Como ondas que se propagan sobre la superficie del agua después de haber tirado una piedra y van creciendo al alejarse del epicentro, que la influencia de las formulaciones visuales de 'Matrix' ('The Matrix', Larry y Andy Wachowski, 1999) aún perviven en la manera en la que el cine de acción afronta la concreción de sus set-pieces es algo muy evidente que innumerables producciones ponen de manifiesto tanto si estamos hablando de la copia-homenaje directos como si lo estamos haciendo de lo innovador de una puesta en escena que no podría entenderse sin acudir a la revolución que supuso la cinta protagonizada por Keanu Reeves.
Con múltiples muestras que encontrar en el séptimo arte a lo largo de los tres lustros que han transcurrido desde su estreno, que 'Wanted. Se busca' ('Wanted', Timur Bekmamketov, 2008) no podría haber existido sin 'Matrix' es una obviedad del mismo tamaño que el hecho de que, partiendo del magnífico material que suponía la miniserie escrita por Mark Millar y dibujada por J.G.Jones, resultan inexplicables las muchas y muy diversas diferencias que terminaron por separar a esta apuesta por el espectáculo palomitero que es el filme que hoy nos ocupa de la revisión gamberra del género superhéroico que fue el título escrito por el guionista escocés.
'Wanted', el cómic
Matar es como comer Pringles, no sabes si podrás parar una vez has empezado
Sólo a un guionista que ha hecho de la irreverencia y lo extremo y cáustico las normas por las que regir la práctica totalidad de su trayectoria en el mundo de los tebeos podrían ocurrírsele frases como las que vemos arriba o mezclar el concepto base del 'Pigmalion' de George Bernard Shaw con ciertos tintes del 'Astro City' de Kurt Busiek y pinceladas de 'Wacthmen' para regalarnos la que fue segunda piedra fundacional de ese Millarverse del que ya hablamos largo y tendido en la entrada correspondiente a la genial y refrescante 'Kingsman. Servicio secreto' ('Kingsman. The Secret Service', Matthew Vaughn, 2015).
Desarrollada en un mundo en el que los supervillanos acabaron con todos los héroes y llevan décadas controlando la sociedad a placer, 'Wanted' es una de esas lecturas que es muy difícil dejar toda vez se ha empezado. Y la razón fundamental para ello es la inmediata empatía con su protagonista, un gris empleado de oficina engañado por su novia y con una existencia de mierda cuya vida cambia por completo en el momento en el que descubre que es el hijo de uno de esos malos extremos que forman parte de la red mundial de meta-humanos, una red que asesina a placer y que vive como quiere al margen de cualquier ley habida y por haber.
Rodeado de personajes que se mueven entre la chulería extrema y la sordidez última —atención especial merece Cabeza de Mierda, una persona-excremento formado por las heces de los 666 seres humanos más viles que han existido en la Tierra...cómo lo estáis leyendo—, y con un sentido de la hiper violencia que queda plasmado por activa y pasiva en las alucinantes páginas del mejor trabajo que haya hecho nunca el dibujante J.G.Jones, recomendar 'Wanted' es una obligación si se es amante del noveno arte. Y lo es tanto porque el nivel de "molonería" de las páginas que conforman la historia es de una genialidad incuestionable como por que aquí encontramos el germen inequívoco de mucho de lo que Millar desarrollará posteriormente en 'Kick-Ass', 'Supercrooks' o 'Némesis'.
'Wanted', acción a lo bestia...y poco más
Ya lo apuntaba al comienzo y es una pregunta que nos hemos tenido que hacer muchas veces al acudir a una sala de cine para asistir a la adaptación de un cómic: vale que, como también he afirmado hasta el hastío, medios diferentes requieren de necesidades narrativas diferentes pero ¿para qué diantres sirve tener una obra tan sólida y bien estructurada como 'Wanted' si después al llevarla a la gran pantalla la desprovees de toda su esencia y te quedas sólo con cuatro ideas sueltas hilvanadas por un esqueleto argumental vacío y por momentos inocuo?
Creyéndome poco o nada las muchas declaraciones que Mark Millar hizo al respecto en el momento en el que la producción se puso en marcha afirmando allí donde le preguntaban que, en esencia, estaba muy de acuerdo con todos los cambios que Chris Morgan, Michael Brandt y Derek Haas ejercieron sobre el cómic e incluso que, cuando había estado trabajando en él, la idea original era la de que los supervillanos no hubieran tenido uniformes vistosos; soy de los que consideran que, de haber arriesgado algo más en mantenerse cerca de la idiosincrasia del tebeo, 'Wanted' habría sido un filme muchísimo mejor del que nos encontramos hace siete años en los cines.
No me malinterpretéis, me lo pasé como un enano —y lo sigo haciendo— con el frenético ritmo que Bekmamketov imprime a las secuencias de acción —la que transcurre a bordo del tren es bestial...increíble, pero bestial— y con la chulería que por momentos desprenden los diálogos pero, al mismo tiempo, soy consciente de que cuando así pasa, cuando la cinta muestra sus mejores cartas, es cuánto más se acerca a las ideas plasmadas por Millar y Jones en las viñetas, algo que el primer acto hace con intensidad y que segundo y tercero terminar por diluir hasta que poco o nada puede encontrarse de aquello en lo que el filme se apoya.
De hecho, el trastocar como lo hace la razón de ser del personaje de Wesley —que en el cómic abraza por completo el formar parte de la sociedad de villanos y todo lo que ello comporta sin que en ningún momento ello le suponga debates morales— y obliterar hasta no dejar rastro el ejemplar último tramo del cómic en virtud de una conclusión mucho más cinematográfica es lo que termina por dejar claro que las espléndidas fortalezas de 'Wanted', el tebeo, habrían merecido encontrar mejor suerte en su traslación a 24 fotogramas por segundo que la que encuentran en este espectáculo grandilocuente.
Ceñidas las pegas que se le puedan poner a la producción al ámbito del guión, de lo mucho que pervierte al tratamiento de las viñetas y de lo que termina perdiéndose en el enfoque que le aportan la terna de escritores —lo del telar del destino es, cuanto menos, desafortunado— poco se le puede achacar a una cinta que da lo que promete en términos visuales; que, como decía algo más arriba, cuenta con unas secuencias de acción espectaculares rodadas por un cineasta que se mueve como pez en el agua en ellas y que, además, puede presumir de un reparto que se lo pasa bomba en sus papeles, siendo máximo exponente de ello un Morgan Freeman que rezuma carisma desde su primera intervención.
Y aunque sea adelantar algo de lo que veremos en profundidad cuando les llegue el turno a las dos entregas de 'Kick-Ass', creo oportuno dejar ya claro la muy distinta suerte que corren ambas producciones y lo mucho que la segunda se acerca a los postulados que enmarcan a la cinta a la que hoy nos hemos acercado, esto es, el creer que alejarse de lo planteado por Millar —otra cosa quizás no, pero si el guionista tiene claro algo es como escribir una historia que se puede llevar al cine tal cual— es una virtud a cultivar cuando, precisamente, es todo lo contrario.
Otra crítica en Blogdecine | 'Wanted', hiperbólico divertimento
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