Antes si quiera de tener acceso a ella —fue una de esas compras compulsivas a ciegas que casi siempre devienen en arrepentimiento pero que, de cuando en cuando, nos reservan sorpresas inesperadas— el hecho de que 'Jonah Hex' (id, Jimmy Hayward, 2010) fuera a ser "estrenada" en nuestro país directamente en formato doméstico no inspiraba confianza alguna acerca de la adaptación que la Warner ponía en pie sobre un personaje de esos que, sinceramente, muy pocos querían ver en la gran pantalla.
Unido a ello, la pobre valoración de la IMDb —o la aún más paupérrima de Rotten Tomatoes— y el que de sus casi cincuenta millones de inversión la cinta sólo fuera capaz de recuperar poco más de diez en el mercado estadounidense dejaba claro a priori que sentarse a ver 'Jonah Hex' iba a ser uno de esos ejercicios de pérdida de tiempo extremo a los que tan acostumbrados estamos los que vemos cine día sí, día también. Vaya por delante, antes de entrar en materia, que lo fue...aunque no con la intensidad que era esperable...
'Jonah Hex', el cómic
Nacido de la pluma de John Albano y el lápiz de Tony DeZuniga a principios de los años 70, Jonah Hex es uno de tantos personajes del universo DC cuyo devenir editorial le ha llevado en no pocas ocasiones a ser el protagonista de una cabecera propia sólo para terminar confirmando que no eran muchos los lectores interesados en seguir las andanzas de éste cazarrecompensas de rostro desfigurado y excepcionales habilidades que recorre el Oeste a lomos de su caballo.
Remarquemos, porque creo que es algo que incide de forma directa en lo poco atractivo del personaje de cara al cine, que más allá de esas singulares formas en las que Hex maneja los revólveres y más allá de lo expeditivo y áspero de su personalidad, no hay en él ningún carácter superheróico o fantasioso que lo haga diferente a, qué se yo, cualquiera de los antihéroes fronterizos encarnados por Clint Eastwood —un actor que habría sido un Hex espectacular en el cine— en sus mejores westerns.
De hecho, y aunque se haya visto envuelto en circunstancias asombrosas —que han incluído, por ejemplo, viajes en el tiempo— los mejores momentos de Hex en las páginas de un cómic son aquellos que han sabido interpretar las claves del género y de eso saben un rato Jimmy Palmiotti y Justin Gray, responsables de la etapa que recorrió el personaje entre 2005 y 2011 a lo largo de 70 números que, según la opinión del que esto suscribe, son lo mejor que ha tenido la cabecera a lo largo de su irregular recorrido en el universo DC.
'Jonah Hex', mala, sí, pero sin avaricia
Decíamos la semana pasada en la entrada correspondiente a 'Dylan Dog. Los muertos de la noche' ('Dylan Dog: Dead of Night', Kevin Munroe, 2010) que no entendíamos por qué el cine se obstinaba en llevar a la gran pantalla a personajes que nada aportaban a la misma y que, en esa obstinación, terminaba por alterar por completo la idiosincrasia original de los mismos hasta hacerlos poco o nada reconocibles en su comparación con el original aviñetado. Un discurso éste que, obviamente, encuentra dolorosa aplicación en 'Jonah Hex'.
Y es que, más allá del maquillaje que deforma el rostro de Josh Brolin y de un origen que—cuidado— remoza en parte el que se podía ver en las viñetas hace cuatro décadas, poco es lo que tienen producción cinematográfica y cómic en común, sobre todo cuando observamos con asombro cómo la primera se inventa el poder que tiene Hex de hablar con los muertos cuando en los tebeos siempre ha sido, como decíamos arriba, un tipo normal con habilidades fuera de lo habitual.
Añadido a un gesto que habla muy poco de la confianza que los responsables de la cinta tenían en su potencial, encontramos el que el guión de 'Jonah Hex' no es más que un mal remedo de muchos lugares comunes del cine de género a los que, en última instancia, se añaden aún más clichés y arquetipos de otros recovecos del séptimo arte para dar como resultado una historia que es de todo menos original e imprevisible y a la que, al menos, hay que agradecerle su escueta y ajustada duración.
Venganzas, amores imposibles con una aguerrida mujer —horrible, como siempre, la bellísima Megan Fox—, dos villanos de chiste encarnados por un histriónico Michael Fassbender y un John Malkovich que debería plantearse tomarle el pulso de nuevo a su trayectoria y un héroe hierático que sabemos saldrá triunfante de cualquier empresa en la que se embarque porque, a fin de cuentas, ¡¡las balas no le hacen nada!!; queda claro que unido a la muy funcional dirección de Jimmy Hayward es poco o nada lo que puede sacarse en claro de 'Jonah Hex'.
Aún así, aún contando con tantos elementos en su contra, y quizás porque para su primer visionado las expectativas eran nulas —y para el reciente segundo acercamiento uno ya sabía lo que iba a ver— 'Jonah Hex' se distancia de los más oscuros abismos que hemos visitado en este especial. No quiere esto decir que sea una buena película, ni siquiera una mediocre, pero sí que es un filme consciente de sus muchas limitaciones y que ofrece un limitado entretenimiento al que a él se acerque. Vale, no es mucho, pero como suele decirse "en peores plazas hemos lidiado".
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