba a incomodar. Hay, de hecho, una situación en el segundo episodio que no das crédito.

De hecho son esos detalles, por aquí y por ahí los que delatan medianamente a un Murphy bastante más contenido y sobrio de lo habitual. Una contención que si bien es bienvenida en cuanto al tono elegido, no deja de ser algo decepcionante debido a que el resultado queda algo más convencional y menos vibrante de lo esperado.

Lo cual no implica para que 'DAHMER' no sea digna de ver. Un notable ejemplar de true crime que es tan contundente como realmente absorbente e inquietante en su inmisericorde retrato del asesino.

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