Todavía falta más de un mes para la llegada de las navidades, pero poco a poco todo va girando cada vez alrededores de estas fiestas. Las tiendas empiezan a potenciar aquellos artículos a los que más se suele recurrir como posibles regalos y las compañías audiovisuales van presentando aquellos títulos con los que quieren seducirnos durante estas fechas tan señaladas.
En el caso de Netflix sobresale con luz propia ‘Crónicas de Navidad’, una película que se vende sola por el hecho de contar con Kurt Russell dando vida a Santa Claus. Eso seguro que atrae más espectadores a una propuesta que por lo demás parece una cinta con muy poco que aportar. Por desgracia, eso es lo que acaba siendo y ni siquiera Russell eleva demasiado una obra solamente recomendable para aquellos que tengan el espíritu navideño por las nubes.
Sobredosis de azúcar
La premisa de ‘Cuentos de Navidad’ es que dos hermanos muy diferentes deciden intentar grabar con su cámara a Santa Claus, algo que complica, y mucho, la misión de este último. Ahí el primer elemento que va a exigir al espectador bastante paciencia es la actitud de ella, totalmente dominada por el espíritu navideño hasta el punto de que no me extrañaría que resultase irritante para cierto sector del público.
Eso es algo que se mantiene a lo largo de toda la película, incluso cuando el propio Santa Claus empieza a dudar de que no va a ser posible cumplir con su cometido, por lo que aceptarlo o no se convierte en un requisito indispensable para disfrutar con ‘Crónicas de Navidad’. Por mi parte, el tratamiento del personaje por parte del guion me resultó cansino por momentos, pero al menos no llegó a sobrepasar los límites de mi paciencia.
Eso sí, creo que la película confunde la inocencia infantil con un fallo de base en este tipo de producciones, y es que ya de por sí cuesta creerse al personaje, pero que sea su punto de vista el que sirva como referente nunca llega a funcionar. De hecho, cuando mejor funciona la película es cuando Russell intenta convencer a varios escépticos de que él es realmente Santa Claus, principalmente por los métodos elegidos.
‘Crónicas de Navidad’ tiene muy poco que aportar
Mientras todo gira alrededor de saber qué quería cada persona de regalo y va sacando cosas de la nada, ‘Crónicas de Navidad’ es tolerable, pero los caminos de los tres protagonistas acaban separándose y el nivel siempre se resiente cuando dejamos de lado a Santa Claus durante unos minutos. La aparición de ciertas criaturas mágicas usando un discreto sentido del humor y con un acabado visual poco memorable tampoco ayuda nada a compensar este punto.
Y es que es cierto que se nota una inversión mayor que en una Tv Movie al uso, pero el trabajo de efectos visuales es funcional en el mejor de los casos y dejémoslo en discreto cuando intenta lucirse. La nula energía que otorga a la aventura la puesta en escena de Clay Kaytis tampoco es que ayude demasiado -intenta compensarlo con una fotografía algo saturada de colores-, pues da la sensación de que lo confía todo el mensaje bienintencionado -pero ya muy sobado- y a lo que pueda animar el cotarro Russell.
Más allá de eso sí que puedo ver a niños pequeños disfrutando con ella hasta cierto punto, pero también soy consciente de que no hay nada en ella que la convierta en un título especial. Como mucho podemos hablar de ella como un pasatiempo navideño de perfil bajo para tener de fondo en casa mientras estás más atento a otras cosas, sea la abundante comida o la charla con tus familiares.
En definitiva, si no formas partes de un perfil de espectador muy concreto -niños que todavía crean en el espíritu navideño o adultos que acepten casi cualquier cosa durante estas fechas-, mi recomendación es que dediquéis vuestro tiempo a otra cosa. El cuento de buscar a nuestro niño interior vale cuando se hacen las cosas bien y no se recurre a lo mínimo para salir del paso.
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