La penúltima película de Fred Cavayé, que llegará mañana a nuestras pantallas, – la última, ‘Les Infidèles’, tiene previsto estrenarse en abril en España – vuelve a apostar, al igual que lo hiciera en su exitosa ‘Pour elle’, por poner a una persona común en una situación extraordinaria. Esta persona es Samuel (Gilles Lelouche), un celador de hospital, que tiene la desgracia de atender a un herido grave, envuelto en asuntos realmente turbios. Como ya os adelantaba aquí, una organización criminal secuestra a la mujer del celador, Nadia (Elena Anaya), embarazada de ocho meses, para obligar a Samuel a sacar a ese herido del hospital, a pesar de que tan siniestro paciente está fuertemente custodiado por la policía. La pulsión de Samuel por lograr rescatar a su mujer es lo que cargará de tensión la hora y media de ‘Cuenta atrás’ (‘À bout Portant’).
Cavayé apuesta por ciertas constantes del thriller trepidante antes que por la opción de la verosimilitud que, en su momento, adoptaron películas como ‘Frenético‘ de Roman Polanski –asimismo ambientada en París–. Ciertas resoluciones de secuencia están al límite de lo creíble. En su lugar, el realismo se busca en una estupenda dirección de fotografía y a unas acertadas localizaciones de los suburbios parisinos, así como a una credibilidad física de la acción, lejos de excesos de superhéroe por parte del protagonista –eso sí, parece que el personaje de Samuel ha dedicado unas cuantas horas de su vida al gimnasio–.
Si bien ‘Cuenta atrás’ no destaca por su originalidad, se ve beneficiada por poseer un ritmo envidiable, gracias al cual funciona como un canónico thriller sin pretensiones. El guion, lejos de ser una excusa para hilvanar unas pocas secuencias de acción, administra distintos puntos de giro que logran una progresión de la trama que no deja lugar al aburrimiento. En ese sentido, la apuesta por el género crea una película que, en mi opinión, supera a ‘Pour elle’, cinta que conoció un reciente remake con Russell Crowe: ‘Los próximos tres días’, sobre la que ya ofrecí mis consideraciones. En ‘Pour elle’, el intento por buscar un efecto realidad era mucho más intenso que en ‘Cuenta atrás’, lo que paradójicamente provocaba que los aspectos más inverosímiles de la trama resultasen más chirriantes.
Los actores son uno de los puntos fuertes de la película. Si bien los policías están, en líneas generales, algo desdibujados – y con un reparto no muy acertado en algunos casos, con la notable excepción de Gérard Lanvin – los protagonistas no muestran fisuras. Tanto Gilles Lelouche como Elena Anaya logran lo más importante: que, con muy pocos minutos, su amor parezca absolutamente genuino para que así hagamos nuestra la tensión que padece el personaje de Samuel. Anaya, además, logra salir airosa de un empeño muy difícil: no convertirse en una mera “gritona en apuros” que sólo le complique la vida al protagonista. El sufrimiento de su personaje es en todo momento palpable y las acciones que realiza en estado de avanzada gestación son tan verosímiles como dramáticas. Es, en definitiva, un personaje que, pese a las duras circunstancias en las que se encuentra – prisionera y embarazada – logra no ser totalmente pasivo. Roschdy Zem, por su parte, encarna con carisma a un delincuente absolutamente gris que iremos percibiendo de forma muy distinta según se presenten las revelaciones del guion.
Como detalle de originalidad en una película que parece, en ocasiones, ser esclava de las convenciones de género, habría que señalar un curioso mecanismo de guion. En un momento dado, Samuel tiene que entrar en la comisaría para salvar a Nadia. Para ayudarle, el personaje de Hugo habla con sus contactos en los bajos fondos para que, a cierta hora, se dediquen a crear desorden público simultáneo y, con él, el consiguiente caos policial. Es algo frecuente en el cine francés más reciente, que ve – con las producciones de Luc Besson a la cabeza – una rentabilidad comercial en el aliarse con las revueltas de los suburbios frente a una policía y una autoridad francesas más cuestionadas que nunca. No resulta algo exclusivo del país vecino, pues un remake de cualquier nacionalidad podría contar con el mismo elemento de la realidad para que formase parte de su juego, pero en Francia la presencia de estos disturbios parece tan frecuente que fuese imposible sustraerse a ella.
Ser tan canónica hace que ‘Cuenta atrás’ no sea particularmente memorable, pero cuando termina, la sensación que queda es la de haber pasado una entretenida hora y media. Y hoy en día es innegable que no son tantos los thrillers resueltos con esta solvencia. Su punto de partida es menos original que el de ‘Pour elle’ y puede que eso no convierta a esta cinta en carne de remake pero, desde luego, refuerza el prestigio de Fred Cavayé como un más que dotado director comercial.