Arthur C.Clarke ya había hecho lo propio, muchos años después de que el mundo se dejara maravillar, al dar continuidad literaria no ya al breve 'Sentinel' en el que Kubrick se había apoyado con la ayuda del escritor para rodar ese pináculo de la ciencia-ficción y el séptimo arte que es, fue y será, '2001: Una odisea en el espacio' ('2001: A Space Odissey', Stanley Kubrick, 1969); sino al guión que ambos pusieran en pie y que el primero transformaría en novela a publicar casi coincidente con el estreno del filme.
Y si lo había hecho Clarke, era obvio que el cine, en su incesante búsqueda de cómo perpetuar una misma idea iterándola hasta su punto de rotura, no iba a demorarse en trasladar a imágenes en movimiento ese nuevo viaje a la fascinación de perfectas proporciones encarnada en la negrura del monolito que Dave Bowman, Frank Poole y HAL9000 habían ido a observar en la órbita de Júpiter y que cambiaría por completo la faz del género en los años por venir, convirtiéndose tanto en paradigma del mismo como en mayor hito de una filmografía —la de Kubrick, claro— plagada de principio a fin de obras dignas de admiración.
"Tu trabajo es que impedir que se ruede"

A sabiendas de que el séptimo arte no tardaría en llamar a la puerta de su retiro tibetano —es un decir, claro está— Clarke se puso en contacto con Kubrick al poco de publicar '2010: Odisea dos' para, bromeando, traslardarle el comentario que encabeza esta sección. Una broma que parecía encerrar, no obstante, el evidente temor del escritor por que las manos que fueran el libro no estuvieran a la altura de lo que las circunstancias exigían y el resultado fuera a ser una producción menor que palideciera en comparación con su predecesora.
Pero, seamos francos, el texto de Clarke basaba su eficacia en términos completamente diferentes a los que había puesto en pie algo más de una década antes con '2001' y las muchas ramificaciones de su guión quedaban reducidas en la continuación a un tramo final que orientaba sus miras a un discurso menos filosófico y existencial y más fantástico. Unamos a ello el más que constatable hecho de que, por mucho que quisiera el director de turno, hacerle sombra al cineasta neoyorquino era tarea imposible y obtendremos como resultado el porqué toda vez la MGM se hizo con los derechos, Peter Hyams se puso en contacto con director y guionista para solicitar su venia.

Tuve una larga conversación con Stanley y le dije lo que pensaba: que si tenía su aprobación haría la película y que no la rodaría sin ella. No me planteaba filmar sino era con la bendición de Kubrick. Es uno de mis ídolos; simplemente uno de los más grandes talentos que ha pisado la Tierra. Él me respondió, más o menos: "Claro. Hazla. No me importa". Y en otra ocasión añadió: "No tengas miedo. Haz tu propia película".
Y eso fue justamente lo que Hyams hizo, rodar un filme que, por supuesto, no es ni la sombra de lo que Kubrick nos acercara quince años antes y que, ante todo, resulta una propuesta mucho más convencional e infinitamente menos compleja —y, para qué engañarnos, ambiciosa— que aquella con la que el responsable de 'Espartaco' (id, 1960) había sorprendido a propios y extraños a finales de los sesenta. ¿Significa ésto que '2010: Odisea dos' ('2010', 1984) sea un desdeñable producto ochentero? Ni mucho menos.
'2010: Odisea dos', un esfuerzo encomiable

Plenamente consciente de ello, de que por mucho que pudiera llegar a esforzarse, su trabajo nunca estaría a la altura de su admirado colega, Hyams deriva su puesta en escena y la totalidad de la producción hacia dos horas de espléndido entretenimiento en las que la acción puntual prima sobre la contención y en las que se alterna un discurso socio-político muy propio de los años ochenta y de la américa de Reagan con los tintes cosmológicos que apunta Clarke en su novela. Una mezcla a priori extraña de la que sale como resultado un filme sorprendentemente coherente.
Con la Guerra Fría en casi su máximo apogeo, Hyams introduce en su adaptación —que da continuidad a ciertos aspectos del filme predecesor como el planeta de destino, ignorando así el texto de Clarke— la amenaza de un inminente enfrentamiento a escala global entre las dos potencias nucleares para que sirva de trasfondo y marco paradójico de la misión conjunta entre yanquis y rusos a la órbita joviana en la que se encuentran la Discovery, el monolito y los muchos secretos que ambos encierran.
A través de la inclusión de esa amenaza tan lejana que se mantiene a lo largo de todo la acción y que, en última instancia, aporta más sentido al mensaje final que emite la inteligencia detrás del monolito, Hyams construye una cinta que va al grano y sobre la que una de las mejores cosas que puede afirmarse es que no le sobra ni un minuto de metraje, ya estemos refiriéndonos aquí a la vertiente del mismo que explora a los muy interesantes personajes encarnados con eficacia por Roy Scheider, John Lithgow, Bob Balaban y Helen Mirren, ya a los momentos de lucimiento visual que nos llegan de la mano de ese mago de los efectos especiales que fue Richard Edlund.

La gran efectividad de los mismos carece, no obstante, de esa enfermiza perfección que Kubrick persiguió junto a Douglas Trumbull y su equipo y que, a día de hoy —e ignorando las consabidas imposibilidades científicas de la cinta— sigue dejando con la boca abierta cuando uno repasa por enésima vez el filme en esa imprescindible edición en Blu-ray que es de lo mejorcito que se ha editado en el formato en alta definición desde que éste apareció.
Volviendo a '2010', y por dar cierre a las impresiones sobre la misma dejando de un lado las comparaciones con '2001', creo que la decisión de Hyams de separar su filme de lo rodado por Kubrick termina jugando mucho más en favor de las muy buenas sensaciones que deja la producción de lo que podría parecer a primera vista y que, revisada hoy, treinta y un años después de su estreno y con la pérdida de vigencia de parte de su discurso, "aguanta el tipo" de forma admirable y supone un muy digno entretenimiento arropado en ciertas reflexiones tan universales como atemporales.
Otra crítica en Blogdecine | '2010, odisea dos', alejándose de Kubrick
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eluyeni
A mí me encanta esta película, y aunque sea un sacrilegio decirlo la he visto más, muchas más veces que '2001'. ¿Qué se cepilla toda la mística y filosofía de la peli de Kubrick y la convierte en una peli "normal" de viajes espaciales por el sistema solar, con un final pelín Disney y típico (cuentas atrás, explosiones, etc)? No problem por mi parte, la otra seguirá ahí, pero prefiero este '2001' de "andar por casa", que "ata" las movidas de un modo asumible para cualquier espectador "normal", que no vaya a la búsqueda de las excelencias cinematográficas de la primera.
worhaim
Odio 2001. Es lo que hay, me parece una película soporífera de una pretenciosidad abrumadora.
Pero... 2010 me encanta. Es una película cojonuda. ¡Y que final tiene!
mike_moore
Peliculón. Cierto que no alcanza en ningún momento la magia que desprende 2001, aunque ni falta que hace. Son películas que juegan en ligas completamente diferentes, cada una a su estilo, pero brillantes. Muy, muy, brillantes. Además, ¿cuántas cintas se toman la molestia de explorar nuestro apasionante barrio, el Sistema Solar? Poquitas me salen.
Usuario desactivado
Kubrick se basaba en el material de Arthur C. Clarke, pero después hizo lo que le dio la gana. Una cosa es la novela, y otra la película, que está hecha para sugerir (y que cada uno interprete a su manera), no para contar una cosa concreta.
Por lo tanto, se podría decir que 2010 es una continuación, pero dentro del universo del escritor, no del de Kubrik.
Es una (muy) buena película de ciencia ficción, pero en cierto momento llegué a arrepentirme de haberla visto, pues de alguna manera me hacía reinterpretar las imágenes de uno de los pocos filmes que considero genuinas obras maestras.
dmortimer
Sí, sin ser la rareza impactante que es 2001, la película de Hyams aguanta muy bien el tipo, como tú dices.
heimndal
A estas alturas, lo unico que estoy esperando que, el rey midas de hollywood, tome los 2 utlimos libros ( 2061 y 3001) y termine esta saga de SCI-FI. Creo que es el unico ( quizas tambien Clint Eastwood, pero no es muy fan del Sci Fi) que estaría a la altura de las circunstancias.
epic
Esta película es, ni más ni menos, una adaptación fiel de la novela de Arthur C. Clarke.
Si no es buena del todo es porque la novela de Clarke no está ni mucho menos entre las mejores suyas. A diferencia de Kubrick, no todo lo que ha hecho Clarke es bueno, y cuando publicó la novela en 1982 ya estaba en clara decadencia creativa. De hecho hizo dos continuaciones más, aún peores (2061 y 3001), que afortunadamente no se llevaron al cine, porque 3001 es directamente ridícula.