Netflix tenía esta semana dos grandes estrenos de películas. El primero fue 'Fuimos canciones', nueva adaptación de una novela de Elísabet Benavent, la misma autora detrás de 'Valeria', que llegó al catálogo de la plataforma este pasado miércoles 29 de septiembre. El segundo es 'Culpable', remake de una aclamada cinta danesa en el que Netflix confía tanto que la presentó en el pasado Festival de Toronto e incluso llegó a estrenarla de forma limitada en cines antes de ponerla disponible para todos sus suscriptores este viernes 1 de octubre.
Los tres grandes argumentos para convencer al espectador de que tiene que ver 'Culpable' son el protagonismo de Jake Gyllenhaal, el hecho de que su guion está escrito por Nic Pizzolatto, creador de 'True Detective', y la presencia tras las cámaras de Antoine Fuqua, un sólido director que ya había colaborado con el actor en la estimable 'Redención'. Una vez vista la película, solamente Gyllenhaal ofrece argumentos de peso en una actualización de la cinta danesa que busca ser más intensa y acaba ofreciendo una visión algo dulcificada de la historia original.
Más intensa, menos efectiva
No tarda demasiado en notarse que Fuqua se siente algo incómodo con el material que tiene entre manos, ya que le ata un poco en lo referente al uso de la cámara y le impide abordar las imágenes con un mayor nervio. De hecho, las pequeñas adiciones que hace para sacarnos momentáneamente de la oficina en la que trabaja el protagonista se sienten innecesarias y no aportan nada especialmente relevante para el conjunto de la obra.
Como apuntaba antes, eso le lleva a buscar unos niveles de intensidad mayores a los de 'The Guilty', donde se conseguía cierto aura de intimidad que iba complicándose a medida que los detalles de la historia iban desvelándose. Aquí se sigue una ruta muy similar, pero se incide sobremanera en las reacciones del protagonista ante lo que sucede. Es como si en 'Culpable' existiera la necesidad de exteriorizar al máximo toda la gama de sentimientos y sensaciones que exhibe, llevando así a Gyllenhaal a ofrecernos una interpretación en la que no hay espacio para lo sutil o lo ambiguo.
Todo eso lleva a que 'Culpable' sea una película que coquetea demasiado con lo histriónico, con la necesidad de subrayar al máximo, quizá porque crean que es necesario para mantener atrapado al espectador. Es verdad que la propia evolución de la historia da pie a un progresivo descenso a los infiernos de su protagonista, pero hay algo aquí que recuerda al concepto de un elefante entrando en una cacharrería. No llega a ser tan grosero como para sacarte de la película, pero sí es evidente que está realizada sin tener demasiada confianza en el espectador.
Por suerte, Gyllenhaal está muy inspirado ofreciendo una visión diferente del protagonista a la de obra original, incidiéndose algo más en las miserias personales que ya arrastraba de por sí. A su manera, 'Culpable' justifica así ser más echada hacia delante en términos dramáticos, pero también acaba consiguiendo que la evolución de la historia se sienta algo más obvia. Además, hay algún otro cambio, uno especialmente importante que delata que estamos ante una versión Hollywood de la misma en lugar de una adaptación dispuesta a llegar a los mismos lugares que la obra original y quedarse también en ellos.
Un sopapo de corto recorrido
Todo eso surge también del libreto de Pizzolatto, donde se mantienen las líneas maestras de la obra original, pero se tiende a buscar la sobrecarga emocional, probablemente intentando forzar una mayor empatía del público con su protagonista. Eso sí, los diálogos en ningún momento llegan a sonar tan afectados como sucede a veces en sus obras, a lo cual también ayuda contar con la participación vocal de intérpretes como Peter Sarsgaard, Paul Dano, Riley Keough o Ethan Hawke para potenciar esa necesaria naturalidad que 'Culpable' no siempre consigue.
Es una pena que así sea, ya que 'Culpable' prefiere ser un sopapo de efecto instantáneo cuando 'The Guilty' prefería seguir el camino de ir metiéndose poco a poco en tu interior para así afectarte más a medida que iba sabiéndose todo. Tampoco es que esperase lo mismo, pues algo importante en todo remake es que encuentre su propia voz, pero en el caso que nos ocupa no funciona igual de bien.
Es verdad que saber de antemano los giros de la historia puede ser a su manera un lastre de cara al visionado de 'Culpable', ni que sea porque les resta impacto a una película que depende bastante de ellos. Sin embargo, lo que realmente juega en su contra es que Pizzolatto no puede o no quiere comprometerse por completo con ellos.
Ya he comentado que Fuqua no parece sentirse del todo a gusto tan confinado en el lugar del trabajo del protagonista, por lo que a menudo juega la carta de volcarse en él para dar todo el peso posible a la interpretación de Gyllenhaal. No es una mala apuesta visto lo visto, ya que si hay un motivo que pueda justificar ver esta versión de la historia y no quedarse sin más con la original es el trabajo del popular actor.
En resumidas cuentas
'Culpable' es un intenso thriller con la suficiente fuerza para enganchar al espectador que no conozca de antemano la película que adapta. En la comparación sale perdiendo en prácticamente todos los frentes, ya que ninguno de sus cambios se siente realmente como una mejora y uno de ellos acaba jugando en su contra al quitarle singularidad para convertirla en una propuesta más fácil de digerir. Al menos nos queda un estupendo Jake Gyllenhaal ofreciéndonos su mejor interpretación de los últimos años.
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