Cine en el salón. 'Superman III', un humor nada "súper"

Cine en el salón. 'Superman III', un humor nada "súper"
45 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

Poco más le hacía falta a los Salkind que la confirmación de Christopher Reeve de que estaba dispuesto a volver a vestir el traje y calzarse las botas rojas de Superman para convencer a la Warner de la viabilidad de una tercera parte de la saga en la que ya no habría polémicas sustituciones de director de última hora ni ataduras hacia un guión previamente planteado y una ingente cantidad de metraje ya rodada.

Tanto era así, que el libreto inicialmente desarrollado como propuesta para la tercera parte de ‘Superman’ (id, Richard Donner, 1978) nada tenía que ver con lo que hasta entonces se había visto en la saga, pero a los ejecutivos de la Warner no les agradó y volvieron a contar con el matrimonio Newman para la redacción del guión definitivo.

Superman III 1

Escrito por Ilya Salkind, el citado tratamiento inicial incluía a Brainiac, Mxyzptlk y Supergirl, personajes habituales del cómic, y algunas de las ideas por él apuntaladas se conservarían en la cinta que llegó a los cines: arrancando con la marcha de Lois Lane, que no puede soportar estar cerca de Superman sin poder dar rienda suelta al amor que siente por él —en realidad el quitarse de en medio a la periodista tenía que ver por las negativas declaraciones que Margot Kidder había hecho contra los Salkind después de que éstos despidieran a su adorado Richard Donner— y la inclusión de Lana Lang como nueva periodista estrella del Planet, la cinta nos hubiera llevado tras los créditos a momentos después de la explosión de Krypton.

Ahí se nos habría mostrado que había otro superviviente de la muerte del planeta, una niña que, en una secuencia similar a la que mostraba a los Kent encontrando a Superman al inicio del primer filme, aterrizaría en un oscuro planeta llamado Colu donde un ser de avanzadísima inteligencia llamado Brainiac la adoptaría, enamorándose de ella conforme se hace adulta.

Supergirl terminaría llegando a la Tierra huyendo de los celos de Brainiac, conociendo a Superman y enamorándose ambos inmediatamente. Brainiac desembarcaría entonces en nuestro planeta, y controlando las emociones de Superman mediante un sofisticado artilugio, convertiría al hombre de acero en su antítesis, forzando a Supergirl a volver con él.

Superman III 2

Es entonces cuando harían aparición el peligroso duende de otra dimensión que es Mxyzptlk —en un papel para el que se había pensado en Dudley Moore—, viajes en el tiempo a la Edad Media, torneos a caballo sin poderes superhumanos y una última y gargantuesca amenaza a la que el poder combinado de Superman y Supergirl pondría fin.

Rechazada la propuesta, la idea de hacer una cinta de Supergirl terminaría tomando forma en el olvidable filme de Jeannot Szwarc producido por los Salkind y en lo que al tratamiento de ‘Superman III’ (id, 1983) se refiere, me inclino mucho más a pensar que no es que a los ejecutivos de la Warner no les gustara el guión, que también, sino que probablemente vieron imposible financiar un filme que superaba con creces en ambición a lo que Donner había puesto en pie con la primera parte.

Así las cosas y, como decía antes, con los Newman de nuevo a bordo —recordemos que Donner había tachado de ridículo lo que el matrimonio de guionistas había escrito para ‘Superman’—, Richard Lester repitiendo en las labores de realización y prácticamente el mismo equipo técnico que los Salkind habían utilizado para ‘Superman II’ (id, Richard Lester, 1980) volviendo a colaborar en la producción, fue una decisión ejecutiva de los productores la que terminaría por marcar a fuego lo que ‘Superman III’ ofrecería a los espectadores cuando se estrenó en el verano de 1983.

Superman III 3

Y esta no fue otra que contar con Richard Pryor como co-estrella del filme: el cómico había declarado en el show de Johnny Carson lo mucho que le había gustado ‘Superman II’ y lo que le encantaría poder participar en una futura entrega de la saga y a los Salkind les faltó tiempo para contratarlo de cara al tercer episodio de la franquicia con tal de garantizarse pingües beneficios dada la legión de seguidores que Pryor arrastraría a los cines.

Horrenda decisión donde las haya, no hay ya en ‘Superman III’ nada de lo que hizo grande al personaje en su primera parte y, parcialmente, en su segunda: el guión de los Newman es una patochada larga y carente de carisma que va insertando las estúpidas escenas puestas al servicio del lucimiento de un inofensivo Pryor en una trama en la que éste interpreta a un inesperado genio de la informática contratado por el ambicioso villano de turno —un Robert Vaughn que no deja de ser pálido remedo del Lex Luthor interpretado por Gene Hackman—.

Superman III 4

(Spoilers de aquí en adelante) La inclusión del nuevo interés romántico que implica la sosísima Lana Lang sólo sirve para que echemos en falta el desparpajo de Lois Lane, y lo único realmente salvable de un filme cuyos efectos visuales acusaron sobremanera la bajada de presupuesto con respecto a ‘Superman II’ —de 54 millones se pasó a 39—, es el descenso a los infiernos de Superman y el enfrentamiento entre la versión “mala” del superhéroe y Clark Kent, momento en el que se atisba algo del discurso metafísico que tanto había caracterizado a la cinta de Donner.

Junto a una simpática secuencia de créditos iniciales, dicho duelo se alza como lo mejor de una cinta que toca fondo en la absurda definición de sus villanos y, sobre todo, en un clímax que da vergüenza ajena y resulta tan poco creíble —no hay quién se trague que un ordenador puede con el último hijo de Krypton— que es doloroso pensar que sólo un lustro atrás Superman nos había hecho soñar con que un hombre podía volar. Poco podíamos imaginar lo que todavía nos quedaba por sufrir.

Comentarios cerrados
Inicio