'El cuco': Belén Cuesta también lo borda en el cine de terror con un perverso cuento de hadas oscuro sobre la crisis de la mediana edad

La nueva película de la directora de 'El fotógrafo de Mauthausen' no es ajena a las tendencias del género tras  el éxito de 'Hereditary'

'El cuco' es una nueva película de terror psicológico española que cuenta con Belén Cuesta y Jorge Suquet como protagonistas. Se estrena en España el 15 de septiembre tras presentarse en el Festival de Málaga y haber tenido presencia internacional en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Bruselas. Definida como un cuento oscuro, la historia se sube a la ola de algunas tendencias del cine de terror actual adaptándolo a una realidad española muy reconocible.

Cuesta y Suquet son Anna y Marc, una pareja que decide hacer un intercambio de casas con Hans y Olga, un matrimonio de jubilados alemanes que han conocido a través de una web, para tomarse un respiro antes de que nazca el bebé que esperan tras ocho meses de gestación. La modernidad y lujo de la casa, ubicada en un idílico pueblo de la selva negra, deslumbran a Marc, pero Anna presiente que algo no encaja desde el primer momento y la aparente calma del principio, poco a poco, se convierte en una pesadilla cuando perciben que los alemanes tienen otros planes para ellos.

Cuesta se adentra por primera vez en el cine de género y Jorge Suquet encara su primer papel protagonista dirigidos por Mar Targarona, en una nueva incursión en el terror tras ‘Dos’ o 'Secuestro', de nuevo en colaboración con los guionistas Alfred Pérez-Fargas y Roger Danès, con quienes ya unió fuerzas en ‘El fotógrafo de Mauthausen’. La idea de los cucos ha sido una constante en el cine de terror desde ‘El pueblo de los malditos’, infectando la otredad en el ámbito familiar desde la gestación, adoptando diferentes encarnaciones en distintas etapas históricas.

Brujería, folk horror y apps de intercambio de pisos

En los últimos años es un tema bastante común, que se ha repetido en distintos títulos como ‘Vivarium’ y otros que se inspiran en el mito del intercambio irlandés, como ‘Bosque maldito’ o la reciente serie ‘The Changeling’ y, pese a tener la obligatoria explicación sobre la forma de reproducción del pájaro en cuestión, la película de Targarona toma otra dirección que no es exactamente la esperada, utilizando la idea del título como una conexión cultural con la tradición alemana y hasta con los relojes que usan esa especie en cuestión como ornamento.

La historia sigue patrones no muy diferentes a los que hemos visto en una película española de género reciente para refleja las inquietudes de la directora sobre el paso del tiempo y la maternidad, partiendo del tema del intercambio de casas que ahora se está asimilando socialmente en este país, con la idea de que si en vez de salir bien el trueque fuese un problema que va más allá del cambio de casa. Con la idea principal del ave que echa los huevos fuera del nido de otros, los relojes como una metáfora del tiempo que avanza implacable y una reflexión sobre las ambiciones de las parejas modernas, se construye una fábula más turbia de lo que parece.

Tomando detalles de cuentos clásicos de los hermanos Grimm, el folklore de la Selva Negra y sus brujas —al final es el lugar en donde tenía lugar ‘Suspiria’— la casa con todo lo que la pareja española no tiene es un equivalente a la guarida de caramelo de Hansel y Gretel en el que se desarrolla una trama en principio similar a la de ‘La semilla del diablo’ de Roman Polanski, entrando en algunas sendas del “horror con embarazadas” reciente, que va de ‘Oscura verdad’ a ‘Baby Ruby’ o la próxima temporada de ‘American Horror Story’ titulada ‘Delicate’.

Nueva variación del horror geríatrico

Sin embargo, más que centrarse en el proceso de la mujer llevando la carga social, ‘El cuco’ juega con el típico cliché del cambio de personalidad del marido como una perversa comedia negra sobre cómo la esposa mira a la crisis de los 40 de hombres que empiezan a comportarse de forma errática llegado cierta edad, siendo un enfoque que permite un tono ligeramente caricaturesco del matrimonio que deriva en un tercer acto delirante con el que la directora juega con lo grotesco hasta la comedia negra.

Si hay algo que se aprovecha de la falta de originalidad de ‘El cuco’ es que logra cruzar las convenciones que conocemos por películas recientes con más o menos cierta elegancia para plantear un paso más allá de donde suelen acabar casi todas las películas de este género, no sin antes plantear un par de secuencias realmente enfermizas relacionadas con rituales y ocultismo que nos hacen replantear algunas de los diálogos que han tenido lugar en los primeros compases. Además, algunas implicaciones muy oscuras de relaciones que rompen tabúes quedan dibujadas en las resoluciones que se plantean.

Hay algunos homenajes a ‘Psicosis’, puntos en común con películas recientes como ‘Family Dinner’ y en general un trabajo de Belén Cuesta que hace merecer entrar en el viaje, pero es una pena que la banda sonora no esté a la altura, desluciendo el conjunto con algunos tramos pomposos y trasnochados de piano de esos que tienden a sabotear muchos otros ejemplos de género en este país. A pesar de ello, ‘El cuco’ es un buen ejemplo de cine de terror patrio contenido y con detalles, que se atreve a cruzar la línea de lo fantástico y sabe trasladar los mitos externos en una realidad cotidiana que tiende a rechazar lo extraordinario.

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