Acusan a Woody Allen de cansancio creativo. Tal vez tengan razón, pero hay que considerar que este señor lleva dirigiendo películas desde hace más de 40 años, no siempre ha estado a la altura de sus mejores obras, y éstas se han repartido a lo largo y ancho de su filmografía. Para el que esto suscribe sus mejores títulos son ‘Annie Hall’ (id, 1977), ‘Manhattan’ (id, 1979), ‘La rosa púrpura del Cairo’ (‘The Purple Rose of Cairo’, 1985), ‘Match Point’ (id, 2005) y ‘Si la cosa funciona’ (‘Whatever Works’, 2009), curiosamente éste último uno de los films menos apreciados de su autor. El resto las encuentro más o menos interesantes, muchas de ellas excelentes, y la verdad es que muy pocas una pérdida de tiempo. Woody Allen es uno de esos directores que siempre tienen algo que mostrar por muy pobre que sea su película.
Los temas de sus películas pueden resumirse en uno: las relaciones humanas. Unas veces desde una perspectiva puramente cómica, otras con excesiva seriedad —influenciado, cómo no, por su admirado Ingmar Bergman—, y otras con una sabia mezcla de humor y drama, ese punto en el que creo Allen se mueve como pez en el agua. Lo que ya escapa a mi comprensión, teniendo en cuenta el prestigio del realizador y que todo actor viviente estaría encantado de trabajar con él, es lo difícil que lo tiene para encontrar ya no distribución para sus films, sino financiación. Ha tenido que venirse a España —con todo lo bueno que eso tiene para nosotros— y firmar un acuerdo con Mediapro, que le ha asegurado la producción de tres de sus trabajos.
Dicha relación empezó con la lamentable ‘Vicky Cristina Barcelona’ (id, 2008), sin duda uno de los peores trabajos de Allen, y continúa con la presente ‘Conocerás al hombre de tus sueños’ (‘You Will Meet a Tall Dark Stranger’, 2010) que afortunadamente está a años luz de la película por la que Penélope Cruz se llevó un merecido Oscar. Y aunque la experiencia resulta más satisfactoria sí es cierto que de todos sus films ambientados en la ciudad de Londres, es uno de los que muestra más evidencias de ese comentado cansancio, quedando por debajo de películas como ‘Match Ponit’ —sin duda, la mejor del grupo— o ‘Cassandra´s Dream’ (id, 2007), una de las películas de Allen que más ganan con el paso del tiempo.
No deja de producirme un gran desconcierto el hecho de que en medio de las dos producciones de Mediapro Allen regresase a su amada New York y filmase uno de sus mejores trabajos con una operación similar a la realizada por Clint Eastwood en ‘Gran Torino’ (id, 2008). Con el maravilloso sabor de boca que me dejó el film protagonizado por Larry David me acerqué a saborear la nueva obra de un director que para muchos es un genio, para otros casi —aquí me incluyo yo—, y a otros literalmente les parece un coñazo. Y desconcierto de nuevo. Excelentes intérpretes, historia que como siempre en manos de su director puede dar para mucho, frases ingeniosas, pero algo no termina de funcionar.
‘Conocerás al hombre de tus sueños’ —¿a qué habrá venido ese cambio en la traducción si nunca lo hacen…?— parece un batiburrillo de momentos del cine de Allen que todos reconocemos. En su anterior film realizó la misma jugada pero ésta le salió perfecta, su sentido del humor estaba más inspirado y la empatía con sus personajes se producía casi automáticamente. Esto no ocurre con su último trabajo estrenado —recordemos que ya tiene otra película en cartera, ‘Midnight in Paris‘— en el que reconocemos los típicos personajes de Allen, pero éstos no despiertan interés, no terminan de engancharnos. Ni el temeroso Alfie —Anthony Hopkins en un personaje que en otros tiempos hubiera interpretado el propio Allen—, ni el fracasado Roy —Josh Brolin demostrando que cada día se parece más a Nick Nolte—, ni la desengañada Sally —Naomi Watts esforzándose más que nunca— terminan de transmitir esa simpatía que producen casi todos los personajes de Allen por muy patéticos que estos sean.
Allen se muestra dubitativo en el hilar de las historias echando manos de elipsis impensables o de no concluir situaciones. Momentos bochornosos como el primero del gimnasio se dan la mano con otros donde se vislumbra el brillo del director, pero sin quedar nada memorable. Tampoco llama demasiado la atención que nuestro Antonio Banderas se pasee por el film derrochando su evidente carisma, pues su personaje es de los peor tratados y todo parece una mera excusa para justificar la presencia del actor manchego malagueño.
Música extraordinaria, algo que era de esperar dado el buen gusto musical que tiene el señor Allen; actores excelentes —lo que fallan son algunos de los personajes—, y puesta en escena a ratos viva —las escenas en el apartamento de Roy y Sally—, a ratos pobre. Mucha profesionalidad, pero poco alma. Con todo, un Woody Allen cansado es preferible a muchos realizadores inspirados.
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