Tras veinte años labrándose una trayectoria en el formato corto, José Luis Montesinos da el salto al largometraje con 'Cuerdas', una ambiciosa propuesta que no termina de encontrar su lugar a pesar de su encomiable esfuerzo. Paula del Río, un perro y un hurón dispuestos a incomodar tu velada de cine.
El mejor amigo del hombre
Los referentes de 'Cuerdas' están bastante claros. Es un thriller de terror con dos referentes muy evidentes: 'Cujo', la película de Lewis Teague basada en la novela de Stephen King, y la estupenda y muy reivindicable película de George A. Romero, 'Atracción diabólica', también basada en una novela, en este caso de Michael Stewart.
Con el dolor por la muerte de su hermana aún muy reciente, Elena, una joven tetrapléjica, se ha retirado a una masía en el campo con su padre. Allí tiene la ayuda de Athos, un pastor belga adiestrado para ayudarla. Sin embargo, quien debería ser el mejor amigo del hombre se ha convertido en su peor enemigo y la mayor amenaza de su vida.
Con la apuesta por Paula del Río, cada vez más presente en nuestras salas, en un papel doblemente complicado (como mínimo), acompañada de un veterano como Miguel Ángel Jenner, 'Cuerdas' pone toda la carne en un asador que tiene el fuego bajo mínimo. Y es que la línea a seguir por la película es una demasiado ambiciosa y excesiva para un trabajo tan contenido.
La rabia infinita
A pesar de su perezosa progresión y de una serie de situaciones que están más cerca de provocar perplejidad que de causar un impacto en el espectador, 'Cuerdas' tiene también una serie de virtudes escondidas en la manga. Curiosamente, se trata de esos pequeños momentos más íntimos y silenciosos, alejados de la amenaza física de la película, en los que el miedo se vuelve mucho más espiritual.
Es ahí donde destacan por encima de todo los trabajos del director y su protagonista femenina. Por momentos, 'Cuerdas' se transforma en una inesperada película de horror asiática, de las mejores, de las que de repente te pondrá los pelos de punta, para tratar de enmendar el pasado, presente y futuro de una protagonista que no tiene muchas papeletas para salir de semejante apuro.
Esos momentos, inteligentemente repartidos por sus algo menos de noventa minutos, son el punto fuerte de una película que tiene demasiadas lagunas en su construcción. Porque la presencia de Miguel Ángel Jenner se convierte finalmente en un reclamo meramente vocal. A pesar de su interpretación natural, al final de la película queda claro cuál era la verdadera misión del famoso actor de doblaje.
'Cuerdas' habría necesitado un par de vueltas más, una localización menos "abandonada" y una apuesta por miedos menos forzados, a pesar de tratarse de una estudiante de veterinaria en silla de ruedas. Tal vez el título también sea otro estupendo acierto. Todas esas cuerdas repartidas por cada una de las puertas, armarios y cajones de la casa son mucho más dolorosas y reales que el desarrollo de los acontecimientos.
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