Última cinta producida por la Metro antes de disolver su compañía de distribución, y primera de las seis que llegaría a dirigir ese prolífico y hollywoodiense escritor que fue Michael Crichton, 'Almas de metal' ('Westworld', 1973) es un clarísimo producto de su época por cuanto sirve de perfecto reflejo a lo que se entendía por ciencia-ficción en los años setenta, aunque aquí podríamos matizar que, de formas muy diferentes a como el género se mostraba en ese otro vástago de la década que revisábamos hace unas semanas llamado 'El último hombre... vivo' ('The Omega Man', Boris Sagal, 1971).
Y es que si el filme protagonizado por Charlton Heston ostentaba una producción que nos hacía recordar —de formas por momentos dolorosas— lo horteras que fueron aquellos años, 'Almas de metal' intenta evitar cerrarse las opciones de convertirse en una cinta más atemporal, algo que si termina consiguiendo, aunque sólo sea en parte, es por mor de un libreto que, con alguna ligera variación, podría estar perfectamente escrito hoy en día por cualquiera de los guionistas que aún saben tanto qué diantres es eso de la imaginación como en qué maneras puede usarse.
El padre del T-800

Así, el guión redactado por Crichton nos sitúa en un futuro en el que, a modo de entretenimiento extremo, una empresa ha construido un parque temático dividido en tres zonas históricas —la antigua Roma, la Edad Media y el salvaje Oeste— en las que decenas de robots complacen a los ricachones clientes que por allí se dejan caer para satisfacer, a fin de cuentas, sus instintos más primarios, ya sean éstos participar en alguna que otra bacanal, como el enfundarse un Colt y enfrentarse en duelo a un pistolero con el hierático rostro de Yul Brynner.
Un Yul Brynner que, como salido de 'Los siete magníficos' ('The Magnificent Seven', John Sturgess, 1960) —su atuendo es prácticamente calcado al del Chris Adams del legendario western— se pasea por las polvorientas calles de la zona del Oeste del citado parque temático y que será figura central en el estallido de unos acontecimientos que llevarán a los protagonistas interpretados por James Brolin y Richard Benjamin a tener que defenderse de los imparables ataques, reales, de un robot al que nadie parece poder parar.
Es en este sentido donde, obviamente, 'Almas de metal' muestra de forma más clara lo mucho que sirvió a cierto cineasta llamado James Cameron para configurar, una década más tarde, la primera entrega de la saga de 'Terminator' ('The Terminator', 1984). Y aquí podríamos apuntar tanto a los modos interpretativos de Brynner, con una frialdad mecánica que será aquella con la que se arropará Schwarzenegger años después, como atender a un tramo final de metraje que prefigura, y de qué manera, el clímax de la citada película.
'Almas de metal', fría como el acero

Como pasará en su siguiente intervención en la gran pantalla, y aunque aquí es más que probable que fuera una decisión completamente intencionada llamada a aumentar el alcance de lo que postula el guión, la analítica frialdad de Crichton a la hora de ponerse tras las cámaras es, al mismo tiempo, lo mejor y lo que más termina jugando en contra de 'Almas de metal'. En el primer apartado, y quizás debido a una cierta bisoñez que usa en su favor, la realización del cineasta es de una espléndida claridad narrativa que sabe imprimir un ritmo imparable —aunque algo lento— al devenir de los 88 minutos de metraje.
En el segundo, es precisamente ese ritmo lo que se antoja algo equivocado por mucho que quiera ligarse de alguna manera al carácter impasible, frío y calculador del robot al que da vida Brynner —y atención las imágenes que nos ponen en su punto de vista, ya que supusieron la primera vez en la que se utilizó procesado digital de imágenes—, y la sensación última que transmite el visionado es de ser una película bastante más prolongada que lo escueto de su hora y media, algo que resultaría imperdonable de no funcionar el filme en el resto de ámbitos tan bien como lo hace.
Y es que ese es, probablemente, el único pero que se le podría poner a este clásico de la ciencia-ficción de los setenta. Un filme que funcionó bastante bien en taquilla, que generaría no sólo una secuela llamada 'Mundo futuro' ('Futureworld', Richard T. Heffron, 1976) —que nada nuevo tenía que ofrecer— sino también una miniserie de cinco episodios que la CBS canceló de forma prematura cuando sólo se habían emitido tres de ellos, y que en agosto del pasado año volvía a ser objeto de atención por esa posible serie de la HBO producida por J.J. Abrams y Jonathan Nolan.
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12 comentarios
Morthylla
Me encanta Yul Brynner, sí que esta voy a tener que verla :)
eluyeni
No puedo ser objetivo con esta peli, porque la guardo un cariño brutal, me dejó a cuadros de chaval. Es verdad que tiene una parte demasiado lenta, que no acaba de estallar como debiera todo lo que propone el argumento, que la dirección de Crichton no es muy allá,... Pero es que el androide de Brynner es un puntazo, y es de los personajes de peli que se te quedan para siempre. Por no abundar en todas esas influencias que ha dejado esta película.
Desconocía que habian vuelto a las andadas con lo de hacer una serie, pero no me extraña lo más mínimo, porque el complejo de Delos da para ello, y creo que podría ser una gran idea explotar esos tres mundos.
Salu2 ;?
yussufjones
Yul Brynner se sale, me hace gracia que digas lo de 'Los siete magníficos' porque yo no había visto esa peli hasta hace un par de semanas y me pase todo el rato esperando que Yul se quitara la careta y mostrara su cara de robot mientras mata a todos los mejicanos...
Ahora en serio, la peli esta bien pero si que es verdad que a veces se hace un poco lenta. El capitulo de los Simpsons que la parodia es buenisimo.
marat
Todo un clásico de la ciencia ficción. Buena actuación de Brynner,quizá ya algo alejado de su época dorada (finales de los 50 y principios de los 60), pero siempre me ha resultado curioso como aprovecharon su papel en "Los 7 magníficos" para tener un pistolero creible en un mundo futurista.
kabe
Tengoq ue revisarla, claramente. Reconozco que cuando la vi no me pareció gran cosa, pero sí, es un clásico del género al que le reconozco sus méritos. Al César lo que es del César, oiga.
Chema
Me suena haber leído que esta película compitió con otra de James Cameron por algún premio y salió perdiendo, pero debo estar recordándolo mal.
stephen_dedalus
MIchael Crichton era un reciclador de campeonato. Y un obseso de parques temáticos fallones. Cambiaba un androide-pistolero por un T-Rex y te montaba un libro, una peli, lo que fuera...De vivir aun, tendriamos uno sobre Terra Mítica seguro. Muy de acuerdo con ese apunte de James Camerón. También podría servir como modelo del slasher imparable.
Saludos
EvilAsh
Puestos a elegir a otro "calvorota" para hacer el papel de Brynner, pondría a Vin Diesel. Es el primero que se me ocurre.
ripleydehighsmith
La vi en su día (en el cine de mi barrio, lo que quiere decir uno o dos años después) y me pareció de lo mejor. En una revisión reciente noté la pesadez del ritmo, pero eso es propio de su época, así como el abuso del zoom. Lo que eché en falta en su momento, y en esta última ocasión, fueron más orgías romanas y torturas inquisitoriales; tanto western empacha.
HAST
Una buena película, mejorable en algún aspecto como casi todas, pero que muchos productores desearían re-hacer por cuatro duros, metiendo croma y actores sin el mínimo carisma.
¿ Podría algún actor actual, hacer el papel de Yul Brynner ?
vladimirconv
La gracia de que el aspecto de Yul Brynner parodie su personaje en "Los Siete Magníficos" hace imposible que en un hipotético remake se pueda poner a otro actor en el papel, salvo que encuentres a otro actor tan claramente reconocible en el western como lo fue Brynner. El ideal hubiera sido un Clint Eastwood sesentón parodiando al Rubio, hubiera sido brutal.