David J. Burke es un guionista de series televisivas como ‘Ley y orden’, ‘Nikita’, ‘SeaQuest’ y director de algunos capítulos de esta útlima serie y del largometraje ‘Animal’, de 2005, con Chazz Palminteri y Ving Rhames. En el caso de 'Ciudad sin ley' (‘Edison’), película que también llega con retraso, pues es del año pasado, ha escrito y dirigido. El resultado es una película correcta en cuanto a su realización, pero con un guión que vale la pena, y con buenos actores. Se puede ver aquí su trailer.
El agente Raphael Deed, un policía novel de la unidad policial de élite, y el sargento Francis Lazerov, se incautan de un alijo de droga y un botín en metálico de los matones Rook e Isaiah. Cuando Rook ve que se van a quedar con la mercancía los propios policías, insinúa que tomará la matrícula y los denunciará, así que Lazerov le dispara a sangre fría y decide hacer cargar a Isaiah con el muerto. Pronto este chico, hijo de una mujer muy religiosa y de salud débil, comparece ante la justicia. Pollack, un joven periodista de una publicación de barrio observa algo extraño en el juicio y comienza a investigar con la ayuda de su editor jefe, Ashford, un veterano ya retirado del periodismo de investigación. El cuerpo al que pertenecían los agentes tiene un trato especial dentro de la policía y todas sus acciones permanecen archivadas. Según Ashford y Pollack comienzan a remover, una trama política de corrupciones empieza a aparecer a la luz.
LL Cool J está en el papel del agente Deed y Dylan McDermott en el de su superior, Lazerov; Morgan Freeman es Moses Ashford, mientras Justin Timberlake da vida a Pollack. Kevin Spacey será un miembro del departamento que se ponga de lado de la verdad. Piper Perabo es la novia de Pollack y Roselyn Sánchez, la de Deed.
Como decía en la entradilla, la realización de ‘Edison: ciudad sin ley’ es correcta, pero cuenta con algunos detalles que podrían hacer que la película diera una impresión general de menos calidad que la que en realidad tiene. Por ejemplo, la música hortera a un excesivo volumen o las escenas de acción también algo exageradas. Quizá a Burke se le ha quedado un deje televisivo o quizá su defecto sea que no rueda de forma apabullante y espectacular como lo podrían hacer Michael Mann o Spike Lee en ‘Plan oculto’ (‘The Inside man’). Sin embargo, esta película tiene mucho más interés que ‘Corrupción en Miami’, gracias a que sí tiene una trama de investigación y a que sus personajes están mejor dibujados que en la de Mann, que se estrena dentro de una semana y sobre la que podéis leer aquí una crítica.
El guión, como ya he señalado, es el valor mayor de la película. La trama policiaca se va desenvolviendo según se desarrollan las investigaciones de los periodistas. El hecho de la que la policía esté implicada y sea corrupta se muestra desde el principio y no se guarda para crear una sorpresa final como se hace en tantísimas películas que ya es muy fácil vérselo venir. La información se dosifica de forma lógica y el efecto bola de nieve que tienen las implicaciones del asunto en el que el joven Pollack se está metiendo muestra una buena evolución paulatina. No es la historia más original del mundo, pero simplemente que no haga aguas ni esté lleno de incongruencias, que parece lo mínimo que se debería exigir hoy en día a los guiones, ya lo diferencia de otras películas. Los personajes están bien definidos, todos tienen sus motivaciones, sus obstáculos y sus razones para hacer las cosas.
En cuanto a los actores, a algunos de ellos sus grandes nombres ya les preceden y en esos casos no decepcionarán. Es curioso el papel de Morgan Freeman, algo más suelto que en otros personajes, que incluso se marca un bailecito. Kevin Spacey, a quien extraña ver hacer de bueno, lleva una peluca que no le favorece demasiado y tiene un papel menor, pero está igual que bien que siempre. Para la desgracia de Timberlake, su tarjeta de presentación dice que cantó en NSYNC y que salió con Britney Spears. Pero hay que olvidarse de todo eso y ver la película como si se tratara de un actor que empieza, pues no lo hace nada mal y no desmerece en absoluto el resto del reparto. La verdad es que yo la vi sin saber que era él (lo he leído al escribir sobre él) y en ningún momento me llamó la atención de forma negativa su actuación. Probablemente cuando chirría es cuando se sabe que es él. El segundo protagonista es otro cantante, LL Cool J, que es quizá el menos sutil en su interpretación, pero que al menos da el tipo. Dylan McDermott, que hizo un papel protagonista en una de las peores películas del año: ‘La joven de las especias’, aquí cambia su registro sin demasiado problema, pero sin destacar tampoco en cuanto a carisma u originalidad.
No se puede decir que los personajes femeninos sean un aspecto destacable del guión, pero vamos a perdonárselo. Piper Perabo ('Rosas rojas', 'El bar Coyote') tiene un par de intervenciones con buenos diálogos, pero en seguida desaparece del mapa. Roselyn Sánchez, que físicamente parece una mezcla entre Sandra Bullock y Eva Longoria, está casi de adorno. Ellas sirven más como motivaciones de los personajes masculinos que como personajes en sí.
En resumen: la forma en que ‘Ciudad sin ley’ está rodada no nos va a cambiar la vida, pero al menos el guión entretiene, engancha y está bien construido.