'Cinturón rojo', David Mamet, el cine negro y el honor

'Cinturón rojo', David Mamet, el cine negro y el honor
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David Mamet es un prestigiosos guionista, que además de odiar a los críticos con todo su corazón, nos ha dejado un buen puñado de historias muy bien escritas, y dependiendo de quien las dirija, muy bien narradas en imágenes. Mamet siempre me ha parecido mejor escritor que director, aunque en el campo de la dirección se pueda disfrutar de películas bastante majas como 'El último golpe' o 'Spartan', pero han sido otros los que han sabido sacar de los escritos de Mamet lo mejor que hay en ellos. De Palma en 'Los intocables', una de sus mejores películas, Foley en 'Glengarry Glen Ross', film que gana con los años, o su trabajo acreditado con seudónimo para 'Ronin', demostración palpable de la buena forma de John Frankenheimer, sobre todo por encontrarse a gusto con un buen libreto, y hasta podríamos hablar de Ridley Scott y su personalísima 'Hannibal', film injustamente despreciado.

'Cinturón rojo' nos habla de un entrenador (Mike Terry) de Jiu-Jitsu que siempre ha rechazado participar en campeonatos a pesar de su excepcional forma de luchar. Ha preferido entrenar a policías y soldados en el arte de la defensa, y siempre ha permanecido alejado de la fama o el reconocimiento. Pero un par de situaciones imprevisibles (un accidental disparo, y el tener que defender a una estrella de cine de una paliza) hacen que Mike se tope de narices con el mundo del cine, el cual le llevará a lo que siempre ha rehuido.

Enseguida Mamet hace acto de presencia, y con esto me refiero a que todo su mundo es fácilmente reconocible cuando vemos una de sus películas. Esto es, personajes ambiguos enfrentados a otros que tienen un sentido del honor bastante marcado, puesta en escena seca, y sobre todo, unos acontecimientos en los que nada es lo que parece, en la más pura tradición de cine negro. Al mismo tiempo sus defectos como realizador se hacen notar, y el principal de todos es que Mamet es un director carente de toda fuerza, de personalidad si se quiere expresar así. Sus excelentes libretos parecen perder algo de la energía latente en ellos cuando es el propio Mamet quien los adapta a la pantalla. 'Cinturón rojo' no es ninguna excepción, y en algún momento incluso lo escrito parece forzado. Esta vez, todo lo referente a la parte de thriller se torna poca cosa, y casi una excusa para que Mamet termine hablando del honor perdido de antaño, de la corrupción, y del reconocimiento justo, todo ello en la superficie sin ahondar ni lo más mínimo, tal vez porque la película ya lleva más de hora y media y hay que acabarla.

Por supuesto, 'Cinturón rojo' tiene buenos elementos: una excelente descripción de personajes, algo de lo que Mamet siempre puede presumir, y unas excelentes interpretaciones de un elenco adecuado y casi perfecto, algo por lo que el dramaturgo también puede llevar la cabeza bien alta, pues dirigiendo actores es de los mejores. Y casi siempre ocurre en sus películas que el casting elegido ya puede estar formado por buenos, magníficos o malos actores, todos se entregan al cien por cien. Chiwetel Ejiofor, como protagonista central, pardillo en muchas cosas y un maestro en otras, Alice Braga, Emily Mortimer, la típica mujer del universo Mamet, Max Martini, y los casi esporádicos Joe Mantegna y Tim Allen, nos ofrecen unas composiciones de altura, y en el caso del último es un placer comprobar como un actor de la talla de Allen puede estar bien (si lo miramos desde otro punto de vista, podemos preguntarnos porqué ha esperado tanto tiempo a dar algo bueno).

'Cinturón rojo' es una película correcta, ni de lo mejor ni de lo peor de su director. Es una pena que su parte final esté demasiado deslavazada e incluso quiera decir demasiadas cosas, pero al menos existe cierta solidez en su discurso y la amargura que baña todo el film termine sentándole mejor de lo esperado.

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