Cine en el salón: 'Operación Whisky', deliciosa

Sin ánimos de parecer un nostálgico irredento o un abuelete que sólo sabe mirar hacia atrás, cuando uno revisa cintas como la que hoy va a ocupar nuestro tiempo de Cine en el salón, lo primero que piensa al finalizar su visionado es que "ya no se hace cine como el de antes": cine de ese capaz de mantenerte con una sonrisa de oreja a oreja durante el cien por cien de su duración en virtud de unos valores que se mantienen incólumes con el paso de los años, aumentando si cabe su efectividad máxime si, como es el caso, el recuerdo que se tenía de él era de hace la friolera de tres décadas.

Y es que 'Operación Whisky' ('Father Goose', Ralph Nelson, 1964) —que digo yo, ¿qué trabajo costaba titularla 'Papá Ganso'?— es uno de esos títulos que, grabados en VHS cuando era un enano, fueron regastados de los incontables visionados a los que fue sometida la cinta. Y no lo digo por decir, que recuerdo perfectamente tener que tirar el videocasette a la basura porque la cinta ya no daba más de sí. Consecuencia directa del gratísimo recuerdo que guardaba sobre ella, era el temor a acercarme con mis treinta años más a uno de mis tesoros de la infancia. Un temor que, huelga decirlo, era completamente infundado.

Para aquellos que no la conozcáis —creedme, ya estáis tardando en hacerlo— la trama del filme, que fue premiado con el Oscar al Mejor Guión llegando a estar nominado a Mejor Sonido y Montaje y al Globo de Oro a Mejor Película Comedia o Musical, sigue a Walter Eckland (Cary Grant), un americano algo desencantado con el mundo que pasa sus días a bordo de un pequeño barco recorriendo las islas de Nueva Guinea durante la Segunda Guerra Mundial.

Coaccionado por un comandante del ejército británico a convertirse en vigía de una de esas islas Walter, que sólo vive para emborracharse, se dará de narices con una aventura que no podía imaginar al toparse con una institutriz francesa y sus siete pupilas, un grupo de mujeres que, obligadas a permanecer con él en la isla que se le ha asignado, harán de su existencia un pequeño infierno al margen de ese otro en el que se enmarca la época histórica en la que discurre el filme.

'Operación Whisky', una química insuperable

Penúltimo de los filmes que rodó Cary Grant antes de retirarse de la interpretación en 1966 con 'Apartamento para tres' ('Walk Don't Run', Charles Walters), resulta sorprendente encontrarse al actor encarnando a un papel tan alejado de lo que, por ejemplo, tan sólo un año antes, habíamos podido verle en la exquisita 'Charada' (id, Stanley Donen, 1963): trastocando por completo su imagen de galán, el Cary Grant de 'Operación Whisky' es un lenguaraz malhablado y descortés marinero que siempre lleva barba de unos cuantos días y que no entiende de modales ni maneras.

Frente a él, una Leslie Caron que es todo lo contrario, una mujer decidida y de armas tomar que no le pondrá fácil las cosas a tan indomable varón. Los desternillantes diálogos y situaciones que se plantean entre ambos intérpretes, unidos a aquellos que intercambian Grant y un flemático y espléndido Trevor Howard —atención a la escena de inicio o a las llamadas por radio de uno a otro—, son lo mejor de una cinta que, como decía arriba, te mantiene con una sonrisa perpetua durante sus dos horas, algo a lo que ayuda la efectiva y comedida realización de Nelson.

Quizás su nombre no esté en boca de cualquier cinéfilo amante del clásico cuando ha de hacer mención a esos títulos de la comedia estadounidense que son referente universal del género, algo que a mi parecer resulta imperdonable. Vale que lo que aquí podemos encontrar no llega al calado de los Wilder, Cukor o Hawks, pero ello no debería ser impedimento para disfrutar con las muchas delicias que nos reserva el humor muchas veces cínico, otras entrañable, de esta comedia romántica que servidor considera inolvidable.

Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com

VER 14 Comentarios

Portada de Espinof