(...) los momentos más serios de la vida y aquellos más estúpidos se distinguen normalmente por un momentáneo punto de vista. Steve Gerber
Como ha quedado demostrado ya hasta la saciedad, con multitud de producciones para refrendarlo, el mundo del noveno arte, y de sus traslaciones al cine, no sólo se alimenta de tip@s enfundad@s en mallas y habilidades fuera de lo común, dejando muchísimo espacio la vastedad creativa que permite el arte secuencial para que más allá de Superman, Batman, Iron Man, Thor, el Capitán América, Daredevil, Los Vengadores o Hulk, haya sitio para toda clase de propuestas de lo más variopinto que van desde el cómic más independiente a los márgenes de aquello que se produce en las grandes editoriales.
Y es precisamente en esos márgenes donde vamos a centrar hoy nuestra atención, ya que no han sido pocos los filmes que en la última década nos han ido llegando acerca de adaptaciones de personajes o series de esas que no podrían tener la consideración de mainstream aun habiendo visto la luz dentro de alguna de las grandes. Pero la exclusiva de trasladar al cine a personajes de dudoso impacto no la tiene, ni de lejos, la década y tres años que han transcurrido de s.XXI, y en lo que llevamos de especial de Cómic en cine ya hemos ido dando salida a producciones norteamericanas que centraron su atención en creaciones que ya tenían limitado interés en las viñetas y que, en su salto al celuloide, demostraron carecer del potencial para convertirse en algo digno de mención.
'Howard el pato', el ánade con problemas existenciales
Personaje secundario aparecido como una suerte de alivio cómico de Man-Thing en las páginas del 'Adventure Into Fear' en 1973, Howard el pato se graduaría tan sólo tres años después con una serie propia que serviría a Steve Gerber y a Gene Colan —dibujante desde el número cuatro de la misma— para trazar las aventuras más extrañas y excéntricas que se recuerdan de un personaje dentro del seno de La Casa de las Ideas.
Pato antropomorfizado que llegaba a esta "Tierra dominada por humanos" desde su planeta natal secuestrado por fuerzas demoníacas, las aventuras de Howard irían virando normalmente hacia la sátira social, aprovechando Gerber cualquier oportunidad para hacer referencia a acontecimientos actuales al tiempo que hacía que su personaje tuviera una clara percepción de su condición como protagonista de un tebeo, rompiendo la cuarta pared en no pocas ocasiones e ideando bromas metaficcionales que jugaban con tal hecho.
Con un devenir irregular dentro de su historial de apariciones en Marvel, si por algo será recordada siempre 'Howard the Duck' es por provocar, en 1978, uno de los primeros casos con gran seguimiento mediático sobre los derechos de propiedad en el mundo de los cómics americanos, consiguiendo Gerber, tras su abrupto despido de la serie por "desavenencias creativas", atraer la atención de algunos de los nombres más importante de la época para apoyar su caso —Jack Kirby entre ellos—.
'Howard...un nuevo héroe', ¿en qué estabas pensando George?
Es una película sobre un pato del espacio exterior...se supone que no debe ser una experiencia existencial. Gloria Katz
Así de categórica se mostraba Gloria Katz, productora y guionista de 'Howard...un nuevo héroe' ('Howard the Duck', Willard Huyck, 1986) cuando trataba de defender las decisiones que tanto ella, como George Lucas y Willard Huyck habían tomado de cara a convertir al personaje que habíamos conocido en las viñetas en el eje central de una comedia con tintes fantásticos. Huelga decir, antes de meternos en ulteriores apreciaciones, que por mucho que patalearan, dichas decisiones terminaron suponiendo que el filme fuera —y siga siendo hoy— un doloroso puntapié en las gónadas de cualquier cinéfilo con más de un par de neuronas.
Lucas, Katz y Huyck habían sido compañeros en la escuela de cine, y la segunda ya había colaborado con el creador de 'La guerra de las galaxias' ('Star Wars', 1977) en el guión de su 'American Grafitti' (id, 1974). De hecho, fue a la conclusión de la producción de éste cuando el director le habló a sus amigos de 'Howard el pato', una serie que Lucas describía como "muy divertida" y de la que alababa sus referencias al cine negro y lo absurdo de su humor.
No obstante, tendrían que transcurrir diez años para que, con su dimisión de la presidencia de Lucasfilm en 1984 y el interés por focalizar su carrera hacia la producción, Lucas considerara de forma firme la potencialidad que albergaba el personaje de cara a una adaptación de sus aventuras a la gran pantalla, una adaptación que llevaría a cabo junto a Katz y Huyck y que inicialmente tendría que haberse traducido en un filme de animación basado en el número 6 de la serie de cómics.
Pero obligaciones contractuales de Lucas, que le forzaban a presentar a la distribuidora una cinta de acción real, fueron las que acabaron por determinar el aciago futuro que le aguardaba al pato en la gran pantalla, un futuro que, en gran medida, iba a depender sobremanera de la incomprensible distancia que el guión de Huyck, Katz y Lucas terminaría adoptando con respecto a lo que Gerber había plasmado en las viñetas: prestando más atención a la componente fantástica del título —y a su más que obvia traducción en los efectos visuales de la ILM— que a su vertiente satírica y ácida, 'Howard...un nuevo héroe' se configura como un producto en las antípodas del cómic que se supone adapta, algo que denota, y cómo, el radical suavizado de formas al que se somete a un personaje que, en la página impresa, era rudo y en ocasiones hasta odioso.
En su lugar, y equivocando el tono del filme desde el comienzo, lo que podemos encontrar es un pato que, trascendida la confusión inicial de verse trasladado a la Tierra, se muestra como un héroe a su pesar que terminará por hacer lo que sea por Beverly, la chica del filme, una cantante de rock a la espera de la gran oportunidad que la lleve a la fama interpretada por una Lea Thompson muy alejada de la imagen de Lorraine Banes que le habíamos visto el año anterior en 'Regreso al futuro' ('Back to the Future', Robert Zemeckis, 1985).
Decía en el párrafo anterior que 'Howard...un nuevo héroe', equivoca el tono desde su arranque, y es precisamente este hecho el que provoca, durante la totalidad de su metraje, que nunca quede claro a qué diantres se adhiere aquello que se nos está mostrando y, en última instancia, a qué tipo de público va orientada una producción de tan dispares intenciones: debería ser evidente que, por su humor —con innumerables referencias sexuales— la cinta no va dirigida al público infantil, pero el venir protagonizada por un pato no más grande que un niño de diez años hace que un adulto lo tenga complicado para comulgar con la acción, y si a eso le añadimos que la cinta pasa del drama con tintes de crítica social a la comedia más deplorable —lamentable es el papel por el que Tim Robbins fue nominado al Razzie—, y de ésta a la fantasía salpicada con gotas de terror con la que se cierra la trama, resulta obvio el nefasto funcionamiento general que arrastran las casi dos horas de metraje.
De tan mal avenida mezcolanza, puntualizada de forma cansina y poco inspirada por la partitura de John Barry, resulta un filme con tan limitados aciertos que es complicado señalar sus cuestionables virtudes, quedando entre las mismas la encomiable labor de ILM con los efectos visuales —y el diseño del monstruo final, animado por stop-motion— y algún momento suelto en el que la vergüenza ajena ha logrado dejar paso a alguna risa fugaz, momentos que, obviamente, no justifican ni de lejos el suplicio que supone ver, o volver a ver, tamaño esperpento.
Cabe preguntarse finalmente lo que en muchas ocasiones se ha debatido acerca de dónde fue a parar la mente creativa detrás de las tres primeras entregas de la saga galáctica cuando abandonó momentáneamente la dirección, como hemos comentado más arriba, y centró su atención en la producción de filmes que, con la salvedad de 'Willow' (id, Ron Howard, 1986) y de la trilogía del famoso arqueólogo, casi nunca llevaron a nada...¿o es que alguien se acuerda de 'Latino' ('id, Haskell Wexler, 1985) o de 'Tucker, un hombre y su sueño' ('Tucker: the Man and His Dream', Francis Ford Coppola, 1988)?
Si queréis saber mucho más sobre esta y el resto de las cintas que han llegado a formar parte del Universo Cinematográfico de Marvel, haceos con este espléndido libro. No os arrepentiréis.
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