Incomprensibles. Ese es el primer epíteto —y el menos ofensivo— que le viene a servidor a la cabeza cuando tiene que calificar algunas de las decisiones que las mentes pensantes de Hollywood toman a veces a la hora de respaldar un determinado proyecto. Centrando dicho adjetivo en lo que al mundo del cómic se refiere, ya hemos dado cuenta desde que comenzó el especial de una generosa cantidad de producciones que, vistas en retrospectiva, resultan injustificables por cuanto pretendían sacar tajada en la gran pantalla de personajes de dudosa entidad en la página impresa.
Centrando aún más este discurso y acotándolo a la vastedad del Universo Marvel, uno no se explica como, junto a los muchos aciertos que los estudios han ido sumando en su devenir en el celuloide, podemos encontrar tantos esperpentos como aquellos que se produjeron entre finales de los ochenta y principios de los noventa, y los que se han ido intercalando con las grandes producciones de La Casa de las Ideas en la última década. Y si alguno podría haber pensado que habíamos tocado fondo con 'Elektra' (id, Rob Bowman, 2005) o 'Los Cuatro Fantásticos' ('Fantastic Four', Tim Story, 2005), se equivocaba...
'Man-thing', el cómic
Resulta curioso como dos de las “cosas” más famosas del mundo del comic —El Hombre Cosa y La Cosa del Pantano— hicieron su debut con tan solo dos meses de diferencia. Las similitudes entre ambos personajes saltan a la vista y no sería extraño que el aspecto de ambas criaturas verdosas llegara incluso a confundir al lector poco observador. Sin embargo, lo que no deja lugar a dudas, es la mayor repercusión que obtuvo en el medio la creación de DC cuya etapa guionizada por Alan Moore es considerada por muchos como un pilar fundamental del Noveno Arte.
Aun así, el monstruo de Marvel ideado por Stan Lee, Roy Thomas y Gerry Conway también tuvo su momento de gloria de la mano del guionista Steve Gerber, al que se le recordará especialmente por las aventuras del aguerrido Howard el Pato. Hasta la llegada de Gerber el doctor Theodore Sallis y su alter ego, Man Thing, protagonizaron todo tipo de historias terroríficas y oscuras en los Everglades, aunque en el origen del personaje se mezclan elementos algo más “mundanos” y superheróicos: el suero que convirtió en un super-soldado al Capitán América, el doctor Curt Connors o la organización terrorista IMA.
Fue gracias al mencionado Gerber que el personaje empezó a virar hacia un terreno algo más místico, introduciendo nuevos secundarios. El mayor logro del guionista fue saber encontrar el equilibrio perfecto con unos elementos donde abundaba lo terrorífico y lo bizarro: fantasmas, demonios, viajes en el tiempo y patos lenguaraces y pendencieros. Con el paso de los años, estos tebeos cargados de buenas ideas y grandes dosis de imaginación han ido escalando posiciones hasta ser considerados como una etapa de culto y hacerse un hueco en los rincones más oscuros de toda tebeoteca que se precie.
'Man-thing. La naturaleza del miedo', esperpento en B
Pensada primero como un lanzamiento directo a video y subida en la escalafón para un estreno en cines coincidiendo con la celebración de Halloween en un evidente intento de sacar partido a la fiebre de las adaptaciones de cómic en la gran pantalla, 'Man-thing. La naturaleza del miedo' ('Man-thing', Brett Leonard, 2005) es una de esas producciones, Marvel o no, que nunca debería haber llegado a ver la luz. De hecho, tras pensárselo bien, los estudios decidieron cambiar de idea de nuevo y volvieron a la idea inicial de editarla en formato doméstico directo en territorio estadounidense, dejando el estreno en cines para el mercado internacional.
A España llegó de tapadillo en marzo de 2006, y por curiosidad malsana, o porque ese día estaba muy aburrido, me acerqué en su momento al único cine de Sevilla que llegó a proyectarla para conocer de primera mano qué diantres había hecho Brett Leonard, el responsable de esos dos entretenimientos de ciencia-ficción que son 'El cortador de césped' ('The Lawnmower Man', 1992) y 'Virtuosity' (id, 1995), con un personaje cuya adaptabilidad, como afirmaba al comienzo de la entrada, era tanto o más dudosa que la capacidad de decisión de aquél que determinó que de aquí podía salir algo medianamente entretenido.
Huelga decir que poco falto durante los noventa y siete minutos de proyección para que me saliera de la sala e intentara olvidar, antes de que fuera demasiado tarde, lo que estaban proyectando para mi solo. Pero el aguante y esa constante determinación que nunca me ha dejado abandonar un cine por mala que fuera la cinta, hizo que me quedara hasta el final y aguantara estoico el festival de incongruencias y pésimas decisiones cinematográficas que es esta producción que se hace fuerte en la serie B olvidando una clave del "género" que quizás la habría hecho más soportable, el humor.
Para infortunio del espectador, 'Man-thing' se toma demasiado en serio a sí misma, y ni siquiera cuando aparecen en pantalla alguno de los caricaturizados personajes que componen su elenco, el guión —es un decir— de Hans Rodonioff aprovecha para meter, aunque sea con calzador, alguna "coñita" que alivie la pesada carga que orbita sobre todo el metraje. Optando por cargar las tintas en un ramplón mensaje ecologista y por acercar a la cinta a los postulados del cine de terror, el libreto y la dirección de Leonard yerran por completo la dirección en la que se mueve el filme.
Un filme del que, sinceramente, no sería capaz ni aún proponiéndomelo de extraer algo positivo, aunque fuera de talante discreto: la realización es torpe, atribulada y de una simpleza que asusta; los personajes, y los actores que los encarnan —atención al circunspecto sheriff y su cara de estreñimiento perpetuo— parecen restos de saldo de otra producción; el diseño de producción es, por así decirlo, prácticamente inexistente y de los efectos visuales mejor no hablar; la música, una sucesión de notas que van discurriendo de lugar común en lugar común...
En definitiva, que por mucho que sólo costara a las arcas de la productora 7 millones y medio de dólares —de los que dudo mucho que se recuperara ni un diez por ciento—, la suma de todos los factores negativos que envuelven a 'Man-Thing, La naturaleza del miedo' debería haber sido suficiente para que alguien con dos dedos de frente hubiera parado a tiempo tamaña lacra en el historial reciente de la Marvel. Y cuidado, que no será la última salida de la empresa a la que tengamos que hacer frente antes de que finalice este especial de Cómic en cine.
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