Cuando sólo quedan dieciséis días para que Hollywood se vista de gala y, entre otras cosas, salgamos de dudas en cuanto a si la industria estadounidense reconocerá de una vez el talento de Leonardo DiCaprio con el más que merecido Oscar que debería llevarse a casa por 'El renacido' ('The Revenant', Alejandro G.Iñárritu, 2015), en Cine en el salón retrocedemos veintitrés años a la cuarta producción cinematográfica en la que aparecía el joven actor de 19 años.
Tras su intervención en 'Critters 3: La venganza' ('Critters 3', Kristine Peterson, 1991), Di Caprio encontraba un primer vehículo para lucir sus dotes interpretativas en 'Vida de este chico' ('This Boy's Life', Michael Caton-Jones, 1993), un drama en el que tenía de frente a Robert De Niro, antes de afrontar el complicado papel que le tocaría encarnar en '¿A quién ama Gilbert Grape?' ('What's Eating Gilbert Grape', Lasse Hallström, 1993).
Primera nominación, primera injusticia
Primera de las cinco nominaciones que ha acaparado hasta el momento el actor y que le robaría Tommy Lee Jones en una ceremonia en la que quiénes más lo merecían eran Ralph Fiennes por su Amon Goeth en 'La lista de Schindler' ('Schindler's List', Steven Spielberg, 1993) y el adolescente con deficiencia al que daba vida Di Caprio, no deja de ser curioso que la debilidad de los miembros de la Academia a premiar a papeles de personas con taras no se cumpliera aquí.
Pero más allá de una merecida estatuilla que, a fin de cuentas, es un premio más —¿cuántos actores con Oscar han hundido después sus carreras?— si por algo vale la pena revisar esta segunda aventura en tierras yanquis del sueco Lasse Hallström es por acercarse al que, de forma temprana, es uno de los personajes más complicados en cuya piel ha tenido que meterse DiCaprio.
Adolescente a punto de cumplir 18 años, una celebración en torno a la que gira este drama costumbrista, y afectado de discapacidad del desarrollo, la forma en la que DiCaprio logra transmitir la enfermedad de su personaje, cargando su interpretación de tics propios de los enfermos reales es tan soberbia como espeluznante resultan en no pocos momentos las situaciones por las que atraviesa y hace atravesar a sus familiares el chaval.
'¿A quién ama Gilbert Grape'?, hacia la fábula
Todavía no de forma plena como sí lo veremos en 'Las normas de la casa de la sidra' ('The Cider House Rules', 1999) o, sobre todo, en 'Chocolat' (id, 2000), el tono fabulado con el que Hallström cargará las tintas de sus dos mejores filmes —dos títulos a los que yo añadiría la muy simpática 'La pesca del salmón en Yemen' ('Salmon Fishing in the Yemen', 2011)— se deja aquí entrever en el retrato de una familia disfuncional de la "América profunda".
Y aunque sea DiCaprio el que termine acaparando mayor atención por parte del público debido a lo enorme de su actuación, es alrededor del Gilbert Grape al que da vida un comedido Johnny Depp sobre quien orbita realmente un relato que alterna lo anodino con lo existencial y que se apoya, más que en ninguna otra cosa, en unos diálogos que se mueven entre lo estúpido y lo trascendente. Vamos, como la vida misma.
En ese esfuerzo por resultar cercana y universal —algo complicado por la localización en un pueblo perdido en mitad de la nada—, los personajes que rodean a Gilbert, y que interpretan nombres como Juliette Lewis, Mary Steenburgen, Crispin Glover o John C. Reilly, parten de las definiciones comunes de la joven vitalista, la casada frustrada o los amigos de toda la vida con aspiraciones surrealistas para ir añadiendo matices que los apartan sutilmente de los arquetipos iniciales.
Es esa cualidad, y el valor añadido que a cada uno de ellos le aportan sus correspondientes intérpretes donde '¿A quién ama Gilbert Grape?' encuentra su mejor punto de apoyo, máxime considerando que la dirección de Hallström es meramente funcional y que, en lo que a historia se refiere, el filme es de los que, por momentos, es un viaje a ninguna parte que, no obstante, deja con un buen sabor de boca.
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