Siempre es un placer tener una buena miniserie británica a mano. Hay algo en el modo de realizar historias, sobre todo en televisión, que en lo personal me hipnotiza. El último ejemplo nos ha llegado gracias a Netflix: un estupendo thriller titulado 'Collateral'.
Compuesto por cuatro episodios, 'Collateral' es una miniserie de BBC escrita por David Hare ('The Hours') y dirigida por S.J. Clarkson ('Jessica Jones', 'The Defenders'). En ella se nos cuenta la historia de un asesinato, de su investigación, sus causas y sus consecuencias en la zona sur de Londres.
Al salir de repartir pizza, Abdullah Asif es asesinado. El homicidio ha sido esmerado y profesional, por lo que la primera pregunta que se le pasa por la cabeza a la detective Kip Glaspie (Carey Mulligan) es ¿quién mata a un repartidor de pizza? El hecho de que la encargada enviase inexplicablemente a la víctima, un refugiado sirio interpretado por Sam Otto, en vez de al que le tocaba, despierta la curiosidad de la policía que se encuentran con que nada es lo que parece.
La famila de Abdullah parece también ocultar algo y se enfrentan a la posibilidad de ser expulsados del país. También hay algo turbulento en Karen (Billie Piper), la mujer que hizo el pedido de pizza y que resulta ser la ex de David Mars (John Simm), un político idealista venido a menos. También nos encontraremos con la figura de Sandrine (Jeany Spark), capitana del ejército que resulta ser clave.

'Collateral' es lo que podríamos denominar "un drama de personajes" (denominación que me hace gracia porque parece implicar que el resto lo protagonizan edificios). Una serie en la que el entorno y los personajes afectados de un modo u otro por este asesinato son de mayor importancia que la conspiración/investigación sobre los hechos. Por eso no importa que la resolución, por lo menos parcial, del qué pasó sea casi trivial en este microverso londinense.
Esta coralidad, con el importante peso para los personajes, hay que trabajarla muy bien desde el proceso de su creación. Inevitablemente en 'Collateral' te encuentras con gente con la que conectas más, por la que te interesas más o menos, algunos que están muy cuidados y otros que, sin embargo, notas un sobreesfuerzo, ese traspaso de la fina línea entre lo que aporta a un personaje y lo que simplemente lo enmaraña.

El ejemplo de lo que quiero decir está en Jane (Nicola Walker). Creo que su personaje, una vicaria de la iglesia anglicana que es lesbiana, ya es lo suficientemente interesante y complejo para abordar temas sobre sexualidad y religión como para, además, ponerle la capa de que tiene un romance oculto con una yonqui (Kae Alexander).
Claro, es precisamente la condición de testigo no fiable de esta amante el nexo de Jane con el asesinato del que parte la serie. Una vez terminada 'Collateral' da la sensación de que esta situación sentimental es una anécdota magnificada que no suma al personaje. Más aún cuando dicho personaje se encuentra bastante más desdibujado que su pareja.

Esto no quita para que en conjunto, 'Collateral' sea un drama fascinante que usa una premisa al uso como puede ser un asesinato para realizar una panorámica sobre diversos aspectos de la sociedad a través de los personajes que dan color al drama. Desde inmigración y el Reino Unido post-Brexit hasta machismo, abusos y posiciones de poder.
En líneas generales, 'Collateral' es una buena miniserie. Bien dirigida y con un guion que equilibra bien todas las subtramas personales que aparecen durante los cuatro episodios con la trama policial. Algo que no se podría haber logrado sin el estupendo trabajo de, sobre todo, John Simms, Jeany Spark y, por supuesto, Carey Mulligan.
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ivanbarreno
Creo que la clave de la calidad de la serie está en lo que hacia el final del artículo se lee. Se trata de una serie que critica con dureza la actualidad británica, el presente de una sociedad que tras la participación del ejército en incontables frentes bélicos, se encuentra con soldados muy tocados de la cabeza, con un sistema jerarquizado no sólo por los rangos sino también fundamentado en el machismo, produciendo máquinas de matar (o de abusar). Del mismo modo, se presenta una ciudadanía que está a favor de encerrarse sobre sí misma construyendo muros que la aíslen del resto del mundo, xenófoba y egoísta. Igualmente existen muchas "irregularidades" políticas y sus representantes no están a la altura para acabar con tanto malo (incluso fomentando el tráfico de personas y sacrificando vidas "ajenas" por el bien de la sociedad británica).
Ciertamente, me parece una manera de describir todo lo que no te gusta de tu país bastante directa. ¿En qué se han convertido?
Fabulosa.